LA LEY HERMÉTICA DEL MENTALISMO

1.- LA LEY O PRINCIPIO DEL MENTALISMO

El primer Principio Hermético, es el más importante de todas las Leyes, base y estructura del mundo en que vivimos, se basa en un aforismo que dice:

“TODO ES MENTE, EL UNIVERSO ES UNA CREACIÓN MENTAL”.
 

Este principio explica, que Mente es el principio común del Universo, la energía única que es la fuerza esencial de la composición química de los elementos ... La energía mente se manifiesta en una escala infinita de vibraciones, desde lo más denso hasta lo más sutil, conformando así los diversos materiales y elementos del Universo.

La materia nace del pensamiento. El hombre también crea a través de su mente. La energía del pensamiento humano es capaz de crear la materia, cuando alcanza la suficiente densidad vibratoria.

 

EL COPÓN OCULTO

La Ley o Principio del Mentalismo, dice que todo es Mente, deberá ser así por lo que dijo el gran sabio Hermes Trismegisto, y realmente todo es una creación mental. Todos vemos las cosas del mundo exterior a través de la mente y nuestros ojos, pero curiosamente tenemos 2 ojos. Yo me he preguntado muchas veces, cuál es la causa de que tengamos dos ojos, pues tal vez con uno podría ser suficiente, pero no, parece ser que debe ser así por un motivo muy concreto, y bajo mi punto de vista, pienso, que así con cada ojo vemos la mitad de lo que tenemos delante, y no puede ser de otro modo, teniendo en cuenta que tenemos 2 hemisferios cerebrales, y que todo es dual en nuestro organismo físico. Cada uno de estos hemisferios cerebrales rige la mitad del cuerpo, de manera que todo va en mitades iguales. Aparte de esto también tenemos diferentes lóbulos cerebrales, y bajo cada uno de los huesos de nuestro cráneo, y esto es algo que mucha gente sabe, y aunque es muy complicada la comprensión de sus funciones. Está muy claro, que si cerramos 1 ojo seguimos viendo al completo lo que hay delante, pero esto no me basta.

Por otro lado, el Principio del Mentalismo no habla de que tengamos, una mente consciente, y también una mente inconsciente, de manera que tengo la impresión de que está incompleto, ya que este hombre podría haber completado un poquito más su explicación, pero en fin, es lo que hay en este Principio y yo no le puedo dar más explicaciones por el momento. Para mí, hay una realidad de la que somos conscientes, y también otra realidad de la cual no lo somos, ya que la hemos escondido en algún lugar profundo de la mente inconsciente. Yo entiendo que esto nos sucede a todos, pero también entiendo que es el trabajo personal de cada uno, “el hacer que la consciencia se ilumine del contenido del inconsciente”, ya que de lo contrario tan solo seríamos una mitad incompleta, … y por lo tanto seríamos media verdad, y por lo tanto seríamos también media mentira. Ésta es la media mentira, que deberemos encontrar en el Juego del Escondite, y una vez que nos hayamos atrevido a buscarla.

Aparte del tema del cerebro hay algo que me llama muchísimo la atención, se trata de algo que aprendí cuando estudiaba en la escuela y que también después pude volver a aprender, son las imágenes que ven nuestros ojos, ya que la imagen sobre la retina es lo mismo a la de una lente común, ¡por lo tanto la imagen es “invertida”!, esto quiere decir, que lo que vemos fuera de una forma, lo vemos también de la misma forma ¡¡pero al revés!! … Aquí hay muchas preguntas por hacerse, por un lado se dice que esto es debido a la gravedad de la Tierra, es algo complicado de entender y yo no me voy a extender más en esto, pero, lo que sí me interesa más, es que el cerebro parece que funciona como si no existiera la Ley de la Gravedad, ya que cuando llega la imagen, el cerebro se encarga de girarla y ponerla como toca.

A pesar de esto, sigo sin comprender algo, y es muy sencillo: ¿por qué y para qué, es necesario que se inviertan las imágenes en nuestra retina? … Esto me da a entender algo muy profundo: ”¡estamos viendo el mundo al revés!”, … hay mucho que hablar sobre esto, pero en una ocasión leí algo que me iluminó mucho, algo que leí en la filosofía budista, y que dice: “estamos viendo el mundo al revés y por esto no lo entendemos”, … y yo sé muy bien que tiene toda la razón del mundo, ¡¡¡no entendemos el mundo porque lo estamos viendo al revés!!!, … y a pesar de que el cerebro le dé la vuelta. La consecuencia de esto es muy sencilla, si estamos viendo el mundo al revés, quiere decir que también estamos viéndonos al revés, ¿o no?, … ¿no es acaso lo mismo que sucede cuando nos miramos en un espejo? ..

 

En el fondo todos somos responsables de lo que somos, pues, a través de las circunstancias de nuestra vida nos hemos hecho como nos hemos hecho, pero nadie es culpable de lo que somos y buscar esta culpabilidad en otros, es perderse la oportunidad, de encontrarla en cada uno de nosotros mismos y por lo tanto repararla. Generalmente la gente tiende a echar las culpas a los demás, es más fácil hacerlo así, y no reconocer que es uno mismo, quien se ha buscado todo lo que le ha sucedido en la vida. Nosotros no podemos cambiar a los demás, únicamente podemos cambiarnos a nosotros mismos, y quizás por rebote también los demás no tendrán más remedio que cambiar, aunque nunca está muy asegurado, pero si buscamos un cambio en nuestra vida, siempre debe comenzar por uno mismo. 

Hace falta una dosis grande de humildad y dejar el ego aparcado, y algo que no siempre es fácil para algunas personas, pues es propio de la naturaleza humana la proyección de la culpa en los demás, de este modo es imposible que haya un cambio efectivo en la personalidad de cada uno, pues, erróneamente, ¡se consideran a los demás como causantes de lo que somos!, … y así se espera que lo reparen algún día, algo que es totalmente imposible que suceda, así se perpetúa eternamente el error, sin encontrar la salida del laberinto, y por supuesto sin encontrar nunca el final del Juego del Escondite.

Texto del libro "Tres hermanos y una madre" - Diario de un karma familiar (I) - El Juego del Escondite (la pérdida), inscrito en el Registro de la Propiedad Intelectual (España), y protegido por derechos de autor. DF. Nomemientas Gavilán.

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