Todos somos salvadores y víctimas,
y acabamos siendo verdugos,
de nosotros mismos y de los demás.
Salvador de los demás, víctima de uno mismo.
Víctima de los demás, verdugo de sí mismo.
Si no quieres acabar siendo víctima, mejor no te conviertas en salvador.
Si no quieres ser verdugo, mejor no quieras ser salvador o víctima.
Si quieres seguir siendo víctima, busca un salvador externo.
Si quieres dejar de ser víctima, busca tu salvador interno.
Si quieres dejar de ser salvador, busca tu víctima interna.
El salvador busca una víctima, la víctima busca un salvador,
y el verdugo ajusticia a los dos.
No hay nadie a quien salvar, salvo a uno mismo.
Sálvate a ti mismo, DE TI MISMO, de tu ego prepotente,
y deja que el otro se salve, A SÍ MISMO, de su ego prepotente.
No creáis nada,
por el simple hecho de que muchos lo crean o finjan que lo creen;
creedlo después de someterlo,
al dictamen de la razón y a la voz de la conciencia. Buda.
SALVADORES, VÍCTIMAS Y VERDUGOS
(SANADORES, HERIDOS Y HERIDORES)
(MÉDICOS, ENFERMOS Y ACUSADORES)
(PROTECTORES, DESVALIDOS Y MALTRATADORES)
No creáis nada,
por el simple hecho de que muchos lo crean o finjan que lo creen;
creedlo después de someterlo,
al dictamen de la razón y a la voz de la conciencia. Buda.
EL TRIDENTE DE NEPTUNO |
SALVADORES, VÍCTIMAS Y VERDUGOS
(SANADORES, HERIDOS Y HERIDORES)
(MÉDICOS, ENFERMOS Y ACUSADORES)
(PROTECTORES, DESVALIDOS Y MALTRATADORES)
(POLICÍAS, DELINCUENTES Y JUECES)
El Tridente del dios Neptuno o Poseidón.
El triángulo, la triple representación de Quirón, en el Teatro de la Vida.
El Tridente del dios Neptuno o Poseidón.
El triángulo, la triple representación de Quirón, en el Teatro de la Vida.
El fatídico triángulo de Karpman
Las 7 Leyes o Principios Herméticos del Kybalión.
En la Astrología se identifica a la casa XII como la casa del salvador, víctima y verdugo, es en la casa cuyo regente es Neptuno, el dios Poseidón de los griegos, el dios que con su tridente (y de tres puntas por supuesto), va paseando bajo el mar para remover las aguas de vez en cuando, y así provocar determinadas olas o mareas que hagan zozobrar, aquellos barcos o personas que estén mal preparados para surcar sus dominios … Si Neptuno no removiera las aguas profundas del mar, nadie sabría si está bien preparado para navegar, de modo que esto lo hace de vez en cuando, cuando él quiere y siempre cuando nosotros no lo esperamos. Si Neptuno no removiera los fondos marinos, sucedería que él actuaría de salvador, para que no zozobrara nuestro barco y para que así no nos hundiéramos, pero sucede que de este modo Neptuno se convertiría en la víctima, y puesto que las aguas del mar necesitan oxigenarse para que haya vida, y si el mar no tuviera oxígeno, ya Neptuno también se quedaría sin él, es decir, que para salvar a los incautos navegantes, él se convertiría en víctima, de los navegantes y de él mismo, pero sobre todo, él se convertiría en verdugo de sí mismo.
Dice el primer mandamiento de Karpman: “no rescatarás a otras personas que puedan valerse por sí mismas”, … y creo que es fácil de entender, pero no lo es cuando el salvador o rescatador busca víctimas, sí, así es. Existen muchas personas que van de salvadores, con el disfraz puesto y esperando encontrar a quien salvar, nos ha sucedido a todos, y en una medida más o menos mayor, pero a todos. Hay cierto placer a la hora de rescatar a alguien, y hay cierto engorde del ego y es más placentero que no ser la víctima … El gran problema es que si salvamos a alguien, de aquello que él mismo puede hacer, o de aquello para lo cual debe tener su responsabilidad, pues ya le estamos preparando un camino futuro dependiente de otros, y en este caso sería de dependiente de otra persona, librando a él de su propia responsabilidad, así pues es fácil saber que lo convertiremos en un irresponsable consigo mismo y otros asuntos del mundo. Estaremos haciéndole mucho daño, de modo inconsciente, pero mucho daño, y al mismo tiempo es víctima de nosotros y de sí mismo, si él se deja, generando al mismo tiempo sentimientos varios de ira, frustración y otros, tanto en el salvador como en la víctima.
El siguiente mandamiento de Karpman dice: “no ejercerás de víctima”, … y salvo que no puedas valerte por ti mismo y realmente necesites ayuda de alguien, y ya todos sabemos que el mundo está lleno de personas, que van con su disfraz puesto de víctimas, pero ellos dirán que no, o no se darán cuenta, o tal vez nos dirán que están siendo víctimas de alguien, pero nunca dirán que también están siendo víctimas de sí mismos … La cuestión es que una vez reciben la salvación o la ayuda de otro, también se sienten airados, consciente o inconscientemente, pero airados por no haber sido capaces de hacerlo por sí mismos, y así se pueden sentir humillados, resentidos y dolidos con el salvador, quien al parecer puede hacer lo que ellos son incapaces de hacer por sí mismos. Aquí actúa la Ley de Generación, el salvador es la parte activa, mientras que la víctima es la parte pasiva. El salvador es la parte positiva, que no por ser positiva es “buena”, mientras que la víctima es la parte negativa, que no por ser negativa es “mala”.
El tercer y último mandamiento de Karpman dice: “no perseguirás”, pero yo prefiero decir: “no ajusticiarás”, … y sencillamente porque éste es el papel del verdugo, ajusticiar, hacer cumplir la justicia, así prefiero llamarlo yo, aunque tiene también el nombre de perseguidor o de acusador. El verdugo aparece cuando el salvador y la víctima han cumplido con su cometido, salvar y ser salvado, salvar y ser victimizado, y por tanto ambos se enfrentarán después, y más tarde o más temprano, pero, lo que en su momento había sido una unión buscada, después ya se convierte en todo lo contrario, ambos se convierten en verdugos del otro, y de sí mismos por supuesto … Si no se cumplen estos tres mandamientos de Karpman, se entra como una forma de penitencia y de expiación, en la casa XII de la Astrología, en este triángulo fatídico y dramático del cual en muchas ocasiones en dificilísimo salir, pues el triángulo “une sus tres lados”, y por esto hay que romper con él cuanto antes, o más bien no crearlo nunca.
