lunes, 7 de mayo de 2018

Y BROTÓ UNA LÁGRIMA DE UN OJO ...

No se sintió amado de niño, ni de su padre siempre ausente, y ni de su madre siempre autoritaria, mas bien él se sintió despreciado por todos, incluidos sus hermanos, y por supuesto también en el colegio, donde aprendió a agradar a los demás, para poderse integrar con el resto de sus compañeros, aunque también recibiera sus burlas en muchos momentos. Él aprendió a hacerse el fuerte y así aprendió a no sentir, él veía que esto le producía mucho dolor y no podía soportarlo más, y sin darse cuenta empezó a bloquearlo, él comenzó a bloquear su sensibilidad, y en un punto que conecta el sistema nervioso autónomo con el sistema nervioso central, en un rincón de su cabeza llamado occipucio ... y comenzó a acorazarse.


 Y BROTÓ UNA LÁGRIMA DE UN OJO ...
(del ojo izquierdo, no del ojo derecho)

-dedicado al Conde de los Mondongos-

La imagen, la fachada, la careta, el antifaz, la coraza, la armadura, el disfraz
El "ser" o la autenticidad y lo real
El "parecer ser" o la falsedad e hipocresía

Y con el tiempo dejó de ser el niño sensible que había sido, ya se sentía más fuerte y aunque hubiera de mostrarse como no era, era lo mejor para sentirse aceptado por los demás, para no sentir las burlas que tanto daño le habían hecho, y para no sentir la humillación que recibía también en su hogar, en su familia. Fue una adolescencia muy difícil para él, mostrarse como no era, y en aquel tiempo no pudo prever el mal que se estaba haciendo a sí mismo. Ya en tiempos de adulto siguió haciendo lo mismo, pero los impulsos para liberar ese pasado le obligaban a cerrarse más, y a ampliar la armadura que se había colocado muchos años atrás, pero no podía hacerla más grande, y de manera que la armadura le fue comprimiendo poco a poco y cada vez más.

Años después la armadura le hacía mucho daño, no sabía cómo quitársela, porque tampoco sabía que la llevaba puesta, pero ya tan oxidada estaba que le podía resultar muy difícil hacerlo, no es lo mismo cuando tienes 20 años a cuando tienes 40 ó 50 años ... El bloqueo del occipucio se fue extendido cada día un poco más, principalmente hacia los huesos del cráneo y hacia su cintura escapular, sin saberlo y sin él ser consciente de lo que estaba sucediendo, pues incluso ejercitaba más esa última zona, para acorazarse más. Inconscientemente él necesita hacerlo, para aprisionar más y mejor sus sentimientos perdidos y escondidos, durante la niñez y de la adolescencia y también después, y así lo fue haciendo durante un largo tiempo, pero esto no le hacía sentirse bien, consigo mismo, ya que la comunicación consigo mismo estaba deviniendo imposible.

Él no podía entender lo que le estaba sucediendo, y tampoco lo podría comprender con las palabras del Mago Merlín, estas cosas solo se pueden comprender cuando se ha liberado la coraza, cuando se ha quitado la armadura que protege todo ese mundo ignorado y desconocido, pero muy latente y en la espera de ser liberado algún día ... Mientras tanto se sentía prisionero de sí mismo, prisionero de las circunstancias de su vida, de las circunstancias que él mismo había creado y para protegerse de tanto dolor almacenado. Él sentía que ya no podía más, que ya no quería seguir siendo el mismo, pensaba que necesitaba un cambio radical, pero tampoco se atrevía y tampoco sabía cómo hacerlo, ... y claro, sucede que los miedos existenciales a la supervivencia y el miedo a lo desconocido lo impiden.

Un día, estaba el Conde de los Mondongos hablando con el Mago Merlín, allí nadie más había y tampoco la Señora Condesa, habían bebido un vinito tinto manchego y estaban frente a frente. No fue el vino el causante ya que el Conde lo tolera muy bien, y no así el Mago que ya comenzaba "a ir en barco" ... Y en ese momento el Mago Merlín le recordó algo, que había sucedido muchos años atrás, cuando un día estaba en el puerto, esperando la salida de un barco que llevaría a los condes a su casa, después de un viaje encantado, a una isla encantada, a unas playas encantadas, a una casa encantada y a un mago "encantador y encantado" (...), y en fin, que todo era encantador y encantado.

