jueves, 14 de septiembre de 2017

EL LABERINTO DE LA LUNA Y EL FETO

Hace un rato largo que he llegado a casa, a mi hogar, y a mi hogar interno, al hogar que representa el signo de Cáncer, en un día con la Luna Menguante en este signo y por lo tanto haciendo su paseo mensual por mi casa XII, por la misteriosa casa XII que todos tenemos, y donde se guardan los contenidos ancestrales, y en este caso relacionados con la madre y con la familia, las cuales también pertenecen al signo de Cáncer, y además del tiempo de la gestación que todos hemos vivido, antes de nacer en este mundo llamado Tierra. Se trata de la casa que habita mi querida amiga Mano Invisible, la que maneja los hilos del destino, y la cual hace que en bastantes momentos de la vida sucedan las cosas como ella quiere, no como nosotros queremos en nuestro consciente y en nuestro libre albedrío, y de una forma que muy normalmente nada tiene de lógico, sino de ilógico e irracional para quererlo comprender.
 
Dejamos algo de nosotros atrás, al dejar un lugar.
Permanecemos allí, a pesar de haber partido.
Hay cosas en nosotros que solamente reencontramos al regresar.
Viajamos a nuestro encuentro,
cuando vamos a un lugar donde vivimos parte de nuestra vida,
por más breve que haya sido.
Pero yendo a nuestro encuentro, hemos de confrontar nuestra soledad.
¿Y no es por eso, que todo lo que hacemos se debe al miedo a la soledad? ...
¿No es por eso, que renunciamos a las cosas,
de las cuales nos arrepentimos al final de nuestras vidas? ...

Catedral de Santa María y Palacio de la Almudaina (Palma de Mallorca)

EL LABERINTO DE LA LUNA Y EL FETO

Un regreso al hogar interno y al Hogar Eterno
Una regresión al pasado en el vientre de mi madre
Un día con la Luna en Cáncer y en mi casa XII
La añoranza, la tristeza, la melancolía, ... y la paz

Esta tarde ha sido bastante diferente, no ha sido una caminata, ha sido un largo paseo, deteniéndome continuamente en muchos rincones, y hay bastante diferencia, ha sido un largo paseo por dos lugares muy concretos de la ciudad, de esta ciudad que los árabes llamaron Madina Mayurqa, después de que fuera ocupada por ellos y abandonada por los romanos, y que también hubieron ellos de abandonar cuando llegaron aquí las tropas de Jaime I de Aragón, en un día 31 de diciembre de 1229, a la bahía de Santa Ponsa, y desde donde después iniciaron la conquista de la capital y del resto de la isla de Mallorca. Aquí llegaron acompañados principalmente por nobles y por obispos catalanes, que muy bien aprovecharon la ocasión para repartirse después el botín de la conquista, puesto que saquearon todo lo que pudieron y violaron a quien quisieron.

Desde siempre me ha llamado mucho la atención la ciudad antigua de Palma, la zona alta, la zona que habitaron los árabes, los judíos y también antes los romanos, y ya posteriormente la época gótica de los cristianos de la Edad Media, yo no sé muy bien el porqué, pero la verdad es que son culturas que desde siempre he querido conocer y estudiar. Yo sé que en otras vidas he vivido en esos tiempos y en esas culturas, y tal vez por esto me traen algunas sensaciones que no puedo definir bien ... No sé en qué ciudades ha sido, solamente he podido saber de Roma y de Toledo, tal vez fueron también aquí o tal vez en otros lugares más lejanos, pero tengo muy bien fijada en la memoria una escena vestido de patricio romano, otra escena vestido con el hábito de un fraile dominico y otra vestido con hábitos de cardenal o un cargo similar.

En un día como hoy, en el cual estoy envuelto por la nebulosa casa XII, he salido de casa para pasar por el centro, antes de dirigirme hacia el mar, yo tenía algo que hacer y allí me he ido ... Una tarde en que he querido después dejarme llevar por mis pies, una especie de aventura y sin un destino fijo ni pensado, ya que una vez acabada "la obligación" he seguido con "la devoción", con un paseo, hoy no ha sido una caminata, por el lugar que mis pies han querido patear, y por ciertos lugares de la ciudad antigua, en concreto por la Alfarería, que fue el barrio árabe, y ya después por la zona de La Calatrava. La decisión de ir allí no ha sido consciente, no he sido yo quien ha querido ir, ha sido mi inconsciente quien realmente me ha dirigido, tal como suele ser en un día como hoy.