El salvador busca personas dependientes de él, la víctima busca depender de otros, y mientras tanto el verdugo está preparando la guillotina para ambos. El salvador necesita víctimas y si no las encuentra las crea, para después quejarse de sus esfuerzos y decir que se aprovechan de su generosidad. La víctima se cree incapaz de resolver su situación, ya que ni tan siquiera intenta buscar y encontrar fórmulas, que le inspiren a hacer por él, puesto que le es más fácil buscar a alguien que le saque de su problema, sin hacer ningún esfuerzo y además sin asumir su propia responsabilidad. El salvador hace más de lo que le corresponde y además se obliga a sí mismo, como si él fuera el responsable de solucionar los problemas de los demás, y suele ponerlos por encima de los suyos propios, es mucho más fácil, y para así no sentir su propio sufrimiento y su poco hacer, por y para él mismo. Dice la Ley del Mentalismo, que todo es mente, y es así, pero sin olvidar que tenemos una mente consciente, la cual conoce una parte de nosotros, y también tenemos una mente inconsciente, la cual guarda lo que todavía no conocemos de nosotros, y ya por tanto podemos ser salvadores o víctimas sin ser conscientes de ello, es decir, engañándonos como mejor sabemos, y negando la realidad como mejor podemos.
Se podrían escribir un montón de ejemplos de situaciones que nos encontramos con frecuencia, en la vida de cada día, en el momento que conducimos nuestro coche por la ciudad y tenemos un golpe con otro, cuando vamos de compras y nos devuelven mal el cambio, o cuando alguien se tropieza con nosotros, o en las relaciones y cuando alguien te pide un préstamo de dinero, o en asuntos de negocios cuando no queremos comprar lo que nos ofrecen, o cuando el coche se avería y buscamos un mecánico, o cuando nos perdemos y preguntamos a alguien la dirección a donde queremos ir, o cuando alguien te roba en el metro y después acudimos a la policía, o cuando los bomberos acuden a apagar un incendio, o a rescatar un gato subido en un árbol, o cuando salvamos a alguien de morir ahogado en la playa, o cuando nos salvan a nosotros, y es decir, existen cientos y miles de situaciones en las cuales se juntan un salvador y una víctima, y en las cuales el verdugo ya ha comenzado también con su actuación, o está a punto.
Para mí aquí está el truco del almendruco, saber encontrar ese punto, en el cual el salvador y la víctima pueden transformarse en verdugos, de sí mismos y del otro, y no siempre es nada fácil, pues en muchísimas ocasiones, o solamente algunas, surgen los sentimientos de misericordia y de caridad, los típicos de la casa XII del Zodiaco, los típicos del signo de Piscis, los típicos de las enseñanzas de Jesucristo, el Salvador, Víctima y Verdugo. Todos queremos evitar nuestro propio sufrimiento, y algunos quieren evitar el sufrimiento de los demás, no todos, pues hay muchos a quienes les da completamente igual si otros sufren … Yo entiendo que el sufrimiento también es necesario, todo lo que existe en el mundo emocional es siempre necesario, aunque no nos sea muy placentero, pero para algo existe, nada existe por nada, todo existe por algo, de nada sirve querer evitar el sufrimiento, propio o ajeno, podremos paliarlo, aliviarlo, con cierta empatía, con cierto amor y con cierta misericordia y caridad, pero nunca lo podremos evitar al completo … El sufrimiento forma parte de la vida, pero hasta cierto punto, por supuesto, pues yo entiendo que a partir del momento, en el cual hemos unido las polaridades, que pretende unir la casa XII, ya desaparece el sufrimiento para siempre, pero desaparece porque ya no es necesario sentirlo, y no porque lo hayamos negado, como pudimos hacer antes en muchos momentos de la vida.
Mucho hay escrito sobre esto y muchos lo harían mejor que yo, yo solamente puedo escribir mi punto de vista sobre esto y mi punto de vista es muy simple, “no hay nadie a quien salvar, salvo a uno mismo”, esto leí en una ocasión y lo asumí después, tras una larguísima meditación y una larguísima reflexión, con lo cual no quiero decir que mi manera de verlo sea la mejor, pero es la mía y es la que me vale. La polaridad salvador-víctima tiene siempre un punto de encuentro en el centro, como todas, y un punto en el cual no existe ni el salvador ni la víctima, y por lo tanto se trata de un punto neutro, medio y equilibrado, un punto que no tiene nombre, pero que solo puede ser la unión de ambos. Se trata de hacer hasta el punto que debes hacer por otro, ¡y ya nada más!, el resto lo debe hacer el otro. Si la víctima nada quiere hacer por sí misma, tampoco yo como salvador quiero hacer, si la víctima hace “dos”, yo solamente quiero hacer “dos” … Esto es algo que puedo captar ahora, pero que no supe hacer en muchas ocasiones anteriores de mi vida, ahora es como si algo dentro de mí me dijera: “hasta aquí, ya nada más” …
La relación médico/salvador y enfermo/víctima
Siempre somos víctimas de nosotros mismos, esto lo primero, y por tanto nosotros deberíamos salvarnos, no buscar a alguien que lo haga. Si hemos enfermado por una pésima alimentación o una pésima relación con nuestra mente y nuestro cuerpo, pienso que es fácil entender, que uno debería ser el salvador de sí mismo, es decir su propio médico, aunque para esto necesite de la orientación y ayuda de un médico, o un psicólogo o similar, pero nunca se debería dejar en sus manos la responsabilidad que nos corresponde. De la misma manera que el profesional médico o salvador, no debería nunca hacerse responsable de la salud de sus enfermos o víctimas. Cada uno de nosotros debe ser responsable de su propia salud, y tanto si nos atiende un médico del seguro como de pago, y tanto si nos atiende un médico como un naturópata, y tanto si somos atendidos por quien sea, haciendo por nosotros mismos todo lo que sea necesario hacer, tanto en la dieta como en los comportamientos psicoemocionales y físicos. Un buen profesional de la salud nunca debe pagar los errores o "pecados" de sus enfermos, son los enfermos quienes los deben pagar, para así aprender y no repetirlos en el futuro.
Mal médico sería aquél que no sabe explicar esto a sus enfermos, y también mal enfermo sería aquél que no es capaz de hacer por sí mismo, creo que se puede entender. De la misma forma, en todos los actos humanos, en los cuales hay un servicio, deben ser pagados, sea en dinero o sea en especies, pero nunca deben ser gratuitos para nadie, yo no creo en la medicina gratuita, yo creo que hace mucho daño a la gente, los convierte en dependientes, y los convierte en más víctimas de lo que son. Partiendo de esto, el día que el enfermo o víctima se da cuenta, de que se ha hecho mucho daño, y que el profesional médico no se lo ha hecho ver, pues pasa lo que debe pasar, que la víctima se convierte en verdugo, acusador o perseguidor de ese médico o el similar, que no supo evitar el triángulo salvador-víctima-verdugo, del mismo modo que también el médico salvador se convierte en verdugo, de su enfermo víctima, al ver que no ha sido capaz de hacer todo lo que debía hacer por él, cuando había sido prevenido y recetado por el médico. Por supuesto en una medida más o menos mayor, de acuerdo con la Ley de Vibración.
