Hoy quiero pasar a mi blog algo escrito sobre la vida de Buda, de alguien cuya única filosofía fue la iluminación, la búsqueda y el encuentro de la iluminación, después de haber estado perdido durante 29 años en su Juego del Escondite ... El budismo no se trata de una religión, para mí se trata de "la religión", o es decir, de "la reunión" con nosotros mismos, con esas partes perdidas y escondidas en la inconsciencia de cada uno, y esto es algo que solamente cada uno lo puede hacer consigo mismo, nadie más puede hacerlo en su lugar y tampoco ninguna religión ... En el fondo es lo mismo que predicaba Jesucristo, pero no fue bien entendido, mas bien fue todo manipulado por quien interesó que así fuera ... De cualquier modo, es sabido que Jesús de Nazaret, durante algunos años de su vida que no se citan en la Biblia, estuvo bebiendo de las aguas del budismo en la India. 
La iluminación es la parte más principal de la casa IX de la Astrología, la casa regida por Júpiter y Sagitario, la cual representa los viajes internos hacia nuestro inconsciente, para hacerlo consciente, ya que es la casa de la supraconsciencia ... Dentro de su significado se encuentra la búsqueda de la iluminación, a través de procesos internos como los que vive el ermitaño del arcano 9 del Tarot, quien con su farolillo busca en las tinieblas, las mismas tinieblas que todos llevamos dentro ... La Astrología tiene 5.000 años de antigüedad, (o quizás proviene desde la eternidad de los tiempos), y mientras que el judaísmo tiene 4.000 años, el budismo 2.500 años, el cristianismo 2.000 años y el islamismo tiene 1.400 años ... Cuando hablo de Astrología lo inicio con mayúscula, ya que también existe, por desgracia, la astrología en minúscula, y es la que practican muchos en revistas y por televisión, por desgracia también.
En relación a esto puede interesarte en este blog:
La iluminación es la parte más principal de la casa IX de la Astrología, la casa regida por Júpiter y Sagitario, la cual representa los viajes internos hacia nuestro inconsciente, para hacerlo consciente, ya que es la casa de la supraconsciencia ... Dentro de su significado se encuentra la búsqueda de la iluminación, a través de procesos internos como los que vive el ermitaño del arcano 9 del Tarot, quien con su farolillo busca en las tinieblas, las mismas tinieblas que todos llevamos dentro ... La Astrología tiene 5.000 años de antigüedad, (o quizás proviene desde la eternidad de los tiempos), y mientras que el judaísmo tiene 4.000 años, el budismo 2.500 años, el cristianismo 2.000 años y el islamismo tiene 1.400 años ... Cuando hablo de Astrología lo inicio con mayúscula, ya que también existe, por desgracia, la astrología en minúscula, y es la que practican muchos en revistas y por televisión, por desgracia también.
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"No creas en 
cualquier cosa porque te enseñen el testimonio escrito de un viejo 
sabio. No creas en cualquier cosa porque provenga de la autoridad de 
maestros y sacerdotes. Cualquier cosa que esté de acuerdo con tus 
propias experiencias, y que después de una ardua investigación se 
manifieste de acuerdo con tu razón, y conduzca a tu propio bien y al de 
todas las cosas vivientes, acéptala como la verdad y vive de acuerdo a 
ello." (Buda)
Lo paso aquí con la autorización de la página web de la cual ha sido extraído: Biografías y Vidas.
VIDA DE SIDDHARTA GAUTAMA BUDA
("Yo no me creo que consiguiera la iluminación en una sola noche, es una metáfora" ...)
A lo largo de los siglos, se ha representado la imagen 
de Buda tantas veces que incluso en Occidente su efigie resulta tan 
familiar como cualquier otro objeto artístico. Solemos verle sentado 
sobre sus piernas en actitud meditativa, con una protuberancia más o 
menos saliente en la cúspide del cráneo y un lunar piloso entre las 
cejas, cubierto por un vaporoso manto sacerdotal y aureolado su rostro 
por una serenidad y una dulzura entrañables. Hay algo, sin embargo, que 
sorprende a veces: para ser un asceta que ha renunciado a los placeres 
del mundo y que conoce a fondo las miserias humanas, en ciertas 
representaciones parece excesivamente bien alimentado y demasiado 
satisfecho.
