-desde Puerto de Pollensa y hasta
el Faro del Fin del Mundo-
(tras la tempestad siempre llega la calma, ... y viceversa)
(todas las tormentas emocionales tienen un final, no son eternas)
(yo no sé si el suicidio pueda ser una tormenta eterna)
(tras la tempestad siempre llega la calma, ... y viceversa)
(todas las tormentas emocionales tienen un final, no son eternas)
(yo no sé si el suicidio pueda ser una tormenta eterna)
No
todo en la vida debe ser trabajar o estudiar, y también debe haber
tiempo para nada hacer o pasear, ¡y esto es lo que he hecho hoy! …
Ha amanecido un día con el cielo muy azul y con una temperatura muy
agradable, y a pesar de estar en pleno invierno, y, aunque yo hubiera
querido subir al Pico Tomir, al final he preferido no subir demasiado
alto y hacer una larga caminata, sin demasiados agobios … He
aparcado el coche junto al Hotel Formentor y después he tomado la
carretera que conduce hasta el Faro, solo son 10 kms. de ida y otros
tantos de vuelta, pero con un desnivel pequeño que permite ir
contemplando, un paisaje esplendoroso en todo el camino. Caminar
sobre el asfalto me resulta más cansado que hacerlo sobre tierra, y
es algo que tengo muy comprobado y no acabo de entender la causa,
cuando debería ser al contrario, pues no es lo mismo un camino llano
que un camino pedregoso … En un camino de piedras no me canso, e
imagino que mis botas me protegen bien los pies, pero en un camino
asfaltado siempre me es más cansado y aburrido, aunque en algunos
tramos he tomado el antiguo camino de piedra, el que debía utilizar
el farero cuando no existía la carretera.
El paisaje del lugar es realmente alucinante, con unos pinares inmensos, y otros espacios donde solo se ven rocas porque los árboles han desaparecido, pero las vistas que se extienden a cada paso resultan de lo más llamativas, tan pronto veo el mar por el oeste como lo veo por el este, es la sorpresa de ir andando por una península, que tiene pocos kilómetros de anchura, que es una de las zonas más espectaculares de la isla, y por los varios miradores que dejan contemplar los acantilados y el mar que los besa. Pocos coches circulaban hoy por allí y ningún autocar he visto, nada que ver con los miles de turistas que los recorren durante el verano, y que hacen de esta carretera, algo estrecha, un lugar peligroso en algunos tramos, por eso he podido gozar de la tranquilidad que en otros momentos sería impensable.
Al final del camino me he encontrado con “el faro del fin del mundo”, es un faro precioso y encantador que contempla el mar desde lo alto del Cabo Formentor. Cada vez que voy allí, me da la impresión real de que he llegado al fin del mundo, porque ya después no hay nada más que el inmenso mar, aunque en los días claros se pueda ver la isla de Menorca, que se asoma a lo lejos, y por supuesto también el Cabo Pinar y el Cabo Ferrutx, que cierran la Bahía de Alcudia, es un gran paisaje que vale la pena disfrutar sin prisas, y así lo he hecho en todo el camino, tanto de ida como de vuelta, deteniéndome en los mejores miradores que he encontrado durante el trayecto.
Cuando regresaba hacía el coche, no he podido resistir la tentación de bajar hasta Cala Murta, y por un camino precioso donde apenas entra la luz del sol, debido al frondoso bosque de pinos y palmitos, que atraviesa hasta tocar el mar. No había nadie más en la cala, ni tan siquiera alguna barca, todo era un oasis de silencio, que por supuesto no existe durante el verano, y que yo he podido disfrutar en la paz, de estar conmigo mismo, y hasta que comenzaba a caer la tarde, ya no era cuestión de quedarse allí a dormir. El día se ha pasado volando, han sido 6 horas de una caminata, la ida más rápida y a paso ligero, como suelo hacer siempre, pero la vuelta más lenta y relajada, hasta llegar donde tenía aparcado el coche y volver después al apartamento, y con unas ganas enormes de cenar y tumbarme en el sofá para, precisamente, y ya por fin, ¡¡¡nada hacer!!!.