Partiendo de todo esto, entiendo que todo intercambio entre dos personas, entre un salvador y una víctima en concreto, debe ser mediante el pago de los servicios, sea dinero, sea en especie, o sea en trabajo, pero nunca debería ser gratuito, pues de hacerse, así nunca es valorado como corresponde. Así pues, malo para el profesional salvador y malo para el enfermo víctima, ya que así continuarán ambos haciendo su papel en el triángulo fatídico de Karpman, serán salvadores, víctimas y verdugos por toda la eternidad de los tiempos, en este Teatro de la Vida, en el cual a veces interpretamos un papel u otro, hasta que descubrimos los efectos nefastos del triángulo. El problema es que la gente en general no suele entenderlo, está claro, ¿cómo puede entender esto quien es víctima de sí mismo?, … ¿cómo puede entender esto quien todavía no se ha dado cuenta, de que no existen enfermedades, sino enfermos?, … ¿cómo puede entender esto quien no se ha dado cuenta, de que él mismo se ha provocado sus propios males, de que él mismo ha sido su propio verdugo? … Ya lo dice la Ley de Causa y Efecto, "toda causa tiene su efecto, todo efecto tiene su causa", … y realmente la casualidad no existe, todo es “causalidad”, y el camino que estamos recorriendo ahora, lo hemos trazado antes sembrando las causas, ahora es tiempo de recoger los propios efectos, de recoger lo que hemos sembrado.
Conclusiones
Yo pienso, y estoy convencido de ello, que si cada uno se ha creado sus propios males, también puede salvarse de ellos … “No hay nadie a quien salvar, salvo a uno mismo”, pero como siempre es más fácil buscar un salvador que lo haga por nosotros, es más fácil “hacerse la víctima”, y sin darse cuenta de que cada uno es víctima de sí mismo … Para un salvador es más fácil salvar al otro, que no explicarle que está siendo víctima de sí mismo. Todos tenemos el libre albedrío de seguir actuando con estos arquetipos, pero al mismo tiempo tenemos la obligación de anularlos y dejar de vestirnos, con disfraces que no nos pertenecen, con disfraces que nunca nos pueden permitir encontrar nuestra verdadera esencia individual, la que todo lo contiene y la que nunca necesita proyectar su sombra en los demás. Se puede dar una mano pero nunca las dos, pero si vas de salvador, recuerda que te convertirás en víctima, de ti mismo y del otro, y para vengarse después el verdugo ajusticiará a los dos.
Yo sé que a pesar de lo escrito mucha gente seguirá sin comprenderlo, yo sé que no es fácil de asimilar, forma parte del trabajo individual y personal de muchos, descubrirse a sí mismos como víctimas de sí mismos, pero una vez descubierto el juego, ya no se necesita usar más ni uno ni otro disfraz. Y desde el momento en que no se necesita usar el disfraz de víctima o salvador, ya tampoco hará falta desempolvar el disfraz de verdugo, el que todos tenemos muy guardado en algún rincón de nuestro desván. Decía Jesucristo: “no le des un pescado, enséñale a pescar”, … y así es, si le das un pescado seguirá siendo víctima toda la vida, y si le enseñas a pescar podrá salvarse para toda la vida.
De cualquier forma, tal y como nos dice el Eclesiastés y también dice la Astrología, hay un tiempo para cada cosa y una cosa para cada tiempo, y por lo tanto hay un tiempo para ser salvador y otro para ser víctima. Solamente a través del sufrimiento y del dolor se puede expandir la consciencia, para así anular y disolver el arquetipo salvador-víctima, y así pues se trata de emociones a sentir, del hemisferio cerebral derecho, y no se trata solamente de razonarlo con el hemisferio cerebral izquierdo, se trata de usar los dos hemisferios cerebrales, ya que cuando se vive el papel de salvador o de víctima, tan solo estamos usando uno, y debido a que el otro está bloqueado.
Texto del libro "Tres hermanos y un final" - Diario de un karma familiar (IV) - El Juego del Escondite (el encuentro). Reservados los derechos de autor. DF. Nomemientas Gavilán.
Recomendado leer en este blog:
Gran parte de vuestro sufrimiento, es por vosotros mismos escogido.
Es la amarga poción, con la cual el médico que se oculta en vosotros,
cura a vuestro yo doliente. Confiad por lo tanto en ese médico,
y bebed su medicina en silencio y con tranquilidad,
porque su mano, aunque pesada y dura,
está guiada por la suave mano del Invisible.
Khalil Gibran (místico libanés, siglo XX)
Tratar de evitar el sufrimiento;
como y donde sea que se presente;
indica siempre que quien lo hace,
es fundamentalmente un no-iniciado.
Herbert Fritsche (biólogo alemán, siglo XX)
Tú dijiste:
-¿Cuál es la señal del camino, oh derviche? ...
-Escucha lo que te digo y, cuando lo oigas, ¡medita!
Ésta es para ti la señal:
la de que, aunque avances, verás aumentar tu sufrimiento.
Farid al Din Attar (místico persa, siglo XIII)
Ya he dejado atrás mi misión y no tengo nada que ver con ella.
En mí, el maestro y el salvador han muerto;
ahora puedo ocuparme de mis cosas y de mi vida (…)
Quise ir más lejos de los límites, de mis manos, y de mis pies,
de modo tal que me traicioné a mí mismo (…),
porque he muerto, y ahora conozco mis propios límites.
D. H. Lawrence (escritor inglés, siglo XX)
Las 7 Leyes o Principios Herméticos del Kybalión.
Dice
la Ley de Polaridad: “todo es dual; todo tiene dos polos; … todo tiene
su par de opuestos; … los semejantes y los antagónicos son lo mismo; …
los opuestos son idénticos en naturaleza, pero diferentes en grado; …
los extremos se tocan; … todas las verdades son semi-verdades; … todas
las paradojas pueden reconciliarse” … Este 4º Principio Hermético
encierra la verdad, de que todas las cosas manifestadas poseen dos
aspectos, dos polos … Estos dos polos son un par de opuestos con
innumerables grados intermedios entre ambos extremos … Aquellas antiguas
y eternas paradojas que en todo tiempo han confundido a la mente
humana, como: “todo es yo al mismo tiempo”, … “la tesis y la antítesis
son idénticas en naturaleza”, … los extremos siempre se tocan”, … etc.,
quedan plenamente explicadas si se estudia este Principio o Ley.
Toda
verdad es relativa. Si cualesquiera de nosotros toma la dirección del
norte, bien sea en un avión, en un tren, a pie, o en patinete, o
hipotéticamente hace un viaje mental, y siempre hacia el norte, llegará
un momento en que, siguiendo siempre adelante, llegará a la cumbre del
polo norte, y viajando siempre hacia delante, ya no estará viajando
hacia el norte sino hacia el sur … Igualmente sucede con el Este y el
Oeste, por eso se dice que Oriente es Occidente y Occidente es Oriente.
No es muy difícil de entender, que estamos viviendo en el globo
terráqueo y que por tanto es como una pelota, que no tiene principio ni
fin, y que no tiene fin ni principio, ya que el principio es igual al
final, y el final es igual al principio … No existe un lugar del globo
donde se pueda decir que aquí comienza y allí acaba, todo gira y se da
la vuelta continuamente, lo mismo que nos sucede a cada uno de nosotros, "como es adentro es afuera", y en nuestro interior todo se manifiesta de la misma forma que en el planeta Tierra que habitamos.
