martes, 19 de abril de 2016

EL PRIMER SELLO DEL APOCALIPSIS

Todos, o la gran mayoría de los que hemos sido educados bajo la religión cristiana, hemos leído o hemos oído hablar del libro del Apocalipsis de San Juan. Un libro muy controvertido y sobre el que se ha escrito mucho, hay muchas teorías y muchas formas de entenderlo, y en estas cosas cada uno puede interpretarlo de un modo más o menos diferente. Yo no voy a dar mi punto de vista sobre el mismo, aunque en parte está escrito en mi primer libro, yo lo he leído varias veces para querer comprender a mi manera su significado. Para mí está muy claro que no hay que tomarlo al pie de la letra, en su tiempo fue escrito por alguien que solamente pudo hacerlo a su manera, pienso que San Juan interpretó su visión a través del lenguaje que él sabía utilizar, posiblemente ahora, después de casi 2.000 años, lo escribiría con el lenguaje actual y con una simbología actual, pero el fondo seguiría siendo el mismo.

Yo puedo decir que he vivido en la práctica el Apocalipsis, a mi manera, pero lo he vivido, viéndolo en la vida de mi madre y también tras su muerte. El libro habla de los 7 Sellos, las 7 Trompetas del Juicio Final, y las 7 Copas de la Ira de Dios. Mi madre tuvo 7 accidentes que pudieron acabar con su vida, pero no más, tras el 7º accidente, o el 7º Sello, ella falleció. De la misma manera, tras su muerte, y debido al conflicto habido con su herencia, hube de vivir las 7 Trompetas del Juicio Final, hasta que llegó la 7ª Trompeta y se solucionó el pleito que yo había presentado en el Juzgado. Posteriormente hubo que completar la liquidación de la herencia, pero solamente pudo ser después de 7 oportunidades, o de 7 "invitaciones", después de las 7 Copas de la Ira de Dios, no pudo ser antes por mucho que yo lo intentara.

Cada uno puede entenderlo como prefiera, yo no he inventado nada de lo escrito, y en cada uno de los 7 Sellos del Apocalipsis, hay una gran similitud, sobre lo que sucedió en cada uno de los accidentes de mi madre. Quien haya leído el libro "Tres hermanos y una madre", podrá haberlo comprobado. Aquí dejo lo que escribí en su momento, como un ejemplo de lo que fue el primer Sello del Apocalipsis. Está muy claro para mí, que no es suficiente con leer esto, y habría que leer los otros 6 accidentes, para así poder asimilar mejor lo que sucedió, y la simbología total, pues, bajo mi punto de vista, todos vivimos los 7 Sellos antes de nuestra muerte final, es una especie de "pre-aviso", es algo así como 7 avisos que te anuncian la llegada de la muerte y del "Juicio Final"
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Retrato de mi madre

9-11-2003 – Eclipse total de Luna - 16º13' Tauro
 23-11-2003 – Eclipse total de Sol - 01º14' Sagitario

Vi cuando el Cordero abrió uno de los sellos, y oí a uno de los 4 seres vivientes decir como con voz de trueno: Ven y mira. Y miré, y he aquí un caballo blanco; y el que lo montaba tenía un arco; y le fue dada una corona, y salió venciendo y para vencer.
(El primer sello. Los 7 sellos. Apocalipsis 6).

El símbolo doble de Sagitario

30.- EL PRIMER ACCIDENTE DE MI MADRE 

(EL ARQUERO/CENTAURO, mitad humano y mitad animal) 

Eran los últimos días del mes de noviembre del año 2003, faltaban muy pocos días para que se cumplieran 9 meses desde la muerte de mi padre, y justamente 1 día después de que mi madre cumpliera sus 74 años, y en pleno eclipse del Sol en el signo de Sagitario, que me coincidió de lleno en la casa V de mi carta astral. Para más inri, se cumplían también 40 lunas exactas, o 10 lunaciones completas, desde el 20 de febrero 2003, el mes de Piscis, que fue la fecha exacta en que mi padre entró en coma irreversible, y ya cuando fue ingresado en el hospital después del accidente que tuvo. Tras morir mi padre, mi madre siguió viviendo sola en su piso y haciendo su vida cotidiana de antes, y sus compras, paseos y tertulias con los vecinos del barrio. Yo bajaba cada mañana a la ciudad, para estar unas horas con ella y ver si necesitaba algo, y como podía ser arreglar papeles o hacer alguna reparación en la casa, y me quedaba a comer con ella en su casa, aunque algunas veces nos íbamos a comer el menú del día a algún restaurante.

