Y
a lo lejos, allende los mares, se escucharon cantos de sirena, eran
unos cantos que pretendían llevar los barcos de los novatos hacia las
rocas, para que se estrellaran, pero las sirenas no pudieron con los
viejos
capitanes, los que ya conocían estos engatusadores cantos de sirena ... (Continuará al final de esta página).
¡¡¡No hagas caso de cantos de sirenas!!! ...
Te pueden seducir y llevar a la perdición,
por falsas promesas o incitaciones ilusorias.
MITOLOGÍA GRIEGA - LA ODISEA DE HOMERO
PARTE DEL CANTO XII
LAS SIRENAS ESCILA Y CARIBDIS- LA ISLA DEL SOL
LAS SIRENAS ESCILA Y CARIBDIS- LA ISLA DEL SOL
Desdichados
vosotros que habéis descendido vivos a la morada de Hades; seréis dos
veces mortales, mientras que los demás hombres mueren sólo una vez.
Pero, vamos, comed esta comida y bebed este vino durante todo el día de
hoy y al despuntar la aurora os pondréis a navegar; que yo os mostraré
el camino y os aclararé las incidencias para que no tengáis que
lamentaros de sufrir desgracias por trampa dolorosa del mar o sobre
tierra firme.
Así
dijo, y nuestro valeroso ánimo se dejó persuadir. Así que pasamos todo
el día, hasta la puesta del sol, comiendo carne en abundancia y
delicioso vino. Y cuando se puso el sol y cayó la oscuridad, mis
compañeros se echaron a dormir junto a las amarras de la nave. Pero
Circe me tomó de la mano y me hizo sentar lejos de mis compañeros y,
echándose a mi lado, me preguntó detalladamente. Yo le conté todo como
correspondía y entonces me dijo la soberana Circe:
Así es que se ha cumplido todo de esta forma. Escucha ahora tú lo que voy a decirte y lo recordará después el dios mismo.
Primero
llegarás a las Sirenas, las que hechizan a todos los hombres que se
acercan a ellas. Quien acerca su nave sin saberlo y escucha la voz de
las Sirenas ya nunca se verá rodeado de su esposa y tiernos hijos,
llenos de alegría porque ha vuelto a casa; antes bien, lo hechizan éstas
con su sonoro canto sentadas en un prado donde las rodea un gran montón
de huesos humanos putrefactos, cubiertos de piel seca. Haz pasar de
largo a la nave y, derritiendo cera agradable como la miel, unta los
oídos de tus compañeros para que ninguno de ellos las escuche. En
cambio, tú, si quieres oírlas, haz que te amarren de pies y manos, firme
junto al mástil, que sujeten a éste las amarras, para que escuches
complacido, la voz de las dos Sirenas; y si suplicas a tus compañeros o
los ordenas que te desaten, que ellos te sujeten todavía con más
cuerdas.
Cuando
tus compañeros las hayan pasado de largo, ya no te diré cuál de dos
caminos será el tuyo; decidelo tú mismo en el ánimo. Pero te voy a decir
los dos: a un lado hay unas rocas altísimas, contra las que se estrella
el oleaje de la oscura Anfitrite. Los dioses felices las llaman Rocas Errantes.
No se les acerca ningún ave, ni siquiera las temblorosas palomas que
llevan ambrosía al padre Zeus; que, incluso de éstas, siempre arrebata
alguna la lisa piedra, aunque el Padre (Zeus) envía otra para que el
número sea completo. Nunca las ha conseguido evitar nave alguna de
hombres que haya llegado allí, sino que el oleaje del mar, junto con
huracanes de funesto fuego, arrastran maderos de naves y cuerpos de
hombres. Sólo consiguió pasar de largo por allí una nave surcadora del
ponto, la célebre Argo, cuando navegaba desde el país de Eetes. Incluso
entonces la habría arrojado el oleaje contra las gigantescas piedras,
pero la hizo pasar de largo Hera, pues Jasón le era querido.
En
cuanto a los dos escollos, uno llega al vasto cielo con su aguda cresta
y le rodea oscura nube. Ésta nunca le abandona, y jamás, ni en invierno
ni en verano, rodea su cresta un cielo despejado. No podría escalarlo
mortal alguno, ni ponerse sobre él, aunque tuviera veinte manos y veinte
pies, pues es piedra lisa, igual que la pulimentada. En medio del
escollo hay una oscura gruta vuelta hacia Poniente, que llega hasta el
Erebo, por donde vosotros podéis hacer pasar la cóncava nave, ilustre
Odiseo. Ni un hombre vigoroso, disparando su flecha desde la cóncava
nave, podría alcanzar la hueca gruta. Allí habita Escila, que aúlla que
da miedo: su voz es en verdad tan aguda como la de un cachorro recién
nacido, y es un monstruo maligno. Nadie se alegraría de verla, ni un
dios que le diera cara. Doce son sus pies, todos deformes, y seis sus
largos cuellos; en cada uno hay una espantosa cabeza y en ella tres
filas de dientes apiñados y espesos, llenos de negra muerte. De la mitad
para abajo está escondida en la hueca gruta, pero tiene sus cabezas
sobresaliendo fuera del terrible abismo, y allí pesca, explorándolo todo
alrededor del escollo, por si consigue apresar delfines o perros
marinos, o incluso algún monstruo mayor de los que cría a miles la
gemidora Anfitrite. Nunca se precian los marineros de haberlo pasado de
largo incólumes con la nave, pues arrebata con cada cabeza a un hombre
de la nave de oscura proa y se lo lleva.