En la Astrología se identifica a la casa XII como la casa del salvador, víctima y verdugo, es en la casa cuyo regente es Neptuno, el dios Poseidón de los griegos, el dios que con su tridente (y de tres puntas por supuesto), va paseando bajo el mar para remover las aguas de vez en cuando, y así provocar determinadas olas o mareas que hagan zozobrar, aquellos barcos o personas que estén mal preparados para surcar sus dominios … Si Neptuno no removiera las aguas profundas del mar, nadie sabría si está bien preparado para navegar, de modo que esto lo hace de vez en cuando, cuando él quiere y siempre cuando nosotros no lo esperamos. Si Neptuno no removiera los fondos marinos, sucedería que él actuaría de salvador, para que no zozobrara nuestro barco y para que así no nos hundiéramos, pero sucede que de este modo Neptuno se convertiría en la víctima, y puesto que las aguas del mar necesitan oxigenarse para que haya vida, y si el mar no tuviera oxígeno, ya Neptuno también se quedaría sin él, es decir, que para salvar a los incautos navegantes, él se convertiría en víctima, de los navegantes y de él mismo, pero sobre todo, él se convertiría en verdugo de sí mismo.
La
mitología es siempre muy compleja y complicada de entender, y en este
caso hay un par de versiones diferentes, una de ellas dice que Poseidón
fue salvado por su madre y en el momento de nacer, ya que Cronos
(Saturno), su padre, se lo quería comer, tal como era su costumbre. De
modo que aquí Poseidón pudo ser la víctima de su padre, pero fue salvado
por su madre … Esto es algo que suele suceder en muchísimas familias,
generalmente la madre suele salvar algunos hijos, de la ira del padre, y
así nos ha sucedido a muchos de nosotros. Ya en la infancia muchos
aprendimos el papel del salvador y víctima, aprendimos a salvar a otros,
de aquello que debían hacer por sí mismos, pero así nunca pudieron
aprender a salvarse, les hicimos un flaco favor al actuar de salvadores,
pues ya les convertimos también en víctimas de ellos mismos, y también y
por lo tanto en verdugos de sí mismos. De la misma manera que nosotros
nos convertimos en víctimas de quienes habíamos salvado, y
posteriormente en verdugos, tanto de los otros y como de nosotros
mismos. Es la Ley de Correspondencia, "como es adentro es afuera".
No
es puramente casualidad que Neptuno use un tridente (de tres puntas),
así puede pinchar a cada uno de los tres personajes, del
salvador-víctima-verdugo, y al mismo tiempo además, él no necesita
hacerlo uno detrás de otro, y ya que que cada vez que se actúa de
salvador, ya se está creando la víctima y el verdugo, todo en el mismo
momento. Existe una forma de ver esto, y se trata del llamado triángulo
fatídico o dramático de Karpman, se trata de un triángulo que se une
como todos, y por tanto significa que el salvador (rescatador), la
víctima y el verdugo (acusador o perseguidor), también están unidos y en
cada momento de su actuación en este “Teatro de la Vida” … Uno sin el
otro no podrían existir, y de modo que cuando uno actúa, ya los otros
están esperando entre las bambalinas del teatro, y esperando que llegue
su momento de actuar, en el momento en que baje el telón y suba de
nuevo, en el momento que la Ley del Ritmo cambie su ciclo, en el momento
que el péndulo del reloj gire hacia el otro lado, o sea, cuando así
necesite compensar ambas polaridades (salvador-víctima).
El fatídico triángulo de Karpman
El fatídico triángulo de Karpman
Dice el primer mandamiento de Karpman: “no rescatarás a otras personas que puedan valerse por sí mismas”, … y creo que es fácil de entender, pero no lo es cuando el salvador o rescatador busca víctimas, sí, así es. Existen muchas personas que van de salvadores, con el disfraz puesto y esperando encontrar a quien salvar, nos ha sucedido a todos, y en una medida más o menos mayor, pero a todos. Hay cierto placer a la hora de rescatar a alguien, y hay cierto engorde del ego y es más placentero que no ser la víctima … El gran problema es que si salvamos a alguien, de aquello que él mismo puede hacer, o de aquello para lo cual debe tener su responsabilidad, pues ya le estamos preparando un camino futuro dependiente de otros, y en este caso sería de dependiente de otra persona, librando a él de su propia responsabilidad, así pues es fácil saber que lo convertiremos en un irresponsable consigo mismo y otros asuntos del mundo. Estaremos haciéndole mucho daño, de modo inconsciente, pero mucho daño, y al mismo tiempo es víctima de nosotros y de sí mismo, si él se deja, generando al mismo tiempo sentimientos varios de ira, frustración y otros, tanto en el salvador como en la víctima.
El siguiente mandamiento de Karpman dice: “no ejercerás de víctima”, … y salvo que no puedas valerte por ti mismo y realmente necesites ayuda de alguien, y ya todos sabemos que el mundo está lleno de personas, que van con su disfraz puesto de víctimas, pero ellos dirán que no, o no se darán cuenta, o tal vez nos dirán que están siendo víctimas de alguien, pero nunca dirán que también están siendo víctimas de sí mismos … La cuestión es que una vez reciben la salvación o la ayuda de otro, también se sienten airados, consciente o inconscientemente, pero airados por no haber sido capaces de hacerlo por sí mismos, y así se pueden sentir humillados, resentidos y dolidos con el salvador, quien al parecer puede hacer lo que ellos son incapaces de hacer por sí mismos. Aquí actúa la Ley de Generación, el salvador es la parte activa, mientras que la víctima es la parte pasiva. El salvador es la parte positiva, que no por ser positiva es “buena”, mientras que la víctima es la parte negativa, que no por ser negativa es “mala”.
El tercer y último mandamiento de Karpman dice: “no perseguirás”, pero yo prefiero decir: “no ajusticiarás”, … y sencillamente porque éste es el papel del verdugo, ajusticiar, hacer cumplir la justicia, así prefiero llamarlo yo, aunque tiene también el nombre de perseguidor o de acusador. El verdugo aparece cuando el salvador y la víctima han cumplido con su cometido, salvar y ser salvado, salvar y ser victimizado, y por tanto ambos se enfrentarán después, y más tarde o más temprano, pero, lo que en su momento había sido una unión buscada, después ya se convierte en todo lo contrario, ambos se convierten en verdugos del otro, y de sí mismos por supuesto … Si no se cumplen estos tres mandamientos de Karpman, se entra como una forma de penitencia y de expiación, en la casa XII de la Astrología, en este triángulo fatídico y dramático del cual en muchas ocasiones en dificilísimo salir, pues el triángulo “une sus tres lados”, y por esto hay que romper con él cuanto antes, o más bien no crearlo nunca.
No hay nadie a quien salvar, salvo a uno mismo,
sálvate a ti mismo, DE TI MISMO, de tu ego prepotente,
y deja que el otro se salve, A SÍ MISMO, de su ego prepotente.
Lo más curioso de esto
es una cosa, queremos salvar a los demás, pero es de “aquello que nos
deberíamos salvar a nosotros mismos”, es decir, de aquello de lo que
hemos sido víctimas y por parte de otros, pero claro, tal y como sucede
siempre: “es más fácil ver la paja en el ojo ajeno”, … y así evitamos
actuar en consecuencia con nosotros, y evitamos habernos de enfrentar
con el sentimiento de víctimas que podamos guardar, generalmente lo
hacemos de modo inconsciente, pero al mismo tiempo lo hacemos así, “para
evitar descubrirlo en nosotros mismos”, mal asunto, ¿qué pasaría si
dejáramos de querer salvar a otros?, … pues que ya no tendríamos más
remedio que salvarnos a nosotros mismos. Para no sentirnos víctimas
usamos el disfraz de salvadores de otros, y para no salvarnos a
nosotros mismos usamos el disfraz de víctimas, y así cualquier cosa
menos reconocer el dolor emocional del cual pretendemos protegernos. En
el fondo es carencia de amor, y en el fondo lo que todos buscamos es ese
amor que no nos damos. Mientras tanto el salvador cumple su papel bajo
el sentimiento de culpa, la víctima bajo el resentimiento, y después
ambos se convierten en verdugos, bajo la agresividad que antes habían
guardado. Sea cual sea el papel de este triángulo se acabará mal, y por
mucho que parezca lo contrario en su momento inicial, pero en un momento
posterior la polaridad se girará o el verdugo hará su aparición.
