jueves, 21 de enero de 2016

LA CARTA DE MI MADRE A SU HIJA

 Pocas veces, quien recibe lo que no merece,
agradece lo que recibe
(Quevedo)

 
Ingrato es el que sólo en secreto es agradecido.
Ingrato es quien niega el beneficio recibido;
ingrato, quien no lo restituye; pero de todos,
el más ingrato es quien lo olvida
(Séneca)


Pájaro herido - Enya
(Pincha en el vídeo si quieres leerla con música)

Hola hija.

Esta carta te la escribe tu hermano con su ordenador, y yo se la estoy dictando, pero no es de palabra, es a través del pensamiento, ahora él está leyendo lo que yo pienso, ya sabes que él sabe mucho, y tiene un don al saber en cada momento cuáles son mis necesidades. Cuando él era niño se encargó, casi siempre, de escribir las cartas para la familia. Ya sabes que estaban todos muy lejos, yo siempre tenía un gran trabajo en casa, me sobraba muy poco tiempo, para escribir a mis padres, y él, como aprendió pronto a leer y escribir, pues yo le dictaba las cartas, y así mis padres siempre sabían de nosotros, también sabíamos nosotros de ellos, cuando nos respondían, entonces no había teléfono en casa, y yo no les podía llamar cada día.

¿Recuerdas, cuando te salieron tus primeros dientes?, … yo lo recuerdo muy bien, y entonces te dolían, yo ahora no tengo y no pueden dolerme, pero puedo comer todavía, y no te preocupes por esto. A mí me gustaría seguir cocinando para ti y para tus hijas, y así que también comiérais conmigo, como hacíamos antes, pero también entiendo, que queráis hacer esto sin mí. Ya estoy vieja para según que comidas, y tampoco yo puedo cocinar como antes, ya tengo el brazo izquierdo, que casi no lo puedo mover, no puedo usar la sartén y las ollas, como antes hacía, tampoco puedo preparar la mesa, y para comer toda la familia junta, son muchos platos y vasos, a veces se me caen al suelo y se rompen.

¿Recuerdas, cuando yo te enseñaba a caminar?, … porque yo recuerdo aún que siempre te caías al suelo, tuve que tener mucha paciencia en aquel tiempo, hasta que al final pudiste hacerlo tú sola. Ahora no es igual que antes, ahora soy yo quien se cae al suelo, y no puedo evitarlo, no sé por qué me pasa, pero como estoy tan nerviosa, y pues sucede lo que me sucede, que los años no perdonan, algunas veces pongo el pie donde no debo, ahora soy yo, quien necesita que le den una mano, o un brazo, para ir más segura por la calle.

¿Recuerdas, cuando íbamos a comprar ropa, para ti?, … yo todavía puedo recordarlo, no sabías lo que querías, siempre querías cosas bonitas, a veces bastante caras para el bolsillo, pero yo siempre te compraba lo que tú querías, aunque después tuviera que hacer algún apaño, para que así te quedará mejor, y lo pudieras lucir delante de tus amigas. Ahora es al revés, y ahora soy yo, quien necesita que la acompañen a comprar ropa, yo me lio muchas veces e igual que te pasaba a ti, pero tú ahora no tienes tiempo, para acompañarme de compras, y mientras que yo antes siempre lo tuve, o te hacía los vestidos que yo pudiera.
 
¿Recuerdas, cuando te acompañaba al colegio?, … tú sabes que yo no he tenido tiempo para estudiar, pero no soy tonta, y una cosa nada tiene que ver con la otra, me alegro que en tu caso no sea así. Yo quise que tú tuvieras los mejores estudios y en el mejor colegio, yo no pude ir a la escuela, me he pasado la vida trabajando desde muy niña, y yo no quise que sucediera contigo lo mismo ... Tu padre y yo hicimos un gran sacrificio por ti, para pagarte un buen colegio, y es lo que queríamos para ti y para tus hermanos, que no os sucediera como a nosotros, y ya que nunca pudimos tenerlo, en mi niñez tuve que vivir la guerra, y de muy jovencita ya me puse a trabajar de criada.