De un tiempo a esta parte me paseo por allí y sin saber muy bien el porqué, y hoy he comprendido la causa, y es porque allí, en la Plaza de la Cuartera, y donde en tiempos árabes estaba situado el zoco, estuvimos alojados mis padres y yo, en la pensión La Chispa, que ya no existe, justo cuando llegaron a esta isla después de abandonar sus raíces en la Península, y después de varias horas de travesía en barco hasta aquí ... Allí fue el primer lugar donde vivieron y donde yo también estuve viviendo, pues yo estaba dentro del vientre de mi madre, y después alquilaron un pisito muy cerca, en la calle de Can Vatllori, un mes después de llegar y donde estuvimos unos 6 meses, hasta que coincidiendo con los eclipses de junio 1955 ellos se mudaron otra vez a las afueras de la ciudad.

No puedo explicar muy bien las sensaciones que vivo cuando paseo por allí, y en concreto hoy, pues no estoy realmente en este mundo, es decir, físicamente lo estoy, pero anímicamente no lo estoy, mi mente está en otro lugar, en otro tiempo, y cada vez que paseo por allí siento lo mismo, una extraña añoranza, una agridulce melancolía y una inmensa tristeza, ... pero al mismo tiempo son sensaciones que no me hacen sentir mal, sino al contrario, puesto que después experimento también una extraña sensación de paz, es como si yo estuviera sintiendo, lo mismo, que podía ser cuando yo también paseaba por allí, bien escondido en el vientre de mi madre, bien protegido allí y sin ninguna otra preocupación.

En estos paseos me viene a la mente salir de la pensión con cierta prisa, mi madre siempre era muy veloz cuando salía a la calle, igual que yo lo soy, e igual que yo también debo recordarme en muchas ocasiones, que también debo pasear y no caminar siempre a paso largo ... Salíamos por aquel barrio, para hacer las compras típicas para una casa, en los colmados que había en aquellos tiempos y en las mercerías y comercios antiguos de la calle Sindicato, donde ella encontraba todo lo que necesitaba, mientras que yo no lo podía ver pero sí lo podía sentir muy bien, igual que yo también podía sentir lo mismo que mi madre, y es lógico que ella se sintiera triste, melancólica y con la añoranza de su tierra y de su familia.

En aquel tiempo mis padres y yo teníamos pocas alegrías, eran tiempos de supervivencia y tiempos de establecerse en un lugar desconocido para ellos ... Ha sido pasar por la Plaza del Peso de la Paja, o "des Pes de sa Palla", un lugar donde antiguamente se pesaban las cargas de paja que entraban a la ciudad, desde la Puerta del Campo de la muralla, cuando he recordado algo que mi madre me había contado ... Ella me decía que iban a bailar conmigo a un local que allí antes había, era un lugar que ya no existe y era la llamada Asistencia Palmesana, una sociedad cultural que organizaba también bailes y a donde ellos se apuntaban con frecuencia, situado junto a la fortaleza árabe de Gumara, que con el tiempo ocuparon los caballeros del Temple, y a donde he querido entrar hasta donde he podido.

Un extraño viaje al pasado, al tiempo de cuando yo era todavía un feto, que ha sido interrumpido por una chica alemana, perdida como muchos en un laberinto como es aquel barrio, y que no sabía cómo regresar a su hostal en la Plaza de Quadrado, y así he tenido la oportunidad de indicárselo y practicar un poco mi pobre alemán, y ella me ha confirmado que realmente es un laberinto encontrar el camino por aquel lugar. Un laberinto de calles que tuvieron su origen en tiempos de los árabes, más de 1.000 años atrás, y que todavía se conservan con su encanto, sin saber muy bien dónde vas a salir, lo mismo que me estaba sucediendo a mí, sumido en el laberinto de mi amada Luna de nacimiento.

No han sido los recuerdos del pasado lo que hoy me han dejado huella, ... han sido las sensaciones del pasado, de un pasado vivido en aquel barrio, durante varios meses en el vientre de mi madre ... Dicen los viejos astrólogos que la casa XII es también el lugar a donde todos queremos regresar algún día, a ese espacio similar al vientre de nuestra madre, donde el tiempo y el espacio no existen, y que pienso que solo puede ser al mundo del cual provenimos y al cual hemos de regresar ... Yo entiendo que es la añoranza de ese Hogar Eterno, yo entiendo que es también la tristeza y la melancolía de no poder estar allí, ... y de vernos obligados a vivir en este hogar temporal llamado Tierra, donde el tiempo y el espacio existen y no lo podemos evitar, ... y donde también todos nos vemos obligados a vivir, nos guste o no nos guste, y lo queramos o no lo queramos.