El salvador busca personas dependientes de él, la víctima busca depender de otros, y mientras tanto el verdugo está preparando la guillotina para ambos. El salvador necesita víctimas y si no las encuentra las crea, para después quejarse de sus esfuerzos y decir que se aprovechan de su generosidad. La víctima se cree incapaz de resolver su situación, ya que ni tan siquiera intenta buscar y encontrar fórmulas, que le inspiren a hacer por él, puesto que le es más fácil buscar a alguien que le saque de su problema, sin hacer ningún esfuerzo y además sin asumir su propia responsabilidad. El salvador hace más de lo que le corresponde y además se obliga a sí mismo, como si él fuera el responsable de solucionar los problemas de los demás, y suele ponerlos por encima de los suyos propios, es mucho más fácil, y para así no sentir su propio sufrimiento y su poco hacer, por y para él mismo. Dice la Ley del Mentalismo, que todo es mente, y es así, pero sin olvidar que tenemos una mente consciente, la cual conoce una parte de nosotros, y también tenemos una mente inconsciente, la cual guarda lo que todavía no conocemos de nosotros, y ya por tanto podemos ser salvadores o víctimas sin ser conscientes de ello, es decir, engañándonos como mejor sabemos, y negando la realidad como mejor podemos.
Se podrían escribir un montón de ejemplos de situaciones que nos encontramos con frecuencia, en la vida de cada día, en el momento que conducimos nuestro coche por la ciudad y tenemos un golpe con otro, cuando vamos de compras y nos devuelven mal el cambio, o cuando alguien se tropieza con nosotros, o en las relaciones y cuando alguien te pide un préstamo de dinero, o en asuntos de negocios cuando no queremos comprar lo que nos ofrecen, o cuando el coche se avería y buscamos un mecánico, o cuando nos perdemos y preguntamos a alguien la dirección a donde queremos ir, o cuando alguien te roba en el metro y después acudimos a la policía, o cuando los bomberos acuden a apagar un incendio, o a rescatar un gato subido en un árbol, o cuando salvamos a alguien de morir ahogado en la playa, o cuando nos salvan a nosotros, y es decir, existen cientos y miles de situaciones en las cuales se juntan un salvador y una víctima, y en las cuales el verdugo ya ha comenzado también con su actuación, o está a punto.
Para mí aquí está el truco del almendruco, saber encontrar ese punto, en el cual el salvador y la víctima pueden transformarse en verdugos, de sí mismos y del otro, y no siempre es nada fácil, pues en muchísimas ocasiones, o solamente algunas, surgen los sentimientos de misericordia y de caridad, los típicos de la casa XII del Zodiaco, los típicos del signo de Piscis, los típicos de las enseñanzas de Jesucristo, el Salvador, Víctima y Verdugo. Todos queremos evitar nuestro propio sufrimiento, y algunos quieren evitar el sufrimiento de los demás, no todos, pues hay muchos a quienes les da completamente igual si otros sufren … Yo entiendo que el sufrimiento también es necesario, todo lo que existe en el mundo emocional es siempre necesario, aunque no nos sea muy placentero, pero para algo existe, nada existe por nada, todo existe por algo, de nada sirve querer evitar el sufrimiento, propio o ajeno, podremos paliarlo, aliviarlo, con cierta empatía, con cierto amor y con cierta misericordia y caridad, pero nunca lo podremos evitar al completo … El sufrimiento forma parte de la vida, pero hasta cierto punto, por supuesto, pues yo entiendo que a partir del momento, en el cual hemos unido las polaridades, que pretende unir la casa XII, ya desaparece el sufrimiento para siempre, pero desaparece porque ya no es necesario sentirlo, y no porque lo hayamos negado, como pudimos hacer antes en muchos momentos de la vida.
Mucho hay escrito sobre esto y muchos lo harían mejor que yo, yo solamente puedo escribir mi punto de vista sobre esto y mi punto de vista es muy simple, “no hay nadie a quien salvar, salvo a uno mismo”, esto leí en una ocasión y lo asumí después, tras una larguísima meditación y una larguísima reflexión, con lo cual no quiero decir que mi manera de verlo sea la mejor, pero es la mía y es la que me vale. La polaridad salvador-víctima tiene siempre un punto de encuentro en el centro, como todas, y un punto en el cual no existe ni el salvador ni la víctima, y por lo tanto se trata de un punto neutro, medio y equilibrado, un punto que no tiene nombre, pero que solo puede ser la unión de ambos. Se trata de hacer hasta el punto que debes hacer por otro, ¡y ya nada más!, el resto lo debe hacer el otro. Si la víctima nada quiere hacer por sí misma, tampoco yo como salvador quiero hacer, si la víctima hace “dos”, yo solamente quiero hacer “dos” … Esto es algo que puedo captar ahora, pero que no supe hacer en muchas ocasiones anteriores de mi vida, ahora es como si algo dentro de mí me dijera: “hasta aquí, ya nada más” …
QUIRÓN,
EL SANADOR, EL HERIDO Y EL HERIDOR
La relación médico/salvador y enfermo/víctima
Está claro que todos necesitamos
de la ayuda de los demás, en algún momento de la vida, está claro que
no siempre tenemos el conocimiento suficiente para hacerlo, sin ayuda de
otros, esto sucede en muchísimas ocasiones, por ejemplo sucede cuando
un enfermo (una víctima) busca a un médico, un psicólogo o similar (un
salvador), pero en esto ya suele haber un gran problema. Generalmente
los médicos están incluidos en un sistema de la seguridad social, ya por
tanto no se pagan, lo paga el seguro, que por supuesto nosotros hemos
estado pagando antes, pero en un caso así no se puede valorar el
correcto trabajo de un profesional, inclusive aunque se trate de un
médico o psicólogo de pago. La gente espera que el médico (salvador o
rescatador) haga todo, y mientras tanto el enfermo nada especial quiere
hacer por sí mismo, y todos esperan que las pastillitas solucionen su
problema, pero nunca es así, las pastillitas nunca pueden solucionar
algo, que debería hacer el propio enfermo o víctima.