¿Recuerdas cuando eras niña?, … te gustaba llevar el pelo largo, y yo te hacía unas trenzas, a veces no me sobraba el tiempo y entonces tu hermano te las hacía, para que llegaras muy guapa, al colegio, que tan caro nos salía. Yo no tengo el pelo largo ahora, más bien, ya empiezo a tener muy poco, pero ahora es tu hermano, quien me ayuda a peinarme cada mañana, pero él no sabe hacerme los ricitos, tampoco yo puedo ir cada día a la peluquería, para que me los hagan allí. A pesar de esto, él me deja siempre muy guapa, ya sabes que no veo bien, así también él me ayuda en muchas otras cosas, ahora soy yo, quien debe ir guapa cada mañana, a un Centro de Día para viejos.

¿Recuerdas, cuando llegaron tus hijas?, …  yo lo recuerdo muy bien, y también quise ayudarte en lo posible, te di dos manos y durante varios años, traté a mis nietas como si ellas también fueran mis hijas. Yo no quería que te sucediera lo que me pasó a mí, que no tuve a mi madre, y para que me ayudara con mis 3 hijos, yo hice todo lo que pude para así evitarte tanto trabajo con ellas, de manera que siempre pudiste seguir trabajando, y ganando un dinero. Tú solo has tenido dos hijas, pero yo tuve tres hijos, era un poco más de trabajo, pero tu hermano mayor me ayudó todo lo que pudo, y si tú hubieras sido la primera en llegar al mundo, pues te habría tocado a ti, pero él llegó el primero, y como siempre ha sido tan bueno y atento conmigo, y siempre tan responsable de la familia, pues le tocó a él.

Ahora está cuidándome muy bien, pero yo hubiera querido que también te encargarás tú, o mejor dicho, hubiera querido vivir en tu casa, y así que tú me cuidaras, y también que lo hicieran mis nietas, yo las traté siempre como si fueran mis hijas ... Tu hermano mayor me ha dicho, que mis tres hijos son los responsables de mí, y no solamente tú, yo puedo comprenderlo ahora, pero siempre esperé que fueras tú, quien cuando yo fuera vieja me cuidara. Ahora me estoy dando cuenta de que cometí un gran error, pero ésta era mi gran ilusión, estar con mis tres hijas, cuando fuera vieja y no pudiera valerme por mí misma.

Desde que se marchó tu padre, yo he ido cayendo cada año un poco más, en esta etapa de mi vida, ahora yo necesito de la ayuda de mis hijos, pero solamente veo, que es tu hermano mayor, quien me da la mano. Tu hermano pequeño no lo hace, porque siempre tengo follones con él, y tú siempre tienes que trabajar o estudiar. Yo llevo varios años en que la depresión aumenta, y porque me siento muy abandonada. No quiero dar la culpa de esto a nadie, solamente es mía, porque yo siempre esperé que fueras tú, quien me cuidara, y al ver que no es así, pues me pone muy mal, y muy triste en muchas ocasiones, y también muy rabiosa en otras, pero sobre todo siento una gran pena, al no haber sabido hacerlo mejor o de otra manera.

Yo no quiero estar a mal contigo, por esto yo prefiero callarme mis 4 verdades, tal vez sea porque espero que algún día tú te darás cuenta, de lo que estás haciendo conmigo, pienso que podrías tener más tiempo para mí, pero yo no puedo obligarte para más. Yo sé que soy una vieja bastante difícil, hay que tener mucha paciencia conmigo, pero deberías comprenderme, ya estoy en los 80 años, y ya no soy la persona que fui. En mi cabeza, no deja de darme vueltas lo que está sucediendo, así que todo esto me pone muy nerviosa. Cuando llega la noche comienzo a darle vueltas y vueltas, y no me deja dormir nada. Ahora es lo mismo que me sucedía antes, cuando tú eras niña y llorabas por las noches, entonces yo debía estar siempre despierta, para cuidarte, para darte el biberón o para cantarte alguna canción de cuna.