Y aquí sigo yo, sumido en lo más profundo de mí mismo, en una tarde de contemplación, en una tarde de sentir, en una tarde de no pensar, en una noche de paz, en mis soledades, ... y en la espera de que acabe el tiempo correcto, el tiempo oportuno como ha sido hoy, ... y al cual le faltan un par de horas más para terminar.

Reservados los derechos de autor. D.F. Nomemientas Gavilán.

Yo sueño que estoy aquí,
destas prisiones cargado,
y soñé que en otro estado,
más lisonjero me vi.
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño,
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.

Fragmento de los Monólogos de Segismundo
(Pedro Calderón de la Barca)

😔

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Patio interior del Palacio de Can Savellà, junto a La Cuartera (Palma de Mallorca)

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Es muy interesante ver lo que hacemos generalmente todos cuando salimos fuera a conocer otras ciudades, la gran mayoría de gente quiere conocer las zonas antiguas, no las modernas, aunque también hay quien lo prefiere. En cierta forma es normal porque son bellísimas todas, muy diferentes a los barrios y ciudades modernas, entonces queremos ver y conocerlas, de modo consciente lo queremos así, pero creo que nadie se plantea, que también nuestro inconsciente nos está llevando al pasado, a reencontrarnos con algo de nosotros, en un pasado lejano, tal vez de otras vidas, en las cuales muy bien pudimos vivir allí. Me llama mucho la atención esto, porque yo he tenido siempre en mente conocer ciertas ciudades muy concretas, como si también fueran familiares para mí, las zonas antiguas siempre, y después estando allí me he dado cuenta de que algo extraño se removía en mi interior. No puedo ahora explicarlo de otro modo. Un saludo. J.A.

DF. Nomemientas Gavilán dijo...

Es casi imposible explicar lo que sientes cuando revives emociones, al estar en un lugar en el cual nunca antes habías estadom al menos en esta vida actual. Yo sé que le pasa a muchísima gente, aunque no sean conscientes de ello, pero yo te puedo asegurar que el inconsciente siempre busca los recuerdos perdidos, de otras vidas muy seguramente, tal como me ha sucedido a mi en varias ocasiones y en varios lugares. Uno que me viene ahora al recuerdo fue cuando estuve en Lisboa, en mi querida Lisboa, allí encontré un "olor" muy peculiar para mí. Gracias por tu comentario, que siempre ayuda comprender esto a los demás.

DF. Nomemientas Gavilán dijo...

Otra vez soy yo, he olvidado escribir que con esta página se cumplen las 18.000 visitas a este blog. Gracias otra vez a quien lo lee, y solo decir que cualquier comentario es siempre bien recibido, siempre nos ayudan a comprender mejor lo escrito, y también aunque no sean a favor y alguien quiera discrepar.

Anónimo dijo...

A veces tengo la impresion de que hemos sido desterrados o exiliados a este mundo, a este planeta, como si fuera un castigo por algo que hemos hecho, no sé donde, es como una condena, como si estuviéramos condenados a vivir. Quizás por esto también sentimos esa añoranza del regreso a nuestro verdadero hogar y pienso que también con nuestra verdadera familia. Carlos.

DF. Nomemientas Gavilán dijo...

Un buen comentario que deja mucho que pensar, muy posiblemente mucha gente dará por hecho que es así, ... que estamos condenados a vivir, y tal vez sea así, y yo pienso que es así, puede ser parte de la verdad completa, pero como siempre, es una respuesta que cada uno debe encontrar, no se puede creer en lo que otros te dicen. Yo soy de los que piensa que no hay nada en qué creer, entiendo que debemos descubrirlo. Un saludo para ti.

Anónimo dijo...

Esto mismo hacemos muchos sin darnos cuenta, sin saber que al regresar a un lugar, donde antes estuvimos, nos reencontramos con lo perdido, con lo que no fuimos conscientes en su tiempo, sean recuerdos, sensaciones, emociones, olores, fragmentos de nuestra vida ..... MDA.