martes, 13 de diciembre de 2022

EL LOCO (loco cuerdo) de Khalil Gibran

Cotilleos del Nido de las Águilas de Madina Mayurqa

🦅🦅🦅🦅🦅 🦅🦅🦅🦅🦅🦅

Pues sí, no está nada mal el libro que ayer tarde yo me encontré en la calle, no lo robé, alguien lo había dejado junto a unos contenedores de basuras, y allí lo encontré y de allí me lo llevé, y justo a tiempo de que una mujer, quien por cierto usaba mascarilla, llegara para fisgonear, lo que allí habían dejado, y quién sabe si ella se hubiera llevado el libro y no yo ... Y en fin, que mi admirado Khalil Gibran del Copón tuvo muchísimo arte, para escribir lo que ni tan siquiera se puede explicar con las palabras, y aquí transcribiré una de las páginas de este libro, titulado "El loco", pues eso somos todos, todos somos unos locos, ... unos somos "locos cuerdos" y otros somos "cuerdos locos", ... ¡¡no es lo mismo y no lo confundas!!

EL LOCO (loco cuerdo) de Khalil Gibran

Continuación de: 

EL LOCO

Me preguntáis por qué enloquecí. Fue así. Un día, mucho antes de que nacieran algunos dioses, desperté de un profundo letargo y descubrí que me habían robado todas mis máscaras, sí; las siete máscaras que yo mismo me había confeccionado, y que llevé en siete vidas distintas; corrí sin máscara por las calles atestadas de gente, gritando: "¡Ladrones! ¡Ladrones! ¡Malditos ladrones!"

Hombres y mujeres se reían de mí, y al verme, algunas personas, llenas de horror, corrieron a refugiarse en sus casas.

Y cuando llegué a la plaza del mercado, un joven, de pie en la azotea de su casa, señalándome, gritó: "¡Miren! ¡Es un loco!" ... Alcé la cabeza para mirarlo, y por vez primera el sol besó mi desnudo rostro y mi alma se encendió de amor al sol, y ya no quise tener máscaras. Y como si fuera presa de un trance, grité: "¡Benditos! ¡Benditos sean los ladrones que me robaron mis máscaras!"

Fue así que enloquecí. Y en mi locura he hallado libertad y seguridad, la libertad de la soledad y la seguridad de no ser comprendido, pues quienes nos comprenden nos esclavizan.

Pero no dejéis que me enorgullezca demasiado de mi seguridad; ni siquiera el ladrón encarcelado está a salvo de otro ladrón.