martes, 5 de marzo de 2019

LAS LÁGRIMAS DEL MIMOSO MIMO

Llega la primavera y llegan también ahora las lágrimas del mimoso mimo, del mimo mimoso que la primavera, tras la larga noche oscura del invierno, da al almendro, que lo agradece llorando miles de lágrimas, ... miles de flores que se desparraman por sus ramas, atrayendo a un mimoso abejorrín, rin, rin, el cual también está acabando de pasar una de esas largas noches oscuras del alma, de esas largas oscuras noches que la vida nos obliga a vivir, de igual manera que obliga al almendro, a desnudarse de sus hojas llegado el otoño, para vestirse de nuevo con miles de flores, con miles de lágrimas que ahora llora, al renacer la esperanza de un nuevo ciclo, de un nuevo renacimiento.

Fotografía cedida, por cortés cortesía, del abejorro Abejorrín, rin, rin

LAS LÁGRIMAS DEL MIMOSO MIMO

Todos somos ángeles y demonios al mismo tiempo,
todos vivimos la polaridad superior e inferior (el bien y el mal),
todos vivimos la polaridad divina y la diabólica,
y hasta que,
nos vemos, nos miramos, nos sentimos, ...
y tal vez nos abrazamos con amor,
entonces se une el ángel con el demonio y ya no están separados,
y entonces el conflicto de la separación deja de existir para siempre. 

(dedicado al abejorro Abejorrín, rin, rin)

El ser humano es como un árbol, con sus raíces firmemente arraigadas en la tierra, para alimentarse y para no olvidarse de que ese es su lugar, pero también con sus ramas queriendo tocar el cielo, porque quiere abrazarlo con mimo, con cariño, porque sabe que de ahí recibe los rayos del sol, porque sabe que ahí deberá regresar también algún día, pero también sabe, que hasta que no regrese, deberá pasar las penalidades que le correspondan, los vientos que le azotan, las intensas lluvias, la sequía también y el implacable sol durante el verano, pero no le importa, porque sabe que sus firmes raíces siempre le mantendrán fijado a la tierra, porque sabe que la bóveda del Cielo le protege, porque bien sabe que durante las noches millones de estrellas le harán también su mimoso mimo, ... millones de estrellas llorarán sus lágrimas, con él y para él.

Igual sucede con el ser humano, ... yo lo digo muchas veces, debemos tener los brazos alzados al Cielo, pero nunca olvidarnos de mantener los pies bien anclados en la Tierra ... Hay que vivir la realidad de la vida, muy penosa en muchas ocasiones, muy dura también, pero pasarlas, no evadirse de ellas, ... sentirlas, amarlas y no olvidarnos de que siempre, en el momento más difícil, nuestros brazos recibirán ese mimoso mimo que todos necesitamos para "sobrevivir", ... en esas largas noches oscuras del alma, en esas largas noches del invierno, que parecen no acabar nunca, pero en las cuales estamos en la mejor compañía, que tal vez no hemos sabido ver nunca, estamos en la compañía del mejor postor, del mejor postor del Amor Incondicional, a nosotros mismos y de nosotros mismos, ... de cada uno de nosotros, ... y también de ese dios desconocido que espera ser descubierto, en este Juego del Escondite, que todos vivimos, escondidos de nosotros mismos, y escondiendo también al mismo tiempo al dios desconocido.

Símbolo del Yin y Yang
 
El ser humano es como una pila, de esas pilas que todos usamos para nuestros juguetes electrónicos, con su polo positivo y su polo negativo, ambos se necesitan mutuamente, uno sin el otro no podrían existir ni dar vida, uno sin el otro no podrían dar uso a esa batería, igual que nosotros, humanos seres y seres humanos, tenemos también esas dos polaridades, la positiva y la negativa, la positiva de arriba y la negativa de abajo, la positiva que nos conecta al Cielo y la negativa que nos conecta a la Tierra, la polaridad positiva del lado divino y angelical, y la negativa del lado diabólico y demoníaco, ... que todos nosotros somos, igual que una pila ... Por esto, igual que la pila necesita de las dos polaridades, también el ser humano y el humano ser necesita de ambas, porque una sin la otra no le permitirían existir.

Todos nosotros tenemos esa polaridad, la superior y la inferior, la divina y la diabólica, la de arriba y la de abajo, la buena y la mala, la del bien y la del mal, ... hasta que algún día una polaridad y la otra se abrazan, y se dan cuenta de que se necesitan mutuamente, para dejar de estar separadas, para ser solamente una, para nunca más ser dos, ... para que el humano ser y el ser humano tome consciencia del conflicto de la separación, en el cual ha vivido el largo tiempo de su vida ... Nada se consigue separando el lado bueno del lado malo, nada se consigue separando el bien del mal, nada se consigue, solamente se consigue mantener el conflicto de la separación, ese conflicto con nosotros mismos, el mal de la doble personalidad, ... porque entonces tenemos dos caras, mal asunto, menos mal que tenemos nuestras lágrimas, para purificarnos, porque cada una de ellas nos acerca más a quien realmente somos.

Ya lo decía mi madre: "A Dios rogando y con el mazo dando" ...

El gran secreto es luchar a favor, no es luchar en contra.
El gran secreto es liberar, no es reprimir ni enterrar.
El gran secreto es unir, no es separar.
El gran secreto es aceptar, no es rechazar.
El gran secreto, para llegar al Cielo, es hacer antes una parada en el Infierno.
El gran secreto es aceptarte y amarte, en lo bueno y en lo malo que tú eres.

Nos vemos, nos miramos, nos sentimos, ...
y tal vez nos abrazamos con amor,
entonces se une el ángel con el demonio y ya no están separados,
y entonces el conflicto de la separación deja de existir para siempre. 

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Mensaje: "Acaba de fijar tus rieles a las lágrimas del mimoso mimo, ... porque tú sabes, que él sabe, que ambos sabéis, que os amáis incondicionalmente, ... acaba de fijar tus lágrimas al mimo mimoso del Dios del Mimoso Mimo ... Acaba de fijar tus queridas, poderosas, mimosas y mimadas lágrimas, al monedero del Mimoso Mimo, del Mimoso Dios del Mimo Mimoso, ... porque tú sabes, que él sabe, que ambos sabéis, que os amáis incondicionalmente, ... y ahora te llega el mimoso mimo del mejor postor del Amor Incondicional"

Y sí, aquí está el mimoso abejorro, Abejorrín, rin, rin

Reservados los derechos de autor. D.F. Nomemientas Gavilán.

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