Al
borde de lo que parece un abismo, quien se adentra en la noche del
espíritu se siente aislado, desechado, condenado. Desterrado ya del
mundo exterior durante la noche oscura de los sentidos ahora está
absolutamente solo en un amenazante mundo interior.
Quien se adentra en la noche del espíritu, se siente abandonado por sus amigos porque le han “fallado” y no le rescatan de las perspectivas de perdición; eso es esperar verdaderamente demasiado de sus amigos y, en consecuencia, está abocado a tal desengaño. Como el fronterizo, busca a los amigos, directores espirituales, esposa o compañera, confidentes u otros íntimos, como si fueran salvadores que pudieran realizar sobrehumanas hazañas. Esos amigos, empero, no son sobrehumanos, y así han de “fallarle” inevitablemente a quien ha tratado de hacer de ellos sus salvadores. Así, éste se siente “abandonado” al adentrarse en la noche del espíritu, abandonado por los amigos y abandonado a una perdición interior, atrapado entre dos mundos que le son ajenos: el exterior, sin vida, en el que “a nadie le preocupa realmente”, y el interior, un abismo aterrador. A veces, quien así está atrapado se siente como si saltara al abismo, como si estuviera suicidándose, precisamente porque “a nadie le preocupa realmente”.
Quien se adentra en la noche del espíritu, se siente abandonado por sus amigos porque le han “fallado” y no le rescatan de las perspectivas de perdición; eso es esperar verdaderamente demasiado de sus amigos y, en consecuencia, está abocado a tal desengaño. Como el fronterizo, busca a los amigos, directores espirituales, esposa o compañera, confidentes u otros íntimos, como si fueran salvadores que pudieran realizar sobrehumanas hazañas. Esos amigos, empero, no son sobrehumanos, y así han de “fallarle” inevitablemente a quien ha tratado de hacer de ellos sus salvadores. Así, éste se siente “abandonado” al adentrarse en la noche del espíritu, abandonado por los amigos y abandonado a una perdición interior, atrapado entre dos mundos que le son ajenos: el exterior, sin vida, en el que “a nadie le preocupa realmente”, y el interior, un abismo aterrador. A veces, quien así está atrapado se siente como si saltara al abismo, como si estuviera suicidándose, precisamente porque “a nadie le preocupa realmente”.
Michael Washburn, (Psicología transpersonal). En una perspectiva psicoanalítica, página 242. Los libros de la liebre de marzo, S.L.
13
mayo 2013
LA NOCHE OSCURA DEL ESPÍRITU (I)
-Las noches oscuras del alma-
-Las noches piscianas o de la casa XII-
-Las noches sagitarianas o de la casa IX-
Quien
no ha vivido este momento tan especial, no puede entender en absoluto
lo que se siente, tal vez por su propio miedo a sentirlo, y así
mucha gente se niega a realizar este viaje y la gran mayoría
prefiere quedarse en el mundo conocido, antes de hacer este viaje al
submundo. Para hacerlo, entiendo que debe hacerse en soledad,
retirado del mundo que siempre nos ha estado confundiendo, y que
además, continuará en su empeño con tal de que no te salgas del
rebaño.
No es de extrañar que hayan existido siempre en el mundo tal cantidad de ermitaños, ascetas y anacoretas, y que se han retirado durante un tiempo de su vida, para vivir aislados del mundo y en lo alto de alguna montaña, donde fuera difícil encontrarles y buscando sin saber muy bien lo que buscaban, pero muy fieles a su propio sentimiento … Yo entiendo que es imposible hacerlo cuando estás en comunidad con otras personas, pues me refiero a conventos y monasterios de cualquier religión, en ellos tienen que seguir las normas de esa comunidad y por lo tanto siguen estando en un rebaño de personas, que les hacen seguir su propio ritmo, y tal vez también sus propias creencias y también sus propios errores.
No es de extrañar que hayan existido siempre en el mundo tal cantidad de ermitaños, ascetas y anacoretas, y que se han retirado durante un tiempo de su vida, para vivir aislados del mundo y en lo alto de alguna montaña, donde fuera difícil encontrarles y buscando sin saber muy bien lo que buscaban, pero muy fieles a su propio sentimiento … Yo entiendo que es imposible hacerlo cuando estás en comunidad con otras personas, pues me refiero a conventos y monasterios de cualquier religión, en ellos tienen que seguir las normas de esa comunidad y por lo tanto siguen estando en un rebaño de personas, que les hacen seguir su propio ritmo, y tal vez también sus propias creencias y también sus propios errores.
Y no dejo de pensar en que grandes figuras de diferentes religiones, también vivieron su propio tiempo de aislamiento del mundo, en su propia soledad y consigo mismos, parece ser que ellos alcanzaron su propia iluminación de esta manera y no en una comunidad con otros individuos … Teniendo en cuenta que la Historia ha podido ser manipulada, perfectamente, o no ser verídica al 100%, la historia conocida de Jesús de Nazaret nos habla de que pasó 40 días en el desierto, no menciona en qué desierto y aunque está claro que era en un lugar deshabitado, y allí ayunó durante 40 días superando las tentaciones del demonio. No se sabe mucho más, yo pienso que también quería descubrir algo por él mismo y sin la intromisión de los demás.
La historia de Mahoma también nos dice que él se pasaba gran parte del tiempo, en una cueva cercana a La Meca, meditando y entiendo que también queriendo buscar la verdad, y dicen que allí se le apareció el arcángel Gabriel, y que a partir de entonces comenzó a predicar su religión. Cuando se habla de Buda Gautama también nos encontramos con algo similar, se dice que pasó varias semanas sentado bajo un árbol y hasta que encontró la iluminación … Sin irnos más lejos de Mallorca nos encontramos con Raimundo Lulio, o Ramón Llull, quien después de tener varias visiones sobre Cristo crucificado, vendió todas sus posesiones y se retiró a vivir a una cueva del Monte de Randa en nuestra isla, para así entregarse a la meditación y contemplación, hasta que posteriormente entró en el Monasterio de la Real.
Siempre me ha llamado la atención que en una isla como Mallorca, relativamente pequeña, se sitúen tal cantidad de ermitas allí donde se vaya. En la gran mayoría de los sitios más remotos y escondidos se encuentran diferentes ermitas, y las que en sus tiempos estuvieron habitadas por personas, que también buscaban la verdad de ellos mismos, y lejos de lo que pudieran predicar otros religiosos o curas cristianos, pero parece que tampoco les servían para entender lo que les estaba sucediendo.
Sin ir mucho más lejos de Valldemossa, la Ermita de la Santísima Trinidad es un buen ejemplo de ello, y es uno de mis lugares preferidos desde siempre. Es un hermoso lugar y en lo alto de los acantilados de la Marina, desde donde se divisa el mar en su inmensidad, y un lugar donde no me importaría terminar mis días, lejos de este mundo tan complicado en el que todos vivimos. Un lugar donde los ermitaños tienen su pequeño huerto, su hermoso olivar y su propia almazara, un rincón perdido con otras pequeñas ermitas en los alrededores, en donde poderse refugiar de esta locura, y un lugar muy cercano al Monasterio de Miramar, que el propio Ramón Llull fundó en la Edad Media.
Texto del libro "Tres hermanos y un juicio" - Diario de un karma familiar (III) - El Juego del Escondite (la búsqueda). Reservados los derechos de autor. DF. Nomemientas Gavilán.
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-Oráculo de Delfos, templo de Apolo-
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