sábado, 10 de septiembre de 2016

ÉRASE UN LEÓN Y UN ESCORPIÓN





No me falles, no me mates, ...
porque entonces te fallas y te matas tú también.


EL LEÓN Y EL ESCORPIÓN


Érase una vez, en un mundo imaginativo,
doce especies distintas de ambos sexos, femenino y masculino.
Y al igual que en los signos del Zodiaco,
las relaciones distintas entre ellos, era lo más acertado.

En este complejo mundo, existía un pequeño ser,
que por su simple apariencia, asustaba sin querer,
pues muchos no veían en él su gran corazón,
sino su temido y peculiar aguijón.

Este pequeño ser, de sexo femenino,
de aspecto más bien poco atractivo,
no entendía el porqué se fijaban solo en su aguijón.
Y cuando la miraban, decían: “¡Oh, es un Escorpión!” …

A ella no le importaba demasiado, pues aun siendo Escorpión,
de buenos amigos y amigas, tenía un montón.
Pero eso no le llenaba de plena ilusión,
por eso, seguía esperando, al que fuese su gran amor.

Muchos la llegaron, sin duda alguna, a cortejar,
de distintas apariencias, sin que le llegaran a gustar.
Pues ninguno de ellos dieron la talla,
que dentro de su gran imaginación, ella guardaba.

Un día, en uno de sus largos paseos,
mirando entre las hierbas, pudo ver a lo lejos,
un animal enorme y de larga melena, el cual llamó su atención,
por tan elegante y llamativa presencia.

Ni corta ni perezosa, a él se acercó,
y tras presentarse, él también se presentó: “Soy un León” …
Mantuvieron una larga y estrecha conversación,
y sin darse cuenta, entre los dos, una amistad surgió.

Ella ilusionada, a sus amigos fue y les contó:
He conocido a alguien, un buen amigo, y es un León” …
Éstos, asombrados y con gran preocupación, así le aconsejaron:
Olvídate de él, pues te romperá el corazón” …

Ella, enojada por tal consejo, les pidió una explicación.
Y uno de ellos, el más sabio y también León,
así con estas palabras, muy pausadas, le contestó:

Mal carácter es el que alberga en los dos,
y aunque su fuerza sea mayor, más peligroso es tu mortífero aguijón.
Ten cuidado pequeña amiga, pues muy difícilmente él te mostrará su corazón,
ya que como buen León, bien guardado lo tiene dentro de su gran armazón.
Y si el tuyo se rompiera … solo te quedará tu vengativo aguijón” …

Sin terciar una sola palabra, y con la mirada agachada,
ésta marchó, pensando en esa respuesta complicada.
Al anochecer, al cobijo de las estrellas, no se dejaba de preguntar …
¿Será verdad o sólo me habrán querido asustar?” …

Al llegar los primeros rayos de sol, de todo esto se olvidó,
y con su tozudez decidió seguir, viendo a su gran amigo el León.
En uno de esos encuentros se miraron, y poco a poco más se acercaron,
y sin dejar de mirar sus ojos marrones, ella su corazón le entregó.

Tan sólo en esa ocasión, vivió su gran ilusión,
pues pasaron los días sin que lo volviera a ver, sin más explicación.
¿Cuál sería el motivo de tan triste separación? …
¿Es que no fueron felices en tan mágica unión? …

Triste y sin consuelo, la pequeña Escorpión perdió su corazón.
Y así a quien se le acercaba, asustaba con su venenoso aguijón.
Sus amigos trataron por todos los medios, poderla consolar,
pero ella orgullosa, no se dejaba, ni quería escuchar.

Una mañana frente al río, ésta lo quería cruzar,
pero le asustaba, pues sabía que se podía ahogar.
Buscaba una solución, para poder cruzarlo,
y marchar de allí y así, todo aquello olvidarlo.

Con qué mala suerte, su amigo el León volvió,
y para ayudarla a cruzarlo, él se prestó.
La pequeña Escorpión, algo insegura, al final aceptó,
y mientras ambos cruzaban el río, ella su aguijón hundió.

¿Por qué has hecho esto?” … Herido de muerte le preguntó el León.
Pensaba que éramos amigos, y ahora moriremos los dos” …
Y la pequeña Escorpión, con lágrimas en los ojos, le contestó:
No lo he podido evitar. Ha sido mi instinto. Y sin mi corazón,
lo único que me queda es mi destructivo aguijón” …

*************
(una hermosísima alegoría que hace años alguien escribió y me regaló)


No me falles, no me mates ...
porque entonces te fallas y te matas tú también.

Otro final de lo que acabas de leer: El cuento del León y el Escorpión
 

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7 comentarios:

Anónimo dijo...

Una bella historia, el león tiene un corazón que no le cabe en el pecho, mientras que el escorpión tiene un aguijón pequeñín, que pena, mientras siga siendo rastrero no podrá transformarse en águila, es su destino, transformarse en águila y volar, pero muchos prefieren seguir arrastrándose por los suelos, en forma de escorpión o de serpiente.

Anónimo dijo...

Quiero añadir algo más. Es curioso el afán vengativo de Escorpio, pero, es tan corto de miras, que no se da cuenta de que al vengarse de otro también lo está haciendo consigo mismo. Ahora no me refiero a la historia escrita, me refiero a la vida real. La venganza que uno quiere ejercer sobre otro, realmente la ejercce sobre sí mismo, pero la limitada consciencia, al arrastrarse por los suelos y no ver más allá, no le permite ni siquiera vislumbrarlo. Un saludo. Carlos.

DF. Nomemientas Gavilán dijo...

Gracias por tus dos comentarios, me parecen muy acertados ambos. Realmente no hay signo en el Zodiaco con más capacidad de amar que no sea Leo, y no lo digo por haber nacido con el Sol ahí, pues otras personas pueden tener algo en Leo o en la casa V y también tener una gran capacidad de amar, hasta que alguien les hiere de forma cruel y entonces cierran el corazón. Cada signo debe elevarse a una cualidad superior, pero no todos se atreven, el trabajo es muy duro y es más fácil seguir arrastrándose por los suelos, como bien dices. Saludos para ti.

Anónimo dijo...

Muy hermosa historia, un saludo de otro Leo, somos así, amorosos hasta que nos hacen daño, después abrimos las fauces y lanzamos rugidos al primero que se acerca. Buenas noches. XXL

DF. Nomemientas Gavilán dijo...

Pues sí, ya dicen que el rugido del león asusta, y yo sé muy bien cómo son mis rugidos, yo también lo hago de vez en cuando. No me gusta pero debe ser así, ... antes de morder si es necesario. Buenas noches tengamos los Leo y los demás también.

La ex-Bella Durmiente dijo...

Yo he sido una escorpiona matona, lo mismo que leo en este cuento, buscando siempre a mi príncipe azul o a mi rey león, pero para pincharles mi veneno, después de leer esto puedo comprender el porque de no haberlo encontrado nunca y por qué nunca lo encontraré. La ex durmiente, ahora cambiaré el nombre, seré la Bella Despierta. gracias por dejarme escribir y por lo que usted escribe.

DF. Nomemientas Gavilán dijo...

Gracias a ti por leerlo, me gusta el nuevo nombre, hace un rato yo también te lo escribía en otro comentario tuyo. No es fácil darse cuenta de los errores que se comenten, ya has visto que la ilusión y la desilusión van de la mano. Saluditos.