 Buda en una de sus primeras representaciones
en la antigua región de Gandhara (siglos I-II)
en la antigua región de Gandhara (siglos I-II)
Es creencia común considerar que los santos llevaban una
 vida eremítica de lucha y sacrificio en busca de la paz interior, y así
 era, efectivamente, en la India que Buda conoció, unos quinientos años 
antes de Jesucristo.
 La idea de la purificación a través del sufrimiento era usual entre 
hombres ya maduros o ancianos, horrorizados y confusos ante la 
perversidad de sus contemporáneos. Con frecuencia, abandonaban a sus 
familias y se refugiaban en las montañas, cubiertos de harapos y con un 
cuenco de madera como única posesión, que usaban para mendigar comida. 
Antes de convertirse en Buda, que significa "el Iluminado", Siddharta 
Gautama también practicó estas disciplinas corporales abnegadamente, 
pero no tardó en comprobar que eran inútiles.
Una vida de príncipe
Siddharta
 Gautama nació probablemente en el año 558 antes de Cristo en 
Kapilavastu, ciudad amurallada del reino de Sakya situada en la región 
meridional del Himalaya, en la India. Conocido también con el nombre de 
Sakyamuni ("el sabio de Sakya"), Siddharta era hijo de Suddhodana, rey 
de Sakya, y de la reina Maya, que procedía de una poderosa familia del 
reino.
Según la tradición, Siddharta nació en los jardines de 
Lumbini, cuando su madre se dirigía a visitar a su propia familia. La 
reina Maya murió a los siete días de haber dado a luz y el recién nacido
 fue criado por su tía materna Mahaprajapati. Siddharta creció rodeado 
de lujo: tenía tres palacios, uno de invierno, otro de verano y un 
tercero para la estación de las lluvias. En ellos disfrutaba de la 
presencia de numerosas doncellas, bailarinas y músicos; vestía ropa 
interior de seda y un criado le acompañaba con un parasol. Se le 
describe como un muchacho de constitución esbelta, muy delicado y con 
una esmerada educación.
 El nacimiento de Buda
De sus años de estudio, posiblemente dirigidos por dos 
brahamanes, sólo se sabe que asombró a sus maestros por sus rápidos 
progresos, tanto en letras como en matemáticas. Mucho se ha hablado del 
carácter sensible de Buda; pero siendo hijo de un rey y aspirante al 
trono, debió de ser educado también en las artes marciales y en todas 
aquellas disciplinas necesarias para un monarca. Con todo, el reino de 
Sakya apenas si era un principado del reino de Kosala, del que dependía.
Siddharta se casó con su prima Yasodhara cuando tenía 
alrededor de dieciséis años, según algunas fuentes, o diecinueve o acaso
 más, según otras. En algunas leyendas se dice que la conquistó en una 
prueba de armas luchando contra varios rivales. Nada se sabe de este 
matrimonio, excepto que tuvo un hijo llamado Rahula que se convertiría 
muchos años después en uno de sus principales discípulos. El hecho de 
tener un hijo varón como continuador de la dinastía le habría facilitado
 la renuncia a sus derechos y su consagración a la vida religiosa.
La
 vida de Siddharta transcurría la mayor parte del tiempo en el palacio 
real, bajo la protección paterna. Según la tradición, durante sus 
salidas furtivas a la ciudad, en que era acompañado por un cochero, se 
produjeron los llamados «cuatro encuentros». En cierta ocasión que salía
 por la puerta oriental del palacio, se encontró con un anciano; en otra
 ocasión que salió por la puerta meridional, vio a un enfermo; cuando lo
 hizo por la puerta occidental, vio un cadáver, y otro día, al cruzar la
 puerta septentrional, se encontró con un religioso mendicante. La 
vejez, la enfermedad y la muerte indicaban el sufrimiento inherente a la
 vida humana; el religioso, la necesidad de hallarle un sentido. Ello le
 llevaría a dejar atrás los muros del palacio en el que se había 
desarrollado la mayor parte de su vida.