Sucedió que mi madre había ido con una vecina a la iglesia cercana a su casa, y aquel día había llovido un poco, pero lo suficiente para que sin entender muy bien cómo pasó, tuviera un simple patinazo a la salida de la iglesia y se cayera al suelo … Probablemente, la Mano Invisible estaba muy cerca moviendo los hilos y no quiso perderse la oportunidad de estar presente, pero en un accidente muy absurdo. En ese momento tuvieron que llevarla en ambulancia al hospital, donde le diagnosticaron que se había roto el hueso peroné de la pierna izquierda, así ella se quedó sin poder caminar durante dos semanas. Esto me trastocó totalmente, comencé a darme cuenta de que mi madre era una persona ya muy mayor, y que podía necesitar de constante ayuda de sus hijos, la edad no le perdonaba, y aunque ella se sintiera todavía autónoma y no quisiera que los demás estuvieran pendientes de ella, pues tampoco lo necesitó hasta ese momento.

Después del accidente hice un trato con los 2 hermanos, y para cuidar a mi madre en su propia casa y un tiempo de 8 horas diarias cada uno, pero, al tercer día, tuve que encargarme de estar 16 horas diarias con ella, con la consecuencia de que no podía trabajar, ni hacer una vida más o menos “normal” … Esto se debió a que mi madre tuvo un enfrentamiento con su otro hijo, dejó de asistirla y no volvió más, y a mí nada me dijo y aunque sé que se lo comunicó a su hermana, pero solo pude saber que se había ido a Valencia, a una boda o algo similar, y en ese mismo fin de semana, y qué casualidad, justamente un evento así y lo debía saber desde hacía un tiempo. Para mí fue un inmenso Gran Caos, pues además de que yo en ese tiempo vivía a 15 kms. de la ciudad, ¡¡mi perro también había enfermado, y justo el mismo día que mi madre!!, … y con una parálisis del sistema nervioso central, ¡que le impedía el movimiento de las patas traseras!, algo que parece ser, que les puede suceder cuando llegan a una muy avanzada edad, como ya era el caso de mi Negrito, que cumplía los 14 años de vida perruna, es decir 98 años de vida humana, ¡¡y justo en el mismo día del cumpleaños de mi madre!!.

Y ante esta situación tuve que elegir, entre cuidar a mi madre, o cuidar a mi perro, yo no podía hacerlo con los dos y en lugares diferentes, así que no me quedó más alternativa, que sacrificar, al perro que me había acompañado durante 14 años de mi vida, y que nunca se había separado de mí. Nunca sabré si podría haberlo salvado y de haberme quedado con él, el veterinario me lo ponía muy difícil, decía que las posibilidades eran mínimas y yo también sabía que lo eran, pero podría haber hecho lo imposible, pues siempre había la posibilidad de que se recuperara. Nadie supo nunca, lo mal que lo pasé cuando tuve que enterrarlo, pues era una muerte inesperada y traumática, pero se estaba cumpliendo el eclipse del Sol en el signo de Sagitario, tanto para mi madre como para mi perro, y por supuesto también para mí. Resulta muy curioso lo que dice el primer sello del Apocalipsis, apareció un caballo montado por un arquero, justamente éste es el símbolo del signo de Sagitario, de mi madre y mi perro, demasiada casualidad y coincidencia.

