La vacuna del coronavirus ya la teníamos, y nos la hemos cargado.
Me resulta grato que alguien, que no es de ningún grupo ecologista, sino
del CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España), comparta de
la misma manera lo que yo escribí sobre la pandemia del coronavirus
Covid-19, y mejor llamada sería "el cacavirus o egovirus coronado por la estupidez humana", pero bueno, es el nombre que le dieron, y el que yo le he dado,
porque sí, porque nadie va a decirme de qué forma llamarlo ... No voy a escribir más de mi punto de vista, ya bastante lo he hecho en un montón de entradas relacionadas con esto y en particular en las que a continuación enlazaré.
Entiendo que vale la pena comprender esto, que la Naturaleza tiene su propio sistema de equilibrarse a sí misma, salvo
que queramos seguir viendo y viviendo el mundo del revés, y no darnos cuenta de que los humanos somos sus mayores verdugos y depredadores, somos los causantes y culpables de la aparición del Covid-19, y eso sí, buscando miserablemente vacunas y perdiendo el tiempo, los miles y miles de contagiados y de muertos ... Ahora entramos en un tiempo de "tregua" de la pandemia, ¿y después cuando acabe esta tregua, ... habremos aprendido la lección? ... Yo estoy viendo que no queremos aprenderla, a la grandísima mayoría de seres humanos no le interesa ni lo busca, solamente a la minoría de humanos seres, los ecologistas, naturistas, naturalistas, biólogos y similares, y después sucede lo de siempre, que todos pagamos el precio de la estupidez, soberbia, avaricia, ambición y codicia humanas.
"Para dominar la naturaleza primero se debe aprender a obedecerla."
EL CACAVIRUS O EGOVIRUS HUMANO
(amigo y enemigo al mismo tiempo)
Una continuación de:
A continuación, varios párrafos de la entrevista. Para leerla al completo en el diario El Confidencial, aquí dejo el siguiente enlace: https://www.elconfidencial.com/tecnologia/2020-04-28/entrevista-fernando-valladares-coronavirus-vacuna_2569143/
La premisa de Fernando Valladares es que el virus es parte del ecosistema. Advierte de que puede ser el prólogo de lo que se nos viene encima si no cambiamos nuestra relación con la naturaleza.
Fernando Valladares trabaja en el CSIC. Se licenció hace 30 años con premio extraordinario y se doctoró con el mismo galardón. Su investigación aborda los impactos de los cambios climáticos en los ecosistemas terrestres, y durante la pandemia ha lanzado una serie de vídeos y artículos tremendamente llamativos, poco habituales en la prensa. Su punto de vista es macro: su premisa es que el virus es parte del ecosistema. Dice que el coronavirus puede ser el prólogo de lo que se nos viene encima si no cambiamos sustancialmente nuestra relación con la naturaleza.
La mejor protección es la naturaleza. Es la mejor vacuna, y nos la hemos cargado. No me cansaré de repetirlo: la naturaleza hace una protección integrada. Igual no es perfecta, pero su protección es de amplio espectro, no te cuesta dinero, es sostenida y cumple muchas otras funciones. La naturaleza está de guardia las 24 horas del día. Los servicios que está haciendo para mantener las condiciones físicas, químicas y biológicas que reducen la carga vírica, para que los riesgos de la zoonosis tengan unas dimensiones pequeñas, son impagables. Vamos rescatando de la biobliografía y el conocimiento científico piezas que nos permitan saber con precisión cómo funciona esta protección, pero ya sabemos que es real.
La naturaleza es la tecnología más avanzada que hay. Cuando la naturaleza no funciona bien, cuando traspasamos un límite en nuestra explotación de recursos, cuando se acumulan estos fenómenos de huella y degradación ambiental, ocurren estas cosas. Nos lanzamos hacia adelante pensando que la tecnología y la riqueza nos van a librar de todos los males, pero una economía que no tenga en cuenta la preservación del equilibrio natural será totalmente vulnerable ante estos golpes.
El éxito ante esta pandemia no es que podamos salir de casa, sino que el riesgo de volver a estar confinados, por esta enfermedad o por otra, sea tan bajo como era hace 30 años. Y no estamos como hace 30 años. Somos el doble de gente y tenemos la mitad de ecosistemas. Para volver a estas condiciones de tranquilidad, cuando las posibilidades de una DANA, de unos incendios como los de Australia o una pandemia como esta eran moderadas, pero bajas, tenemos que cambiar muchas cosas. Y no las estamos queriendo cambiar. Las medidas populistas y los parches no van a resolverlo, y estamos contra las cuerdas.
Un rayo de luz y de esperanza, sobre las nieblas y las tinieblas |