Siempre somos víctimas de nosotros mismos, esto lo primero, y por tanto nosotros deberíamos salvarnos, no buscar a alguien que lo haga. Si hemos enfermado por una pésima alimentación o una pésima relación con nuestra mente y nuestro cuerpo, pienso que es fácil entender, que uno debería ser el salvador de sí mismo, es decir su propio médico, aunque para esto necesite de la orientación y ayuda de un médico, o un psicólogo o similar, pero nunca se debería dejar en sus manos la responsabilidad que nos corresponde. De la misma manera que el profesional médico o salvador, no debería nunca hacerse responsable de la salud de sus enfermos o víctimas. Cada uno de nosotros debe ser responsable de su propia salud, y tanto si nos atiende un médico del seguro como de pago, y tanto si nos atiende un médico como un naturópata, y tanto si somos atendidos por quien sea, haciendo por nosotros mismos todo lo que sea necesario hacer, tanto en la dieta como en los comportamientos psicoemocionales y físicos. Un buen profesional de la salud nunca debe pagar los errores o "pecados" de sus enfermos, son los enfermos quienes los deben pagar, para así aprender y no repetirlos en el futuro.
Mal médico sería aquél que no sabe explicar esto a sus enfermos, y también mal enfermo sería aquél que no es capaz de hacer por sí mismo, creo que se puede entender. De la misma forma, en todos los actos humanos, en los cuales hay un servicio, deben ser pagados, sea en dinero o sea en especies, pero nunca deben ser gratuitos para nadie, yo no creo en la medicina gratuita, yo creo que hace mucho daño a la gente, los convierte en dependientes, y los convierte en más víctimas de lo que son. Partiendo de esto, el día que el enfermo o víctima se da cuenta, de que se ha hecho mucho daño, y que el profesional médico no se lo ha hecho ver, pues pasa lo que debe pasar, que la víctima se convierte en verdugo, acusador o perseguidor de ese médico o el similar, que no supo evitar el triángulo salvador-víctima-verdugo, del mismo modo que también el médico salvador se convierte en verdugo, de su enfermo víctima, al ver que no ha sido capaz de hacer todo lo que debía hacer por él, cuando había sido prevenido y recetado por el médico. Por supuesto en una medida más o menos mayor, de acuerdo con la Ley de Vibración.
Partiendo de todo esto, entiendo que todo intercambio entre dos personas, entre un salvador y una víctima en concreto, debe ser mediante el pago de los servicios, sea dinero, sea en especie, o sea en trabajo, pero nunca debería ser gratuito, pues de hacerse, así nunca es valorado como corresponde. Así pues, malo para el profesional salvador y malo para el enfermo víctima, ya que así continuarán ambos haciendo su papel en el triángulo fatídico de Karpman, serán salvadores, víctimas y verdugos por toda la eternidad de los tiempos, en este Teatro de la Vida, en el cual a veces interpretamos un papel u otro, hasta que descubrimos los efectos nefastos del triángulo. El problema es que la gente en general no suele entenderlo, está claro, ¿cómo puede entender esto quien es víctima de sí mismo?, … ¿cómo puede entender esto quien todavía no se ha dado cuenta, de que no existen enfermedades, sino enfermos?, … ¿cómo puede entender esto quien no se ha dado cuenta, de que él mismo se ha provocado sus propios males, de que él mismo ha sido su propio verdugo? … Ya lo dice la Ley de Causa y Efecto, "toda causa tiene su efecto, todo efecto tiene su causa", … y realmente la casualidad no existe, todo es “causalidad”, y el camino que estamos recorriendo ahora, lo hemos trazado antes sembrando las causas, ahora es tiempo de recoger los propios efectos, de recoger lo que hemos sembrado.
Conclusiones
Yo pienso, y estoy convencido de ello, que si cada uno se ha creado sus propios males, también puede salvarse de ellos … “No hay nadie a quien salvar, salvo a uno mismo”, pero como siempre es más fácil buscar un salvador que lo haga por nosotros, es más fácil “hacerse la víctima”, y sin darse cuenta de que cada uno es víctima de sí mismo … Para un salvador es más fácil salvar al otro, que no explicarle que está siendo víctima de sí mismo. Todos tenemos el libre albedrío de seguir actuando con estos arquetipos, pero al mismo tiempo tenemos la obligación de anularlos y dejar de vestirnos, con disfraces que no nos pertenecen, con disfraces que nunca nos pueden permitir encontrar nuestra verdadera esencia individual, la que todo lo contiene y la que nunca necesita proyectar su sombra en los demás. Se puede dar una mano pero nunca las dos, pero si vas de salvador, recuerda que te convertirás en víctima, de ti mismo y del otro, y para vengarse después el verdugo ajusticiará a los dos.
Yo sé que a pesar de lo escrito mucha gente seguirá sin comprenderlo, yo sé que no es fácil de asimilar, forma parte del trabajo individual y personal de muchos, descubrirse a sí mismos como víctimas de sí mismos, pero una vez descubierto el juego, ya no se necesita usar más ni uno ni otro disfraz. Y desde el momento en que no se necesita usar el disfraz de víctima o salvador, ya tampoco hará falta desempolvar el disfraz de verdugo, el que todos tenemos muy guardado en algún rincón de nuestro desván. Decía Jesucristo: “no le des un pescado, enséñale a pescar”, … y así es, si le das un pescado seguirá siendo víctima toda la vida, y si le enseñas a pescar podrá salvarse para toda la vida.
De cualquier forma, tal y como nos dice el Eclesiastés y también dice la Astrología, hay un tiempo para cada cosa y una cosa para cada tiempo, y por lo tanto hay un tiempo para ser salvador y otro para ser víctima. Solamente a través del sufrimiento y del dolor se puede expandir la consciencia, para así anular y disolver el arquetipo salvador-víctima, y así pues se trata de emociones a sentir, del hemisferio cerebral derecho, y no se trata solamente de razonarlo con el hemisferio cerebral izquierdo, se trata de usar los dos hemisferios cerebrales, ya que cuando se vive el papel de salvador o de víctima, tan solo estamos usando uno, y debido a que el otro está bloqueado.
Texto del libro "Tres hermanos y un final" - Diario de un karma familiar (IV) - El Juego del Escondite (el encuentro). Reservados los derechos de autor. DF. Nomemientas Gavilán.
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Gran parte de vuestro sufrimiento, es por vosotros mismos escogido.
Es la amarga poción, con la cual el médico que se oculta en vosotros,
cura a vuestro yo doliente. Confiad por lo tanto en ese médico,
y bebed su medicina en silencio y con tranquilidad,
porque su mano, aunque pesada y dura,
está guiada por la suave mano del Invisible.
Khalil Gibran (místico libanés, siglo XX)
Tratar de evitar el sufrimiento;
como y donde sea que se presente;
indica siempre que quien lo hace,
es fundamentalmente un no-iniciado.
Herbert Fritsche (biólogo alemán, siglo XX)
Tú dijiste:
-¿Cuál es la señal del camino, oh derviche? ...
-Escucha lo que te digo y, cuando lo oigas, ¡medita!
Ésta es para ti la señal:
la de que, aunque avances, verás aumentar tu sufrimiento.
Farid al Din Attar (místico persa, siglo XIII)
Ya he dejado atrás mi misión y no tengo nada que ver con ella.
En mí, el maestro y el salvador han muerto;
ahora puedo ocuparme de mis cosas y de mi vida (…)
Quise ir más lejos de los límites, de mis manos, y de mis pies,
de modo tal que me traicioné a mí mismo (…),
porque he muerto, y ahora conozco mis propios límites.