Negrito ha sido el mejor amigo que he tenido en toda mi vida, él ha sido el único que nunca me ha abandonado en ningún momento, él sabía cuando yo me sentía bien y cuando me sentía mal por algo, parece ser, que él mismo también sintonizaba con mis propias emociones y también le afectaban mogollón … Yo había ido 14 años antes a una casa de campo, donde habían nacido 8 cachorros de pastor mallorquín, cuando llegué, me llevaron hasta ellos, en ese momento todos estaban con la madre que ya comenzaba a destetarlos. Al acercarme todos se marcharon, como si les asustara mi presencia o no quisieran saber nada de mí, ¡¡y solamente se quedó 1 de ellos, sentado sobre sus 4 patas y con su vista fija en mí!! … Yo no sé muy bien qué sucedió en aquel momento, pero sí sé muy bien que se vino conmigo y se convirtió en mi compañero inseparable de aventuras, pues por algo había nacido también en los primeros días del mes de Sagitario, en el mismo día en que nació mi madre, y a los dos les encantaba la aventura … Lo más llamativo de esto es, que a los dos les sucediera casi exactamente lo mismo y en el mismo día.

Es llamativo pero al mismo tiempo es también una “causalidad”, como una gran catedral, ambos nacieron en el mismo día y mes, y aunque en diferente año, pero si tenemos en cuenta, que un animal también tiene los mismos ciclos de las personas, y que ambos tenían el Sol en el mismo grado y signo, por tanto los tránsitos astrales sobre su Sol eran los mismos. La Vida me puso en una gran encrucijada, eran las dos personas, digo “personas”, que yo más amaba en el mundo, tal vez eran las únicas, y nadie se puede imaginar lo duro que resultó la coincidencia de ambas circunstancias … No era la primera vez que yo tenía que sacrificar a un perro, antes de Negrito también tuve que sacrificar a 2 perros más, a Balú que contrajo una leptospirosis y que no tenía cura, y a Panchito que tuvo una leishmaniasis y que tampoco tenía cura, cuidé a ambos durante un largo tiempo, quise hacer lo imposible pero nada más se pudo hacer.

Gracias a todo el tiempo que dediqué a la recuperación de mi madre, ella pudo volver a caminar en tan solo 2 semanas, mi dedicación fue máxima en todos los sentidos, pero para ello tuve que sacrificar, no solo a mi perro, sino también, mi sueño, mi tiempo, mis trabajos, mi ocio y todo lo demás, prácticamente tuve que dedicarme en exclusiva a ella, pero pensaba que era necesario, pues alguien tenía que hacerlo, ¿y quién mejor que yo?, … que tenía conocimientos importantes de medicina natural. Así por las noches se encargó su hija o sus nietas, y mientras que yo podía irme a mi casa a intentar descansar algo, y digo “intentar descansar”, pues realmente no podía hacerlo, el estrés que me provocaba todo esto fue muy grande para mí, un estrés que ya había comenzado dos años antes, cuando mi padre comenzó a sentirse tan mal. En cuanto al hijo de mi madre nada más se supo, la hija no dejó de trabajar ni 1 solo día, y solamente yo fui el gran perjudicado. Solo tenía el sábado o domingo para trabajar y ganarme un dinero, pero no culpo a nadie, tan solo puedo culparme a mí mismo, por haber puesto a mi madre como centro de mi vida, parece que se tenía que cumplir así, al haber caído el eclipse de Sol en mi casa V, la casa del centro, la casa de la autoestima, o tal vez no supe hacerlo de otra forma.

Negrito

Texto del libro "Tres hermanos y una madre" - Diario de un karma familiar (I) - El Juego del Escondite (la pérdida), inscrito en el Registro de la Propiedad Intelectual (España), y protegido por derechos de autor. DF. Nomemientas Gavilán.

Puede interesarte leer: Los eclipses de Sol y de Luna  ---  Negrito, ... siempre a mi lado  ---  La Astrología Humanista  --- La dependencia en la vejez

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Si quieres conocer los 7 Sellos del Apocalipsis, pincha: Apocalipsis, 5-6-7-8
 

7 comentarios:

María Luisa dijo...

