¿Quién decidirá por mí cuando yo no pueda hacerlo?
¿Qué ocurre si perdemos nuestra capacidad para expresarnos o nuestro juicio se ve afectado? Que nos podemos ver abocados a la incapacitación que, según los expertos, es “la muerte civil” del ciudadano. ¿Quién decide entonces por nosotros?
Con el incremento de la esperanza de vida y el desarrollo de las demencias asociadas a la edad, cada vez son más los españoles que, conscientes de una posible futura incapacidad, deciden nombrar, mientras pueden expresar su voluntad, a una persona de confianza que pueda velar por sus intereses personales o patrimoniales. Los mecanismos legales que permiten dar instrucciones hoy de lo que queremos para el futuro son el poder preventivo y la autotutela. Ambos son documentos públicos notariales que cuestan alrededor de 50 euros. El primero permite a una persona elegir a otra para que represente sus intereses en caso de que pierda la capacidad para manifestar su voluntad. El segundo incluye, además, la designación de un tutor.
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Un artículo interesante, del diario El País (España), aquí lo tienes al completo por si te interesa leerlo, pero, a pesar de esto, ¿realmente podremos confiar en quien decida por nosotros? ...
http://politica.elpais.com/politica/2017/04/29/actualidad/1493483863_206453.html
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