miércoles, 15 de abril de 2020

UNA PECADORA DEL CONFINAMIENTO

Buenos días, en la paz que no tenemos pero que tendremos,
desde el Convento temporal de las Águilas de Madina Mayurqa,
os saludan los frailes pelotines y el abad del Copón,
además de la novicia Blancanieves y los 7 encantadores Enanitos.


Los cotilleos del Confesionario de los Pecadores
Una reincidente pecadora del confinamiento del cacavirus
El extraño caso de Caperucita Roja, su potorro y su perrito lobo
La rodilla de la obediencia, o de la desobediencia, depende ...

Hoy hemos recibido en nuestro Confesionario, una solicitud de perdón de los pecados, pretendiendo una absolución, que los frailes pelotines no podemos dar, y puesto que las denuncias que impone la Guardia Civil no son de nuestra competencia espiritual, de modo que nos es imposible acceder a ello y hemos dirigido a la reincidente pecadora a que lo solicite, en el  cuartelillo de la Guardia Civil del Puerto de Pollensa, por ser el lugar donde ella ha cometido sus tres pecados, y ya lo dicen, "a la tercera va la vencida y debe joderse la mujer", por pecadora reincidente y por reírse de todos, lo que pasa es que su perrito lobo no tiene la culpa de que ella sea lo que es.

La cuestión es que nos habían contado, desde la sucursal de nuestro convento en el encantador Puerto de Pollensa, que un vecino que vive donde se inicia el camino de Bóquer, comenzó a escuchar unos extraños alaridos, provenientes de lo alto de una montaña pelada, que se sitúa entre el puerto y la cala de San Vicente ... Ya anochecía y el hombre se asustó, y así que con sus prismáticos intentó averiguar de dónde procedían tales alaridos, en principio él pensó que podría ser un lobo, que tal vez se había comido a Caperucita Roja, y que lo estaba celebrando, pero no, no fue exactamente así ... El hombre escuchaba desde dónde provenían, pero no pudo ver ni al lobo ni a Caperucita Roja, y así que llamó por teléfono a las emergencias isleñas, de esta isla encantada y desencantada, y así pues comenzó una rocambolesca búsqueda, del origen de tales alaridos o aullidos de lobo, en noche cerrada y lluviosa.

El camino de Cala Bóquer se inicia en una rotonda del puerto, se trata de un camino con servidumbre de paso, que utilizan muchos turistas, y el cual también utilizamos mucho los frailes pelotines cuando visitamos nuestra sucursal, que pasa por una antigua casa de posesión y por las ruinas de una antigua ciudad romana, de hace unos 2000 años, la llamada Boccoris, y el cual camino, entre altas montañas a ambos lados y con miles de palmitos, ¡¡un bosque de palmitos impresionante!!, conduce hasta la Cala Bóquer. Una pequeña cala pero de una belleza espectacular, en principio porque no se puede llegar en coche, no hay casas ni vestigios humanos, y solamente los excursionistas lo pueden hacer, ... y con un poco de suerte durante el verano, encontrar también agua fresca en una fuente del camino, aunque si ha habido sequía no se puede confiar en que mane, pero hay otro lugar escondido, que no conocen los turistas y donde se puede encontrar agua.

Las casas de la posesión de Bóquer - Pto. Pollensa (Mallorca)
(al fondo izquierda y centro es la sierra del Cavall Bernat)

Bueno, pues a lo que iba, sobre el extraño caso del lobo y de Caperucita Roja ... Cuando emergencias recibió la llamada, del hermano salvador y penitente, pues de inmediato, las fuerzas terrestres de los Bomberos de Alcudia y de Sóller, y de la Guardia Civil se pusieron en marcha, para averiguar lo que estaba sucediendo, y en fin, un mogollón de personas, ya anochecido, subieron por aquellos peñascos en plena oscuridad y con el riesgo que esto supone, siguiendo los alaridos que sonaban y retumbaban en el eco, entre las montañas de ambos lados ... Y ya por fín y un par de horas después, todos llegaron al origen de los alaridos, y lo primero que vieron fue, no al lobo, sino a un perrito, era al perrito que la pecadora Caperucita Roja había sacado a pasear un rato, para que hiciera pis en la calle, pero, sin saber muy bien el porqué, resulta que subieron y subieron montaña arriba, por unos senderitos y unos pedruscos algo difíciles de creer, para que el perrito hiciera pis.

Por suerte no había sido el lobo quien se comió a Caperucita Roja, pero la pobre estaba atascada entre unos riscos y se había jodido una rodilla, qué cosas, no quiso arrodillarse ante la autoridad, incumplió el confinamiento del cacavirus, porque le pasó por el potorro, ¡¡por tercera vez!!, pues ya había sido advertida antes en dos ocasiones, pero no hizo ni puto caso y reincidió en el pecado de desobediencia, y así pues la Vida no se lo perdonó, ni ella tampoco ... No había querido arrodillarse ante la autoridad y confinarse en casa como todos, ¡¡y el demonio le jodió la rodilla!!, y para que después digan que el demonio es malo ... Tardaron como tres horas en transportarla en camilla hasta el inicio del camino de Bóquer, para desde allí transportarla al hospital de Inca, y no sin antes imponerle la Guardia Civil una denuncia del copón, y abrir diligencias penales contra la Caperucita Roja, por un presunto delito de desobediencia.

No han incoado expediente contra el perrito lobo, que no tiene la culpa de nada, seguía las órdenes de su ama, ignoraba el confinamiento, pero muy bien lo sabía Caperucita Roja y su potorro, y todo lo cual lo hemos pagado los frailes de todos los conventos isleños ¡¡con nuestros impuestos!!, con los dineros que se deben pagar a tantos policías, bomberos, sanitarios, rescatadores, y además de los coches, de las patrullas y la ambulancia que la condujo al hospital ... Tarde o temprano todos pagamos nuestros errores o nuestros pecados, pero los frailes pelotines no somos nadie, para perdonar tal pecado y para darle la absolución, pues con 35 años de edad, ya se debería tener la cabeza en su sitio, aunque por lo que se ha visto, se pasó la cabeza por el potorro, o el potorro por la cabeza, tanto monta, monta tanto, mientras que se quedó cabalgando y durante varias horas, al caballo Bernardo, sí, lo has leído bien, el lugar donde la encontraron se llama "el Cavall Bernat".

File:Cala Bóquer.JPG
Sierra del Cavall Bernat y Bóquer al fondo, desde Formentor
Dejamos aquí una fotito del lugar donde se la encontró, no sabemos sí huía del lobo, pero, si difícil es subir de día, más lo es cuando llega la última hora de la tarde, pues no sabes qué pueda suceder, y no tendrías tiempo de regresar al confinamiento, del convento de las pecadoras reincidentes ... No entendemos por qué no utilizó su teléfono móvil, hubiera sido más fácil que no lanzar aullidos de loba, pero suponemos que se debió quedar en alguna pequeña sima a la cual no llegaba la cobertura, o pudiera ser que se lo dejara en casa para no ser "geolocalizada", por el control de las fuerzas vivas y del demonio.

Fotografía de Olaf Tausch en Wikimedia.
 https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Cala_B%C3%B3quer.JPG 

https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/1/18/Little_Red_Riding_Hood_WPA_poster.jpg
ÉRASE UNA VEZ
"Mea culpa, mea culpa,
mea maxima culpa, jijiji,
me lo paso por el potorro", ...
decía Caperucita Roja,
junto a su perrito lobo, 
mientras reíase de todos.

Amén.🌈🌈🌈

Cotilleo anterior: La locura del loco y la cordura