Los cuatro encuentros
A
 los veintinueve años, Siddharta abandonó a su familia. Lo hizo de 
noche, montado en su corcel Kanthaka y en compañía de su criado 
Chantaka. Su meta era Magadha, estado floreciente del sur, donde se 
estaban produciendo cambios culturales y filosóficos. Es posible que 
también eligiera ese reino, a unos diez días de camino desde 
Kapilavastu, para evitar la posibilidad de que su padre exigiera que 
fuese repatriado. Una vez recorrido parte del camino, se cortó los 
cabellos, se despojó de sus joyas y aderezos y los entregó a su criado 
para que, de vuelta a casa, los devolviera a su familia, con el mensaje 
de que no regresaría hasta haber alcanzado la iluminación. El resto del 
camino lo hizo como mendicante, práctica, por otra parte, muy bien 
considerada en la India de la época. También era habitual que hombres ya
 maduros y con inclinaciones filosóficas se adentraran en el bosque para
 buscar la verdad. Lo singular fue que él lo hiciera a edad tan 
temprana.
En busca del sentido
Una
 vez en Rajagaha, capital de Magadha, el joven mendicante llamó la 
atención del poderoso rey Bimbisara. El rey, acompañado por su séquito, 
fue a visitarle al monte Pandava, donde practicaba la meditación y el 
ascetismo. Según cuenta la tradición, el monarca le ofreció cuantas 
riquezas deseara a cambio de que aceptara ponerse al mando de sus 
batallones de elefantes y de sus tropas de élite. Siddharta informó al 
rey de su origen noble y del propósito de su estancia en Rajagaha. El 
rey Bimbisara no reiteró la propuesta; le rogó únicamente ser el primero
 de conocer la verdad alcanzada si llegaba a la iluminación.
Siddharta
 siguió las enseñanzas de dos maestros de yoga, Alara Kalama y Uddaka 
Ramaputa. El primero, al que seguían trescientos discípulos, había 
alcanzado la fase «en que nada existe»; se cree que su ermita estaba en 
Vaishi. Siddharta alcanzó muy pronto ese mismo estadio y se persuadió de
 la insuficiencia de estas enseñanzas para liberar a la humanidad de sus
 sufrimientos. Uddaka Ramaputa tenía seiscientos discípulos y vivía 
cerca de Rajagaha. Sus enseñanzas tampoco colmaron los afanes de 
Siddharta.
Partió entonces para Sena, una aldea junto al río 
Nairanjana, lugar de encuentro de ascetas. Estas prácticas estaban 
perfectamente reglamentadas: incluían el control de la mente, la 
suspensión de la respiración, el ayuno total y una dieta muy severa, 
disciplinas todas ellas penosas y dolorosas. Por los relatos se sabe que
 Siddharta no se arredró ante su dureza y que, en alguna ocasión, 
quienes le rodeaban creían que había muerto. En aquellos tiempos los 
alumnos avanzados practicaban ayunos de hasta dos meses, y se sabe que 
nueve discípulos de Nigantha Nataputta, fundador del jainismo, se 
dejaron morir de hambre para alcanzar la liberación final.
Tras
 años de austeridades y mortificaciones que no le procuraron la 
iluminación, Siddharta resolvió abandonar el ascetismo, recibiendo, por 
el paso dado, las críticas de sus cinco compañeros. Para empezar, se 
bañó en el río Nairanjana para librarse de la suciedad que había 
acumulado en el curso del largo proceso seguido. Al parecer, se hallaba 
tan débil que apenas pudo salir del agua. Recobró las fuerzas gracias a 
la comida que le ofreció una muchacha llamada Sajata. Según diversas 
leyendas, esta joven era hija del jefe de la aldea de Sena; el alimento 
que le dio al asceta era una sopa de arroz hervido en leche. Poco tiempo
 después, ya restablecido, Siddharta alcanzaría la iluminación. 
