martes, 4 de febrero de 2020

UNA VELA PARA UN CAPRICORNIO

Cada uno de nosotros ha sido, es y seguirá siendo, 
el causante y culpable de su fatum, de su destino, 
del destino que se ha buscado, del efecto que se ha buscado, 
a través de las causas, 
que el libre albedrío de cada uno se ha buscado y se ha provocado.

UNA VELA PARA UN CAPRICORNIO
 
Hoy se cumplen 4 años desde la muerte, y también del renacimiento, esperado e inesperado, de uno de mis primos del lado paterno, él fue de los primos de más edad, porque nos sucedió que detrás vino otra generación de primos, y fue la generación que nos seguía y también todos de las mismas edades, son los que nos han venido detrás desde que nacieron y los que han cometido los mismos errores que sus padres y nosotros cometimos, bueno, no todos igual pero sí una mayoría de errores. El karma familiar no nos ha perdonado a ninguno, a unos por activa y a otros por pasiva, a unos por buenos y a otros por malos, a unos por trabajadores y a otros por golfos, ... y bueno, la vida debe continuar y todos debemos continuar, no nos queda otra solución, que aprender de los errores para no repetirlos nunca más, y que los primos más jóvenes aprendan, si quieren aprender, que no todos quieren.

Algunos aprendimos de nuestros errores, en parte, porque también los hemos repetido después, hasta que llega el momento límite en el cual ya no quieres soportar más los errores de los demás, y puesto que no aprenden, es mejor dejar que se equivoquen, y así se les hace un gran favor, porque, lo que no se aprende con la razón y el entendimiento, no queda más remedio que aprenderlo con el dolor, sin echar las culpas a nadie, sin pretender que nuestros padres fueron los causantes de nuestra manera de ser y de nuestros errores, no es así ... Cada uno de nosotros ha venido a este mundo con un karma que debe pagar, con unos errores que repiten los mismos que se cometieron en una vida anterior, y al mismo tiempo con los errores que cometieron nuestros padres, a quienes por supuesto nunca se les debe culpabilizar, cada uno de nosotros ha sido, es y seguirá siendo, el causante y culpable de su fatum, de su destino, del destino que se ha buscado, del efecto que se ha buscado, a través de las causas, que el libre albedrío de cada uno se ha buscado y se ha provocado.

Y bien, no escribo más porque tenemos un día de verano, en pleno mes de febrero, y me voy a pasear unas cuantas horas por los acantilados de los suicidas, pero que nadie se asuste, aunque tal vez a nadie le importe, yo suelo ir por allí a menudo, para recordarme a mí mismo, que yo soy para mí más importante que nada ni nadie ... Parece que de momento no hay otro funeral a la vista, y es raro porque cuando llega febrero de cada año me sucede que alguien parte de este mundo, lo cual es lógico porque el Sol se pasea por mi casa de la muerte en este tiempo, es igual que hicieron varios miembros de la familia paterna y materna, y entre ellos está mi padre, que cayó en coma y después de 15 días, ya en marzo, se marchó de este mundo, extraño mundo en muchas ocasiones, cruel en otras, fascinante también en otras muchas, y también desconcertante en otras más. 

Solamente le deseo a mi primo lo mejor del mundo, en el nuevo mundo en el cual ahora vive, yo sé que se encuentra muchísimo mejor que nunca y allí nos veremos cuando me corresponda, pero él ya sabe que otros caerán antes que yo y tendrá que esperar.

Feliz 4º cumpleaños tengas en algún lugar de este infinito Universo, te lo deseo de corazón, en un día con la Luna en el signo de Géminis, el signo de los hermanos y de los primos.

Y si en las fases cambiantes de la vida humana,
 caigo en la enfermedad y en la miseria, 
mis muñecas parecen rotas,
muerto el corazón y desaparecida la fuerza, 
y mi vida, ... 
no es más que un resto de la vida ...
Entonces debo saber, 
que aún estoy en manos del Dios desconocido, 
Él me desintegra hasta su propio olvido, 
para enviarme a un nuevo amanecer, un hombre nuevo.

D.H. Lawrence (Shadows/Sombras)
 

Una entrada anterior de 2019: Cuatro rosas para Capricornio