lunes, 19 de febrero de 2018

Y LE PREGUNTARON ¿CÓMO ESTÁS?

¿Me preguntas por qué compro arroz y flores? 
Compro arroz para vivir,
y flores para tener algo por lo que vivir.

 Confucio (pensador chino, siglo V a.C.)

File:Konfuzius-1770.jpg
CONFUCIO
(dominio público)


Y un día le llamó por teléfono, para preguntarle ¿cómo estás?, ... y antes de que le contestará empezó a decirle, ... que ella se encontraba más o menos bien y mal, y que las cosas iban algo mejor, pero que le dolía aquí y allá, y que el médico no le sabía aclarar qué le sucedía, y que su ex-marido tampoco le pagaba la pensión, y que había engordado unos kilos y que no sabía cómo hacer para bajar de peso, y que no salía mucho de casa porque estaba deprimida, y que los años no pasaban en balde, y que tenía que comprarse ropa nueva porque la que tenía ya no le servía, y que los dineros se le iban volando, y que tenía acidez de estómago, y que si patatín que si patatán, que si patatón que si patatún, .... bueno, y acabó diciéndole a los 15 minutos de contarle sus problemas: "voy a dejarte porque se me hace un poco tarde para salir de compras, ... ya hablaremos. Adiós".

Y otra persona le llamó un día por teléfono, para preguntarle ¿cómo estás? y cómo le iban las cosas, porque hacía mucho tiempo que no sabía nada, mientras que ella no podía escuchar bien la respuesta, porque tampoco le interesaba, y mientras tanto se entretenía dándole a las teclas de su ordenador, que lo tenía delante, para así distraerse de lo que le pudiera decir, ¡y hasta que él le hizo una pregunta y se perdió!, no supo contestar porque no prestaba atención a lo que le decía ni a la pregunta, pero lo pudo disimular bien diciendo: "sí, sí", y mientras que dejaba de darle a las teclas del ordenador, no sea que la cogiera de nuevo en otra pregunta y ella se quedara con el culo al aire y sin saber qué contestar.

Y otro individuo, estando frente a frente, le preguntó ¿cómo estás?, y le contestó que no estaba bien, y esperando que tal vez le preguntaría qué le sucedía, pero no se lo preguntó, de inmediato cambió de tema, mientras que se bebía una cerveza y decía que hacía mucho calor, ¡¡qué calor hace!!, bueno, eso decía, algo debía decir para no preguntar más y esperar una respuesta que le obligara a hacer lo que no tenía ningunas ganas de hacer, y bueno, pues bien, a otra cosa mariposa.

Y mientras leía el periódico se acordó que no le había telefoneado ni sabía de él desde hacía tiempo, y le llamó para saber ¿cómo estás?, ... mientras seguía leyendo el periódico, y mientras que el otro le contestaba a su pregunta, cuya respuesta no le interesaba en absoluto, pero que, al llamarle, quedaba muy bien, ya había cumplido y cubierto su imagen con un interés desinteresado ... Qué más le daba si estaba bien o mal ¡¡qué más le daba!!, sus negocios eran más importantes y ya no podía sacar más del otro, ya le había chupado mucho.

Y mientras estaba en la cocina, preparando una ensalada de primero y unas cuchetas con patatas de segundo plato, hablaba por teléfono preguntándole ¿cómo estás?, mientras leía la receta de una nueva ensalada con queso, necesitaba saber qué tipo de queso debía usar y no lo tenía en su despensa, con lo cual mal le iba a salir la ensalada, mientras que el otro seguía al teléfono y esperaba saber para qué le llamaba, después de un rato de preguntárselo y haberle contestado al cómo estás.

Y estaba tan aburrida y con tantas penas que contar, que le llamó por teléfono, pensando en qué decir para alargar una conversación, que ella necesitaba para no sentir su soledad, pero, para quedar bien y disimular lo mejor posible, lo primero que le preguntó es: ¿cómo estás?, hace mucho tiempo que no sé de ti, ... y mientras que el otro contestó que no se encontraba muy bien y que estaba bajo de moral, y así pues, la mujer le dijo al momento: "ya te llamaré otro día, adiós", ... y bien poco quiso escuchar penas ajenas, mientras que ella pretendía que escucharan las suyas, con la excusa de saber ¿cómo estás? ...

Y sí, así somos, algunos, pocos, muchos o todos, ... y tú ¿cómo estás?, ... imagino que estarás sentado o sentada en una silla, o tal vez en el sofá o en un butacón, y por tanto yo no sé para qué te pregunto ¿cómo estás?.

Reservados los derechos de autor. D.F. Nomemientas Gavilán.

Y mientras le abrazaba y le besaba, 
le clavaba un puñal por la espalda, 
diciéndole: "Te quiero, ... te quiero matar" ... 

.
Puede interesarte: La casa X de las apariencias - La farsa del Teatro de la Vida

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues si, asi somos para nuestra pena, triste pero real
Que poco nos interesan o preocupamos por los nuestros, pero sino nos preocupamos por nosotros comp vamos a preocuparnos por los demás...

DF. Nomemientas Gavilán dijo...

Posí, buen pensamiento. La caridad siempre comienza por uno mismo, pero no solemos ser caritativos con nosotros mismos, preferimos simularlo con los demás. Lo malo de esto son las apariencias, que se quiera cubrir una imagen, de lo que no se es, con falsedad y hipocresía, para quedar bien y hacer ver lo que no se es. Gracias por el comentario.

Anónimo dijo...

Cuando me llaman por teléfono o me encuentro con alguien que me pregunta como estoy, como veo que muchos lo preguntan como simple costumbre y sin importarles saber como estoy, pues yo les contesto que estoy sentada o estoy de pie. Y ya está, me evito la respuesta que no les interesa conocer. Buenas noches.

DF. Nomemientas Gavilán dijo...

Pues buena respuesta para quien lo pregunta como costumbre y formalidad "política". Buenos días, yo estoy sentado ahora.