La iluminación
Según
 todos los indicios, esto habría ocurrido en la ciudad de Gaya, cerca de
 Sena. Más tarde se llamaría a esta ciudad BodhGaya, y en ella se 
levantaría un templo en honor de Buda. Siddharta pasaba largas horas de 
meditación a la sombra de una higuera sagrada que más tarde sería 
bautizada con el nombre de Bodhi o «Árbol de la Iluminación». Según las 
leyendas, Gautama se sentó un día bajo la higuera y dijo: "No me moveré 
de aquí hasta que sepa." El malvado dios Mara, comprendiendo la gravedad
 y el peligro que encerraba tal desafío, le envió una cascada de 
tentaciones, la más importante en forma de un trío de libidinosas 
odaliscas que agitaron histéricamente sus vientres ante la cabeza 
inclinada de Siddharta; cuando éste levantó sus ojos hacia ellas, el 
fulgor de su mirada las convirtió en torpes ancianas de repugnante 
apariencia.
 Las tentaciones de Mara
Al
 caer la noche entró en trance, y la luz acudió en su auxilio, 
permitiéndole ver con radiante claridad toda la intrincada cadena de las
 causas y los efectos que regulan la vida, y el camino para alcanzar la 
salvación y la gloria. En la llamada primera vigilia de la noche le fue 
otorgado el conocimiento de sus existencias anteriores. En la segunda 
fue provisto del tercer ojo o visión divina. Al despuntar el alba 
penetró en el saber omnisciente y el entero sistema de los diez mil 
mundos quedó iluminado. Despertó embriagado de saber.
Siddharta
 había comprendido que los sufrimientos humanos están íntimamente 
ligados a la naturaleza de la existencia, al hecho de nacer, y que para 
escapar a la rueda de las reencarnaciones era necesario superar la 
ignorancia y prescindir de pasiones y deseos. La caridad era una forma 
de desear la salvación de todos los hombres y la de uno mismo.
En
 los primeros momentos tuvo sus dudas acerca de si debía predicar la 
verdad que había alcanzado. Su primer sermón tuvo lugar al cabo de un 
mes en Sarnath, cerca de Benarés, donde residían sus cinco antiguos 
compañeros. Al parecer, éstos le recibieron muy fríamente, y Siddharta 
les reprendió por las maneras que tenían de dirigirse a un iluminado. 
Finalmente, los cinco formaron el núcleo inicial de una secta que, dada 
la sencillez del nuevo mensaje, creció con rapidez. El discípulo número 
seis fue Yasa, hijo de un rico comerciante de Benarés; insatisfecho con 
su vida sensual y de lujos, su vida presentaba cierto paralelismo con la
 del propio Siddharta. A través de Yasa se convirtió toda su familia.
 Predicación de Buda
Cuando
 consideró que sus discípulos estaban convenientemente preparados, los 
mandó a predicar la nueva verdad por toda la India. Debían ir solos, y 
Siddharta regresó a Uruvela. Entre sus seguidores más importantes e 
influyentes se encontraba el rey Bimbisara, que donó a Buda y a sus 
seguidores una parcela de tierra (el «Bosque de Bambúes») para que les 
sirviera de refugio. Sin embargo, los discípulos pasaban la mayor parte 
del tiempo mendigando y predicando, y sólo regresaban a la finca durante
 la estación lluviosa.
Buda continuó predicando 
durante cuarenta y cinco años. Visitó varias veces su ciudad natal y 
recorrió el valle del Ganges, levantándose cada día al amanecer y 
recorriendo entre veinticinco y treinta kilómetros por jornada, 
enseñando generosamente a todos los hombres sin esperar recompensa ni 
distinción alguna. No era un agitador y jamás fue molestado ni por los 
brahmanes, a los que se oponía, ni por gobernante alguno. Las gentes, 
atraídas por su fama y persuadidas de su santidad, salían a recibirle, 
se agolpaban a su paso y sembraban su camino de flores.
El atentado de Devadatta
Una
 de las conversiones que más fama le procuró fue la de su primo 
Devadatta, hombre ambicioso que le detestaba tanto como para urdir un 
plan que acabara con su vida. Confabulado con unos cuantos secuaces, y 
sabiendo que Buda atravesaría un desfiladero, se apostó en lo alto del 
mismo junto a un peñasco medio desprendido; en el momento preciso en que
 Buda transitaba por debajo, la gran piedra fue movida y cayó con 
estrépito; se oyeron gritos y se temió por la vida del maestro, pero 
Buda emergió indemne de la polvareda, con su sonrisa beatífica en los 
labios.