Últimamente no quiero escuchar la canción de “la camisa negra”, porque me pongo muy mal, y me trae muchos recuerdos de años atrás, era cuando yo la escuchaba con mis nietas, y bailaba un poco con ellas, ahora son otras canciones, pero tengo que bailar sola, o con mis “compañeras de trabajo” del Centro de Día. Yo espero, que te des cuenta algún día, de lo que estás haciendo conmigo, me gustaría que se cumpliera la ilusión que yo tenía, contigo y con mis nietas, pero ha llegado un momento en el cual yo me doy cuenta, de que ya nunca se cumplirá, de que vosotras ahora no queréis ayudarme, y por esto tampoco yo quiero saber más de vosotras, siento una ingratitud inmensa por vuestra parte.

Tu madre, que a pesar de todo sigue siéndolo, que también es abuela de tus hijas, y que no os olvida.

Atención: Texto del libro "Tres hermanos y una madre - Diario de un karma familiar (I) - El Juego del Escondite (la pérdida), inscrito en el Registro de la Propiedad Intelectual (España), y protegido por derechos de autor. DF. Nomemientas Gavilán.
  
 Y recuerda, ...
"aquello que tú le hagas hoy,
pudiera ser lo que tú recibas mañana".


Quien a hierro mata, a hierro muere (Ley del Talión)


 

Si te apetece leer la historia completa en un libro, pincha aquí: TRES HERMANOS Y UNA MADRE  
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14 comentarios:

Anónimo dijo...

Otra madre que también se debió morir de pena, usted lo sabrá mejor que yo, pero ya hay motivos suficientes para haber perdido la alegría de vivir, por mucho que usted la bien cuidara y por mucho que usted la diera todo su amor. Yo puedo entender muy bien esta carta, porque es una carta muy similar a la que escribiría mi madre, a su otra hija, no a mí, yo soy quien la peina cada día y quien le hace los ricitos. Yo soy una desilusionada más de la familia. Un abrazo y todo mi cariño para alguien como usted.

DF. Nomemientas Gavilán dijo...

Pues sí, mi madre también se murió de pena, una grandísima pena, y es algo que yo todavía no he podido asimilar completamente. Es triste, tristísimo, que sucedan cosas así, pero mi madre estará siempre en mi corazón y en mi alma. Un abrazo y gracias por comprenderme.

Juan José dijo...

Triste historia la que he leído, pero bastante frecuente, por desgracia siempre hay hijos ingratos. Muchos no saben que deben devolver algún día lo que recibieron de sus padres. Un abrazo, yo también he vivido lo mismo, el único hijo que ha hecho por su madre lo que no hicieron los demás.

DF. Nomemientas Gavilán dijo...

Hola, acaba de llegar tu comentario, te lo agradezco, imagino que también lo habrás pasado muy mal, no es agradable en absoluto este tipo de situaciones, cuando ves a tu madre que espera también el auxilio de los demás hijos, y ver que es imposible. La depresión y la tristeza que siente una madre, y la impotencia y la pena que puede sentir el hijo que la cuida, es imposible de describir. Un abrazo también para ti.

Juan José dijo...

Quien no lo ha vivido nunca lo puede entender, hay que pasar por ello para saber lo que se siente, para darte cuenta de que el egoismo de las personas puede más que el amor que se debe a una madre. Yo lo pasé muy mal en aquel tiempo y todavía no he acabado de pasar el duelo por la muerte de mi madre y por lo mal que ella lo pasó. Puedo entender muy bien estas vivencias, yo también debería haber escrito un diario, para desahogarme de tanta "miseria" como estuve viendo en los que fueron mis hermanos. Otro abrazo y te deseo lo mejor en tu blog y en tu libro. P.D. Estoy leyendo otra vez y escuchando la música, pero también estoy reviviendo lo que yo pasé, tengo la sensación de que nunca acabará.

DF. Nomemientas Gavilán dijo...