"Recuerdo aquel día", ... le dijo el Mago Merlín, "cuando tú estabas a punto de salir y ya añorabas lo que estabas dejando, entonces lloraste" ... Y entonces al escuchar esto, una lágrima furtiva brotó del ojo izquierdo del Conde de los Mondongos, no del ojo derecho, recordando aquel día, pues muy bien lo recordó ... Era cuando todavía no estaba tan acorazado, tan encerrado del sí mismo, entonces él era más sensible a la vida y al sí mismo, y aquellos días que había pasado de vacaciones le habían despertado esa necesidad de libertad, de liberar el sí mismo, que no sentía en su tierra, pues él estaba obligado a dar una buena imagen delante de los demás, y delante de una sociedad hipócrita, que necesita de individuos hipócritas para sobrevivir.

Una sociedad que no te permite ser como eres ni hacer en cada momento lo que te apetece hacer, una sociedad que te envuelve en sus redes, como si fueras un pececillo, que te moldea como quiere, que te moldea como si fueras una pieza de alfarería, que te hace a su imagen y semejanza, que te dirige con las obligaciones y con las formas, que te obliga a aparentar, que te obliga a "parecer ser", pero que no te enseña ni te permite "ser" ... Y sucede que te ves obligado a actuar por obligación, por mantener las formas y la educación, pero no lo haces por sentimiento real, no nace del corazón, aunque lo parezca en muchos momentos, esto nace de la mente, nace de la cabeza, nace del ego suplantador, y por lo tanto no es real ni es auténtico, tal y como fue la lágrima furtiva y real que brotó del ojo izquierdo del Conde.

El Mago Merlín es un poco severo, y todo hay que decirlo, y debe serlo en muchas ocasiones, cuando corresponde, y esto no quiere decir que sea poco cariñoso, no es esto, pero debe ser duro e inflexible con ciertas manifestaciones del ego humano, bien sean del Conde de los Mondongos o de cualquiera, porque no permite las apariencias, porque le hacen mucho daño, porque las ve y las siente, porque él ama a las personas sensibles, a esa sensibilidad, sinceridad y ese encanto, que tenemos todos, cuando expresamos lo que sentimos, cuando nos expresamos como realmente somos, cuando no nos dejamos moldear por esta sociedad hipócrita en la cual vivimos, y en la cual la imagen es lo único importante. Yo creo que se puede entender, no es lo mismo "ser", que "parecer ser", no es lo mismo ser natural que ser artificial.

Y el Mago Merlín le dijo que no sabía si le quería o no le quería, y me refiero al verbo "amar", pues lo de "querer" puede tener significados distintos, era una contradicción seria para él, pues él ama a las personas que "son", cuando "son", ... pero no ama a las personas que "parece que son", o que en algún instante "parece que son", en fin, que hay una gran diferencia, y tal vez no se puede entender, pero sí hay algo que se debería entender muy bien, que tras de las apariencias, sean las que sean, siempre se esconde lo más real y auténtico de cada uno, y esto lo ama siempre el Mago Merlín, así pues él espera que el Conde de los Mondongos lo comprenda, e igual que comprendió muy bien el sincero beso y el abrazo que se dieron, cuando brotó esa lágrima furtiva y real, ... de su ojo izquierdo, no del derecho.

Y colorín, colorado, este cuento se ha acabado ... Y no comieron perdices, comieron un estofado de pavo, muy rico, no fue un estofado de albóndigas, no fue necesario que el Mago Merlín le cortara los mondongos al Señor Conde, al menos de momento ... Espero que él pueda comprender, que algún día es necesario ir al encuentro con uno mismo, que es necesario regresar al hogar, que es necesario salir del Juego del Escondite, que es necesario reencontrarnos con esas emociones perdidas y escondidas, con esas partes del sí mismo, perdidas, ignoradas, negadas, olvidadas o reprimidas, para volvernos 1 y dejar de ser 2 ... Yo sé que afortunadamente tiene una vocecita que también se lo está recordando, todos tenemos esa vocecita interior en nuestra casa III, pero también es verdad que en alguna ocasión la bloqueamos y no la queremos escuchar.

P.S.: Ya Quirón ha llegado a su primera revolución, a la conjunción consigo mismo, en el mismo sitio del nacimiento del Conde, y por tanto se encuentra en los mismos grados, un tiempo muy importante, para sanar las heridas del nacimiento y de toda una vida, y no solamente para él, y sino también para todos y en la misma edad, es lo que el vulgo denomina "la crisis de los 50" ... Para saber en qué casa afectará, hay que ver dónde está situado en la carta astral de nacimiento, y al mismo tiempo ver los aspectos que se forman desde él y hacia otros planetas y otras casas, pues todo esto se verá afectado, durante todo el tiempo que Quirón cree aspecto de conjunción consigo mismo, o cualquier aspecto con otros planetas.

Reservados los derechos de autor: D.F. Nomemientas Gavilán.


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