He leído el libro completo y puedo decir que me sorprendió muchísimo lo escrito sobre los 7 sellos del Apocalipsis, no solamente por este sino por todos. Yo no creo en las casualidades de la vida, yo también pienso que el ser humano tiene 7 vidas como un gato, que pasamos 7 pruebas antes de morir, pruebas o avisos, es igual, pero el número 7 se manifiesta en muchos momentos de la vida, Otra cosa que me ha sorprendido enormemente es que necesitemos 9 meses para morir, que todos podamos saberlo, o al menos intentar saberlo, antes de que nos llegue el momento final. Creo que mucha gente lo presiente o lo sabe, aunque no quiere decirlo a sus allegados. Un abrazo.

DF. Nomemientas Gavilán dijo...

Yo sé que resulta sorprendente lo de los 7 Sellos del Apocalipsis, lo mismo que resulta mucho más sorprendente que después yo tuviera que vivir las 7 Trompetas del Juicio Final y las 7 Copas de la Ira de Dios, todo ello escrito de forma metafórica en el Libro del Apocalipsis de San Juan. La cuestión de los 9 meses para morir, que realmente son 40 lunas, llama mucho la atención y yo me he fijado en esto con varias personas, la última me la dijeron ayer, alguien que en un mes de febrero comenzó a estar muy mal y entró en un hospital, para acabar sus días en un mes de octubre. Esto es Ley de Corresondencia, el principio es igual al final. Te agradezo el comentario que haces. Un abrazo para ti.

Nativa. dijo...

Me ha sorprendido muchísimo la analogía que realizas con los siete sellos del apocalipsis , es para profundizalo muy bien. Por otra parte , mi padre murió en febrero, entonces comenzó a morir en mayo, recuerdo que durante el invierno de ese año leimos varios párrafos del libro "La muerte, un amanecer" de la psiquiatra Elizabeth Kubbler Ross, Dios mío...como si ambos supiéramos...

DF. Nomemientas Gavilán dijo...

Yo sé que sorprende mucho la cuestión del Apocalipsis, más me sorprendió a mí cuando me di cuenta de todas las coincidencias, entre los sellos, trompetas y copas transcurrieron 12 años. El libro que mencionas lo he leído yo también, yo sigo pensando que la vida nos da sus avisos, para que nos preparemos, los 9 meses o 40 lunas sucedieron también con mi padre y con mi madre, los tengo perfectamente identificados en el tiempo. Gracias por tu comentario y estar aquí.

DF. Nomemientas Gavilán dijo...

Para ti, que te llama la atención, escribo aquí dos líneas del Apocalipsis 5, tal vez te dará más que pensar y tal vez le podrás encontrar un sentido (me refiero al León de la tribu de Judá).
Las 12 tribus de Israel se corresponden con los 12 signos del Zodiaco, y la tribu de Judá se corresponde con el signo de Leo.

"Y uno de los ancianos me dijo: No llores. He aquí que el León de la tribu de Judá, la raíz de David, ha vencido para abrir el libro y desatar sus siete sellos".

Anónimo dijo...

Esto del apocalipsis da mucho respeto y también mucho yuyu. Yo soy de los que piensa que todo es por algo, que todo tiene un sentido, que no sabemos muchas veces descubrir, pero lo tiene. Me parece muy acertado lo del lenguaje metafórico, está claro que alguien lo escribió, fue San Juan? eso dicen, pero también puede quedar la duda. A pesar de esto debió ser una especie de revelación o sueño, de algo que no se podía escribir con otras palabras, tan solo con el lenguaje de este hombre. Yo sigo pensando que tiene un sentido muy grande y que no somos capaces de entenderlo. Me ha parecido muy interesante lo escrito. Un saludo de un lector. Carlos.

DF. Nomemientas Gavilán dijo...

Te agradezco el comentario. Es cierto que no somos capaces de entender muchas cosas, como puede ser el libro del Apocalipsis, y esto es debido al nivel de consciencia tan mínimo que tenemos. La gente en general sigue dándole más importancia al mundo de la materia y del dinero, que no al mundo interior o del espíritu o del alma o de Dios, llámalo como quieras. Como todo en la vida, la consciencia también tiene diferentes niveles, y lógicamente cuanto más elevado sea el nivel más fácil será comprender muchísimas cosas. Un saludo para ti.