Todo termina algún día, o eso espero, hay duelos que se hacen muy largos y sobre todo cuando se ha hecho tanto por la persona que se nos ha ido. Te deseo lo mejor, igual que me lo deseo a mí mismo y gracias otra vez por añadir algo más a este blog.

Anónimo dijo...

SU NOVENTA CUMPLEAÑOS (Grupo Calaitos)
(Javier Labandón Pérez)

Hace como un par de años que reposa en esa casa, donde la tratan muy bien y tiene amigas ancianas con las que poder hablar, presumiendo de sus hijos ella pasa todo el día. Hoy pidió que la llamaran una hora más temprano, era un día especial, su noventa cumpleaños y quería estar guapa porque esperaba visitas. Hoy veía reunida junto a ella a su familia, se fue el día y nadie apareció, y llorando se metió en la cama y pensó quizás vengan mañana. Perdonando se durmió y soñó que estaba junto a su marido, que cuidaba de sus hijos, y sonrió.

Vio pasar esa mañana y la hora de comer, vendrán luego por la tarde, vendrán para merendar, pero pasó la merienda y la hora de cenar. No quería acostarse, no han podido olvidarse, si no vienen por algo será. Hace tiempo ya que nadie viene a hacerle una visita, se olvidaron de la abuela, cuando más lo necesita.

Anónimo dijo...

Hay hijas muy cabronas, esto me recuerda también a mi hermana.

Anónimo dijo...

Qué triste cuando leo esto otra vez, no es la primera vez. Duele, duele mucho, muchísimo, darte cuenta de cómo son muchos hijos y nietos.

Anónimo dijo...

Me ha impresionado, no sé por que algunos de nosotros tenemos un cierto grado de responsabilidad ante este tema y otros seres apenas, no lo comprendo si es por tiempo, por no gustarles la situación,... no sé. Lo que está claro que para las personas mayores debe ser muy dura la situación y conscientes de lo que se les avecina, todo lo que podamos ayudarles no está de más. Un abrazo a todos.

Anónimo dijo...

Triste carta, muy triste carta, el amor de una madre en el cuidado de su hija, cuando era niña, es pagado con el desamor de la hija, cuando la madre la necesita como nunca, cuando está en los últimos tiempos de su vida. ¿cómo le habrá quedado la conciencia a la hija???.

DF. Nomemientas Gavilán dijo...

Pues muy buena pregunta, yo sé que la hija lo arrastrará hasta el final de sus días, dudo de que su conciencia se lo perdone, creo que necesitará volver en una vida futura, para pagar su precio. Gracias por comentar.

DF. Nomemientas Gavilán dijo...

Hay gente que solamente sabe estar a las "maduras", a lo que le interesa más, pero que no sabe estar a las "duras", a lo que menos les interesa, desgraciadamente para muchos. Gracias por el comentario.

Anónimo dijo...

Desgraciadamente hay muchos desgraciados hijos deaagradecidos, ya se ha visto en los miles de ancianos que han estado muriéndose en residencias, dejados o abandonados allí por sus hijos, no quisieron asumir su reponsabilidad a lo hora de cuidar a sus mayores, pero bien quisieron que sus padres se ocuparan de ellos en su mísera infancia, porque esto es lo que son, unos miseros desagradecidos. Hay hijos responsables e hijos irresponsables, pero yo pienso que los hijos responsables no se atreverían a dejar en un asilo a quien les cuidó y alimentó en la niñez, como bien he leido en otro post de usted, el amor es un camino de ida y de vuelta, pero también es verdad que hay quien solo sabe estar a las maduras, a lo que más le interesa y si puede sacar dinero de sus padres mejor,, y después no quiere estar a las duras, esto no es ni será nunca justicia, ni de Dios ni de los humanos. Avergonzados de sí mismos deberían estar todos estos vampiros, porque esto es lo que también son, unos vampiros. Le saludo muy cordialmente, creo que usted también lo debió pasar muy mal con su vivencia al cuidar de su madre mientras los otros hijos se peinaban, digo peinaban por no ser grosero.