En los últimos años de su vida, Siddharta 
sufrió duros reveses. El rey Bimbisara fue destronado por su propio hijo
 y el trono de los sakyas fue usurpado por Vidudabha, hijo del rey 
Pasenadi, protector también del budismo. Parece que intentaba retornar a
 su ciudad natal cuando le sobrevino la muerte. Tenía ochenta y un años 
de edad y se encontraba muy débil, pero siguió predicando su doctrina 
hasta los últimos momentos. Por las descripciones hechas de la 
enfermedad infecciosa que contrajo, se cree que la causa última de su 
muerte, acaecida en la ciudad de Kusinagara, pudo ser una disentería. Su
 cuerpo fue incinerado a los siete días de haber fallecido y sus cenizas
 repartidas entre sus seguidores.
El ascetismo de 
Buda provenía de las antiguas religiones, pero es evidente que su 
propósito no era tranquilizar a sus semejantes presentándoles una nueva 
deidad o renovando ritos anteriores, sino hacer a cada uno consciente de
 su radical soledad y enseñarle a luchar contra los males de la 
existencia. Al sustituir las liturgias y sacrificios por la 
contemplación del mundo, Buda otorgó una importancia suprema a algo muy 
parecido a la oración individual y privada, valorando por encima de todo
 la meditación, ensalzando el recogimiento y situando el corazón del 
hombre en el centro del Universo.
Otra de las causas
 de su éxito fue, sin duda, su asombrosa tolerancia. No existe ningún 
dogma budista y, por lo tanto, ningún budista es perseguido por hereje. 
Al volver la vista atrás, entre siglos preñados de violencia y 
fanatismo, lo que más sorprende de Buda es el sereno llamamiento que 
hace a la razón y a la experiencia de cada hombre: "No creas en 
cualquier cosa porque te enseñen el testimonio escrito de un viejo 
sabio. No creas en cualquier cosa porque provenga de la autoridad de 
maestros y sacerdotes. Cualquier cosa que esté de acuerdo con tus 
propias experiencias y que después de una ardua investigación se 
manifieste de acuerdo con tu razón, y conduzca a tu propio bien y al de 
todas las cosas vivientes, acéptala como la verdad y vive de acuerdo a 
ello."
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3 comentarios:
Un monje budista denuncia a su templo por explotación laboral. El religioso demanda a un templo de Koyasan (Japón) 66.000 euros por jornadas laborales como guía turístico de sol a sol y sin descanso durante más de un mes.
https://www.elperiodico.com/es/economia/20180517/monje-budista-denuncia-templo-explotacion-laboral-6823541
Jesús de Nazaret también pasó muchos años alejado de la familia, no se sabe bien dónde y pudo estar buscando lo que después predicaba. Desde su adolescencia y hasta los 30 años no se dice nada en el Nuevo Testamento. Igual han hecho miles de monjes, ascetas y todo tipo de gente que se ha buscado, todos han abandonado a la familia durante un tiempo largo o por toda la vida. Debe ser esta la única forma de iluminarse, de conocerse, de encontrarse??? No lo sé pero pienso que así es.
Yo también estoy de acuerdo y pienso que viviendo en la familia NUNCA puedes avanzar, así siempre estás siguiendo en el "rebaño", siguiendo las pautas heredadas, las que todos siguen, las que tanto daño te han hecho durante tantos años. No te queda más remedio que salirte de la familia y huir lejos, si te quedas solamente tienes dos opciones, continuar siendo el mismo que la familia te ha obligado a ser, o estás a cada momento en su contra y acaba matándote, y cualquiera de las dos opciones es inutil. Por mucho que duela hay que desapegarse de la familia, hay que salir del "rebaño" para ser uno mismo, para descubrirse en toda la plenitud que sea posible, lo cual no quiere decir que después todo sea un camino de rosas, o mas bien lo quiere decir, la verdad es que es un camino de rosas, con sus pétalos y sus espinas, no hay que olvidarlo, las rosas también tienen espinas en sus tallos, no puede haber 1 sin 2. Buenos días hoy, con la Luna en Sagitario, el signe regente de la casa IX de la búsqueda y la iluminación, y como no puede haber 1 sin 2, también el signo de la ignorancia, para quien la prefiera.
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