D. H. Lawrence (escritor inglés, siglo XX)
18 comentarios:
Muy de acuerdo en lo que escribes sobre el "valor" que se debe percibir por atender a un enfermo. En muchísimas ocasiones hay enfermos que lo son por falta de valoración de sí mismos. Son personas que no han aprendido a valorarse y por tanto se desvalorizan delante de otros. A causa de esto se produce un proceso de desvalorización a nivel del cuerpo y de la mente, y por la tanto se enferma. Es gente que no sabe valorarse a sí mismo y por lo tanto no sabe valorar el trabajo de los demás, y ni siquiera hace por él mismo lo que le has recetado. La consecuencia es muy simple, si reciben algo gratis no le dan la importancia que tiene, no lo valoran y hacen perder el tiempo a la persona "salvadora", convirtiéndole por supuesto en víctima del enfermo. Es lo mismo que si vas a comprar ropa, si te la regalan o si la compras barata no la cuidas, pero si pagas un precio alto la lavas a mano y no con la lavadora, además de que te cuidas muchísimo de que no se manche. Me parece muy bien este post. Saludos de MZX.
Hola Mazinger, me encuentras ahora mismo en el ordenador, me alegra saber que te ha gustado esta entrada. Es un tema muy complejo como bien sabes, a todos nos gusta dar una mano a un enfermo, y principalmente a nosotros que estamos metidos en el tema de la salud. Nos jode mucho ver a alguien mal y saber que le puedes dar una solución fácil y barata, pero yo sé muy bien que la gente no lo valora, y sé muy bien que muchos no se merecen que les prestes ningún tipo de atención. Mucha gente debe aprender a valorarse a sí mismo, solamente así podrá valorar el trabajo de otros. Gracias por tu comentario. Está claro para mí, que la mejor receta que se le puede dar a alguien que se desvaloriza, es precisamente ésta, hacérselo ver y que se dé cuenta de que tiene un conflicto con su casa II y con él mismo, pero nunca darles tu propio trabajo de forma gratuíta. Me ha gustado el ejemplo de la ropa, pero ya sabes que pasa siempre con aquello que hemos recibido gratis, no lo valoramos en la medida que le corresponde. Un saludito para ti.
En estos días de situaciones de víctimas y verdugos, me da mucho que pensar la historia de las mendigas de Madrid, es un buen ejemplo. "¡Ojalá todos los días se rieran así de nosotras!...Ganamos mucho dinero con esos hombres que nos cantaban", dicen ellas. Ya lo dicen: "sarna con gusto no pica" ... El artículo es bastante completo y muy explícito. http://www.elmundo.es/cronica/2016/03/20/56ec625ae2704e67148b456e.html
Una historia muy compleja, la de los que huyen de la guerra de Siria, aquí se mezclan y se intercambian los papeles de salvadores, víctimas y verdugos, llega un momento en el cual ya no sabes quién es quien, se giran y se regiran, de un extremo al otro y sin parar... A partir de la medianoche de este domingo, las puertas de Europa están cerradas. Los jefes de Estado y de Gobierno de la UE han finiquitado este viernes en Bruselas un esperado acuerdo por el que Turquía se compromete a aceptar la devolución sistemática de prácticamente todos los "migrantes irregulares" que lleguen a Grecia desde su costa, incluyendo a los refugiados. http://www.elmundo.es/internacional/2016/03/18/56ec122722601d06708b4639.html
Gracias por comentar, has dejado un par de ejemplos muy precisos. Ya ha terminado el mes de las víctimas y de los verdugos (el mes de Piscis), ha salido el Sol pero todavía hay varios tránsitos dando vueltas, está claro que no ha terminado el juego. Saludos.
Ya tenemos otra historia más, 34 muertos en atentados terroristas en el aeropuerto y en el metro de Bruselas. Las consecuencias ya se pueden imaginar, hoy está todo muy revuelto en los aeropuertos de toda Europa, a punto de las vacaciones de Semana Santa, a punto de otra gran confusión.
Muy triste lo sucedido esta mañana, también hablan de 200 heridos. Hoy tenemos la Luna en Virgo y potencia las 9 cuadraturas y 7 oposiciones de hoy, y justamente en esta mañana era su momento más álgido. Todas son entre los signos de Virgo, Sagitario y Piscis, en cierta forma era de prever que hoy sucediera algo así, teniendo en cuenta el fanatismo de Sagitario y las víctimas y verdugos de Piscis, aunque incluso sin la Luna se sigue manifestando esta locura. Una locura muy larga, teniendo en cuenta que Júpiter está retrógrado en Virgo, Neptuno lento como siempre en Piscis, y Saturno anclado en Sagitario. Muy triste todo esto, ver que no se pueden cambiar los acontecimientos, es el momento de la Historia que nos ha tocado vivir.
Su lema ya es archiconocido: "El conocimiento es libre. Somos Anónimos. Somos Legión. No perdonamos. No olvidamos. ¡Esperadnos!". Y nadie escapa de ellos: ni el IS. Anonymous, el misterioso colectivo de activistas online, ha lanzado una nueva ofensiva contra los terroristas islamistas tras la masacre de este martes en Bruselas: "La libertad está otra vez en el punto de mira" y esto no se puede consentir. "Vamos a devolverles el golpe" ... Ya tenemos salvadores de las víctimas y verdugos de los otros verdugos, esto es el cuento de nunca acabar.
LOS PAPELES DE PANAMÁ. Miles y más miles de víctimas, entre deportistas, políticos, reyes y otros, destapados por un montón de periodistias verdugos (Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación), a través de 11,5 millones de documentos pirateados de un despacho de abogados salvadores de Panamá. Ahora se producirán un montón de inspecciones de verdugos, por parte de la Hacienda Pública de otro montón de 200 países víctimas, vinculados a las 214.488 sociedades opacas, que han escondido dinero y patrimonio en el país caribeño a lo largo de los últimos 40 años...
Los paraísos fiscales están al rojo vivo. Todo esto se ha destapado en esta lunación del eclipse de Piscis, salvadores, víctimas y verdugos están apareciendo a miles y por todas partes. No podía ser de otro modo, ahora ha sido el tiempo marcado por el reloj del horóscopo. Se han invertido las polaridades de una manera muy clara en esta gente, lo mismo que a otra gente en otros asuntos. Ahora irá llegando el efecto "rebote", como en el Juego de la Oca, de oca a oca y tiro porque me toca.
Estamos en la entrada de 6 meses muy "movidos" por esta cuestión, seguirán apareciendo salvadores, víctimas y verdugos, todo llega en el momento oportuno, no hay que desanimarse, todo está calculado para que las cosas se giren en algún momento de la vida. Todo es cuestión de paciencia, de esperar a que llegue el momento y se gire la tortilla.
Dice el Papa FRANCISCO: “El peligro en tiempos de crisis es buscar un salvador que nos devuelva la identidad y nos defienda con muros”
Pues estoy muy de acuerdo, más tarde o más temprano el salvador se convertirá en en nuestro verdugo. Gracias por el comentario.
Complejo pero comprensible, no es difícil de comprender, pero claro... esto no nos lo habían enseñado, y por lo tanto no lo hemos puesto en práctica como individuo, ni como colectivo.