La noticia desagradable ha sido cuando me he enterado por televisión, de que esta misma tarde y desde uno de los acantilados de Formentor, por donde he pasado, un hombre se ha lanzado al vacío, lo han encontrado muerto sobre las rocas y junto al mar, y parece ser que ya estaba muy cansado de vivir y ha elegido hacerlo en un lugar muy especial, junto al “faro del fin del mundo” … Y no he podido dejar de pensar, que tal vez este mismo hombre ha pasado junto a mí, y que tal vez podría haber sido yo quien le encontrara, para hablar un rato y que no se lanzara, o tal vez para verlo tendido sobre las rocas del precipicio, … y también he pensado, que yo he tenido la ocasión de hacer lo mismo que él, en cualquiera de los miradores sobre el mar en los que me he detenido.
Desde que comenzó la crisis económica que estamos padeciendo, y desde hace un par de años, ya han sido bastantes las personas que se han quitado la vida de un modo similar, … me parece que algunos están, tan agobiados por las circunstancias que les ha tocado vivir, … que prefieren acabar con todo y descansar, y es triste que sea así, pero también yo puedo entender que hay momentos en que ya todo da igual, y que simplemente solo queremos dejar de existir … Y es curioso lo que hace la vida, … después de la calma de un día como éste, también debía llegar la tempestad emocional de la noche … Así es la vida, y si después de la tempestad llega la calma, es lógico que después de la calma llegue la tempestad.
Por esto pienso, y estoy convencido de ello, que todos pasamos tormentas emocionales más o menos intensas a lo largo de la vida, por el motivo que sea, y los hay muchos, ... y hay tiempos en los cuales quisiéramos ya terminar con todo, pero también es muy cierto, ... que después de la tempestad siempre llega la calma, y todo es cuestión de confianza y de esperar ... No existe en este mundo una tempestad o una tormenta eterna, pero yo no sé si el suicidio pueda ser una tormenta eterna.
Texto del libro "Tres hermanos y dos herencias" - Diario de un karma familiar (II) - El Juego del Escondite (la búsqueda). Reservados los derechos de autor. DF. Nomemientas Gavilán
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4 comentarios:
Es como un faro del fin del mundo, que me recuerda la novela de Julio Verne. Hay algo de mágico y también de tenebroso en los acantilados sobre el mar, una especie de atracción a veces fatal. Una maravilla de lugar.
Yo tengo mi teoría, que tal vez pueda ser una más. Yo pienso que todos pasamos épocas en la vida, en las cuales debemos hacer un gran cambio, es como "tirarnos de cabeza", hacia un nuevo futuro desconocido y que nos asusta. Es como tirarse a un precicipio sin la seguridad de que alguien nos salve, porque pienso que nadie nos salvará. Yo creo que esto es lo que se necesita realmente, "tirarnos de cabeza" y sin miedo, hacia lo nuevo, hacia una vida nueva, superando el miedo existencial a lo desconocido, y dejando atrás lo viejo, y entiendo que a veces se pueden "cruzar los cables" de la mente, al no saber distinguirlo. Existen tanto la atracción como el rechazo al mismo tiempo.
Si alguien más puede dar su opinión sobre esto, yo lo agradeceré.
Resulta dificil de comprender para mí, lo que dices tiene sentido, es posible que existan otras causas, además de estar pasando una depresión importante, posiblemente el cerebro pueda estar falto de algo importante para su buen funcionamiento.... Eliges unos lugares increibles para tus excursiones, este es uno de mis lugares preferidos en Mallorca, y el vídeo ¡¡qué te voy a contar!! alucinante, yo también quisiera volar. Otro saludo del Gat de la Font.
El cerebro humano sigue siendo un gran desconocido para todos, unos sabrán más y otros menos, si supiéramos todo no habría tanta gente con problemas psíquicos, y por tanto sabemos poco. La bioquímica del cerebro es muy complicada, pero es muy cierto que necesita de unos nutrientes muy específicos y completos, y no siempre es fácil saber cuáles son. No todo es un psicólogo o un psiquiatra, no todo es psicoanálisis ni meditación ni relajaciones mentales, hay más factores a tener en cuenta.
P.D. Me alegra que sepas apreciar el lugar. Entre Pto. Pollensa y Cabo Formentor hay unos 20 kms., y solamente encuentras "civilización" en el hotel y en los pocos chalets que hay junto a él. El resto de la península de Formentor está libre, salvo de los coches que van hasta el Faro del Fin del Mundo, o algunos locos que vamos a pie. Otro saludo para ti y gracias por comentar.
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