Aquí dejo esto para quien quiera leerlo, cada uno dice lo suyo y allá cada cual con lo que quiera pensar y con lo que quiera hacer de su vida. Recuerda que hay un tiempo para cada cosa y una cosa para cada tiempo, un tiempo para creer en algo y un tiempo para no creer en nada, un tiempo para estar bien y un tiempo para estar mal. No te desanimes, cuando hayas vivido las dos descubrirás el dios desconocido, dentro, no fuera, pero para esto habrás de vivir una crisis más o menos grave en tu sistema de creencias.
Para más información de este señor puedes pinchar aquí: Wikipedia
ÉSTE
ES EL DIOS O NATURALEZA DE SPINOZA:
¡Deja ya de estar rezando y dándote golpes en el pecho! ... Lo que quiero que hagas es que salgas al mundo a disfrutar de tu vida ... Quiero que goces, que cantes, que te diviertas y que disfrutes de todo lo que he hecho para ti ... ¡Deja ya de ir a esos templos lúgubres, obscuros y fríos que tú mismo construiste y que dices que son mi casa! Mi casa está en las montañas, en los bosques, los ríos, los lagos, las playas. Ahí es donde vivo y ahí expreso mi amor por ti.
¡Deja ya de culparme de tu vida miserable; yo nunca te dije que había nada mal en ti o que eras un pecador, o que tu sexualidad fuera algo malo!. El sexo es un regalo que te he dado y con el que puedes expresar tu amor, tu éxtasis, tu alegría. Así que no me culpes a mí por todo lo que te han hecho creer. Deja ya de estar leyendo supuestas escrituras sagradas que nada tienen que ver conmigo. Si no puedes leerme en un amanecer, en un paisaje, en la mirada de tus amigos, en los ojos de tu hijito. ¡No me encontrarás en ningún libro!
Confía en mí y deja de pedirme. ¿Me vas a decir a mí cómo hacer mi trabajo? … Deja de tenerme tanto miedo. Yo no te juzgo, ni te critico, ni me enojo, ni me molesto, ni castigo. Yo soy puro amor. Deja de pedirme perdón, no hay nada que perdonar. Si yo te hice, yo te llené de pasiones, de limitaciones, de placeres, de sentimientos, de necesidades, de incoherencias … de libre albedrío ¿Cómo puedo culparte si respondes a algo que yo puse en ti? … ¿Cómo puedo castigarte por ser como eres, si yo soy el que te hice? … ¿Crees que podría yo crear un lugar para quemar a todos mis hijos que se porten mal, por el resto de la eternidad? … ¿Qué clase de dios puede hacer eso? …
Olvídate de cualquier tipo de mandamientos, de cualquier tipo de leyes; ésas son artimañas para manipularte, para controlarte, que solo crean culpa en ti. Respeta a tus semejantes y no les hagas lo que no quieras para ti. Lo único que te pido es que pongas atención en tu vida, que tu estado de alerta sea tu guía. Amado mío, esta vida no es una prueba, ni un escalón, ni un paso en el camino, ni un ensayo, ni un preludio hacia el paraíso. Esta vida es lo único que hay aquí y ahora y lo único que necesitas. Te he hecho absolutamente libre, no hay premios ni castigos, no hay pecados ni virtudes, nadie lleva un marcador, nadie lleva un registro. Eres absolutamente libre para crear en tu vida un cielo o un infierno.
No te podría decir si hay algo después de esta vida, pero te puedo dar un consejo. Vive como si no lo hubiera. Como si ésta fuera tu única oportunidad de disfrutar, de amar, de existir. Así, si no hay nada, pues habrás disfrutado de la oportunidad que te di. Y si lo hay ten por seguro que no te voy a preguntar si te portaste bien o mal, te voy a preguntar ¿Te gustó? … ¿Te divertiste? … ¿Qué fue lo que más disfrutaste? … ¿Qué aprendiste? …
¡Deja de creer en mí!; creer es suponer, adivinar, imaginar. Yo no quiero que creas en mí, quiero que me sientas en ti. Quiero que me sientas en ti cuando besas a tu amada, cuando arropas a tu hijita, cuando acaricias a tu perro, cuando te bañas en el mar. ¡Deja de alabarme! ¿Qué clase de Dios ególatra crees que soy? … Me aburre que me alaben, me harta que me agradezcan. ¿Te sientes agradecido?
Demuéstralo cuidando de ti, de tu salud, de tus relaciones, del mundo. ¿Te sientes mirado, sobrecogido? … ¡Expresa tu alegría! Ésa es la forma de alabarme. Deja de complicarte las cosas y de repetir como perico lo que te han enseñado acerca de mí. Lo único seguro es que estás aquí, que estás vivo, que este mundo está lleno de maravillas. ¿Para qué necesitas más milagros? … ¿Para qué tantas explicaciones? … No me busques afuera, no me encontrarás. Búscame adentro … ahí estoy, latiendo en ti.
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