En mi vida he ido en varias ocasiones de salvador, he sufrido mucho y bien cierto que he acabado siendo víctima de otros. También en otras ocasiones me he sentido víctima, claro quejándome de los demás. Hubo un día que me cansé de ser servicial, salvador o lo que sea, también hubo un día en que reconocí de quien era víctima, de mis acciones. Tubo que actuar el justiciero.
Bien cierto es que lo primero es lo de cada uno mismo, que nunca está demás colaborar sin excederse, ni olvidarnos de nuestro propósito. Nos vemos, nos miramos...
Complicado parece, pero comprensible es... aunque claro, esto no nos lo habían enseñado como individuos, ni colectivamente.
Hubo un día que me cansé de ser excesivamente solidario, salvador o lo que fuese para sentirme bien por el simple hecho de ayudar a los demás, me olvidaba de mi o no quería ayudarme y por tanto ponía esa cortina de humo. También hubo un día que quise de olvidar el victimismo que me ocasionaban el resto de vivientes, ya que era yo mismo quien estaba alimentando dicho círculo, como dije me cansé y me di cuenta que soy yo la víctima de mismo, ahora que me conozco un poco más y que conozco mejor mis fallos, espero poder encontrar al sanador que hay en mí. Nos vemos, nos miramos...
Jajaja, se ha repetido, pensaba que no se había publicado el primero y he enviado el segundo... 😁😁
Posí, eres como los champiñones ... Me gusta lo que has escrito porque te has dado cuenta de que cada uno es causante de su vida, no hay nadie de quien quejarse ni a quien culpar, salvo qujarse de uno mismo. Solamente ten en cuenta una cosa, que las experiencias vividas anteriormente, si no se sanaron correctamente, y tal vez no lo fueron, porque pudieron quedar enterradas o somatizadas en el cuerpo, tienen la tendencia de repetirse en otros momentos del futuro, y se repetirán cada vez que haya algún tránsito sobre tu Neptuno de nacimiento o en la casa de Piscis.
Para que se disuelva completamente la polaridad salvador-victima, para que no aparezca nunca más, el verdugo debe cumplir su misión para completar la vivencia, generalmente debe actuar muchas veces, tantas veces como se le pudo ignorar en el pasado, y muchísimas veces, por no decir siempre, todos tenemos cierto miedo a mostrarnos verdugos, como si tuviéramos miedo de las consecuencias, que de hecho las puede haber. Partiendo de esto, el verdugo quedó en nuestro interior, actuando contra nosotros, y esperando el tiempo de mostrarse al exterior, para sanarnos completamente y para que otros puedan ser sanados de su victimismo. Te deseo lo mejor del mundo y gracias por tus 3 champiñones, perdón, comentarios.
yo me pasé media vida ayudando y salvando a todos los que pude, ahora llevo años de ajusticiar a quienes salvé, no sé si seguirán llegando más, pero lo más llamativo de esto es que desde hace ya una serie de años aparecen en mi vida las mismas personas a quienes salvé de algo, todavía pretenden que les salve o les ayude, y ahora ya no les salvo, no les quiero salvar, ahora les corto el cuello y lo que haga falta, porque pretenden seguir mamando, porque fueron unos mamones antes y ahora quieren seguir mamando otra vez. Esto parece no tener fin, yo pienso que algún día acabará, pero está bien, de hecho es bastante divertido hacerlo.
Me ha parecido una exposición muy buena la suya, de algo tan complicado como es esto, tan complicado de vivir y de anular para siempre. No se puede jugar toda la vida al mismo juego, no se debe jugar toda la vida este ínfame juego pensando que ganaremos el cielo para toda la eternidad. Hay que saber diferenciar a las víctimas y no confirmarles su victimismo.
Yo comparto tambien este comentario, me parece cojonudo, hay mucho mamoneo, hay mucha victima por todas partes y todos buscan mamar gratis de la teta, hay que guillotinarlos a todos.
Un conflicto impresionante por lo que leo y por lo que yo también he vivido. Muchos nos hemos pasado una parte de la vida salvando a otros,otros se la han pasado haciéndose las víctimas y esperando que otros les redimieran de sus errores,quieres ayudar pero después acabas decapitado.Es una gran contradicción si lo miramos por el lado que nos enseñò la religión cristiana,ayudar al pobre,al necesitado,a la victima,pensando que asi el cielo nos esperaría con las puertas abiertas de par en par y San Pedro en la entrada, para decirnos qué bueno has sido aquí estarás alojado eternamente,en el paraíso que no tuviste antes,ya solo nos falta que nos explotemos con bombas en la cintura como hacen muchos,esperando ese paraiso que alguien dijo que existia. Creo que nos han manipulado como han querido,creo que lo hemos hecho muy mal. Si alguien es victima quiere decir que lo ha hecho mal y pienso que debe aprender a hacerlo bien,nadie es reponsable de sus errores,solamente uqien los cometió y en consecuencia debe pagar por ello,para que aprenda a no repetirlos más.Pensando en esto, en estos horribles tiempos que vivimos con la covid,el mundo se ha llenado de víctimas por todas partes,todos estamos siendo víctimas,de una forma o de otra, han aparecido también muchísimos salvadores en los hospitales,en los centros de sanidad,en la entrega de alimentos a los parados,muchísima gente se ha quedado sin trabajo y sin cuartos,lo dicho,millones de víctimas por todas partes y después también de salvadores.Pensando en esto me pregunto ¿donde estarán los verdugos? y creo que hay un gran verdugo como es la covid,y pensando otra vez,realmente todos los seres humanos hemos sido nuestros verdugos,con tanta prostitución a la que hemos sometido nuestro planeta. Pensando en esto,nos lo tenemos muy merecido y ganado,ahora nos toca redimirnos todos,cada uno a si mismo,por nuestros errores,por nuestros ataques a la naturaleza,por nuestra ambición y soberbia. Dicen que la covid ha aparecido por esto,por los ataques que los humanos han hecho al planeta,es como una venganza,como si ahora nos devolviera el daño hecho y estoy convencido de que es así.Pensando en esto,me doy cuenta de que hemos sido verdugos de nosotros mismos.Hay una mezcla de todo,en todo,un laberinto del que no sabemos salir,la cabeza no nos sirve pero bien ha servido a las farmaceuticas,millonarias se harán con esto,a costa de millones de víctimas,¿son ellos los verdugos también? yo pienso que también lo son,igual que las vacunas pueden serlo. Muy largo lo que ha escrito usted,se necesita madurar y reflexionar,me recuerda la historia de Jesucristo,quiso ser el salvador de todos y acabó víctima de todos,la gente de aquellos tiempos fueron sus verdugos.... Tenga buen día y que Dios nos ampare,si quiere,si nos lo hemos ganado,yo sigo pensando y creo que hemos de aprender a salvarnos a cada uno de nosotros,antes de querer salvar o redimir a otros,y que esos otros deben aprender a no cometer errores,y quien los comete debe pagarlos,igual que los paga en la cárcel quien ha matado a alguien. ¿O debo meterme yo en la cárcel para salvar a un asesisno y que esté libre y se lo pase en grande?,encarcelado tendrá tiempo de purgar su error y darse cuenta de lo que ha hecho. Gracias por dejarnos escribir nuestros pensamientos y elucubraciones mentales,mientras encontramos la salida del laberinto. Un pensador pensativo.
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