También
verás, Odiseo, otro escollo más llano, cerca uno de otro. Harías bien
en pasar por él como una flecha. En éste hay un gran cabrahigo cubierto
de follaje y debajo de él la divina Caribdis sorbe ruidosamente la negra
agua. Tres veces durante el día la suelta y otras tres vuelve a soberla
que da miedo. ¡Ojalá no te encuentres allí cuando la está sorbiendo,
pues no te libraría de la muerte ni el que sacude la tierra! Conque
acércate, más bien, con rapidez al escollo de Escila y haz pasar de
largo la nave, porque mejor es echar en falta a seis compañeros que no a
todos juntos.
Así dijo, y yo le contesté y dije:
Diosa, vamos, dime con verdad si podré escapar de la funesta Caribdis y rechazar también a Escila cuando trate de dañar a mis compañeros.
Diosa, vamos, dime con verdad si podré escapar de la funesta Caribdis y rechazar también a Escila cuando trate de dañar a mis compañeros.
Así dije, y ella al punto me contestó, la divina entre las diosas:
Desdichado, en verdad te placen las obras de la guerra y el esfuerzo. ¿Es que no quieres ceder ni siquiera a los dioses inmortales? Porque ella no es mortal, sino un azote inmortal, terrible, doloroso, salvaje e invencible. Y no hay defensa alguna, lo mejor es huir de ella, porque si te entretienes junto a la piedra y vistes tus armas contra ella, mucho me temo que se lance por segunda vez y te arrebate tantos compañeros como cabezas tiene. Conque conduce tu nave con fuerza e invoca a gritos a Cratais, madre de Escila, que la parió para daño de los mortales. Ésta la impedirá que se lance de nuevo.
Desdichado, en verdad te placen las obras de la guerra y el esfuerzo. ¿Es que no quieres ceder ni siquiera a los dioses inmortales? Porque ella no es mortal, sino un azote inmortal, terrible, doloroso, salvaje e invencible. Y no hay defensa alguna, lo mejor es huir de ella, porque si te entretienes junto a la piedra y vistes tus armas contra ella, mucho me temo que se lance por segunda vez y te arrebate tantos compañeros como cabezas tiene. Conque conduce tu nave con fuerza e invoca a gritos a Cratais, madre de Escila, que la parió para daño de los mortales. Ésta la impedirá que se lance de nuevo.
Luego
llegarás a la isla de Trinaquía, donde pastan las muchas vacas y
pingües rebaños de ovejas de Helios: siete rebaños de vacas y otros
tantos hermosos apriscos de ovejas con cincuenta animales cada uno, No
les nacen crías, pero tampoco mueren nunca. Sus pastoras son diosas,
ninfas de lindas trenzas, Faetusa y Lampetía, a las que parió para
Helios Hiperiónida la diosa Neera. Nada más de parirlas y criarlas su
soberana madre, las llevó a la isla de Trinaquía para que vivieran lejos
y pastorearan los apriscos de su padre y las vacas de rotátiles patas.
Si
dejas incólumes estos rebaños y te ocupas del regreso, aun con mucho
sufrir podréis llegar a Itaca, pero si les haces daño, predigo la
perdición para la nave y para tus compañeros. Y tú, aunque evites la
muerte, llegarás tarde y mal, después de perder a todos tus compañeros.
Y el capitán, tan conocedor como era de los engatusadores cantos de sirena, se dio cuenta de que algo fallaba, ... desafinaban los cantos, y así que les tendió una trampa ... Eran los últimos días de un caluroso mes de julio, y esperó una noche de luna llena, ya faltaban pocos días, ... las sirenas no sabían que esa noche habría un eclipse de luna y la noche quedaría a oscuras ... El viejo capitán se puso un disfraz de tritón, .... se acercó a donde estaban ellas y se dio cuenta de que ¡¡¡eran putas disfrazadas de sirenas!!!, ... es lo que él se imaginaba ....
Habían montado un burdel en una isla desierta, allí esperaban la llegada de los marinos, era para ejercer su trabajo, realmente no querían que los barcos se estrellaran contra las rocas, para comerse a los incautos marinos, solamente querían su dinero, no su vida ... Entonces el viejo y experto capitán, quitándose el disfraz de tritón, cogió a las dos putas, les quitó su disfraz de sirenas y se las pasó por la piedra, por supuesto sin pagar ni un céntimo.
Háblame del mar, marinero ...
Saluditos de un viejo capitán.
😡
Y el capitán, tan conocedor como era de los engatusadores cantos de sirena, se dio cuenta de que algo fallaba, ... desafinaban los cantos, y así que les tendió una trampa ... Eran los últimos días de un caluroso mes de julio, y esperó una noche de luna llena, ya faltaban pocos días, ... las sirenas no sabían que esa noche habría un eclipse de luna y la noche quedaría a oscuras ... El viejo capitán se puso un disfraz de tritón, .... se acercó a donde estaban ellas y se dio cuenta de que ¡¡¡eran putas disfrazadas de sirenas!!!, ... es lo que él se imaginaba ....
Habían montado un burdel en una isla desierta, allí esperaban la llegada de los marinos, era para ejercer su trabajo, realmente no querían que los barcos se estrellaran contra las rocas, para comerse a los incautos marinos, solamente querían su dinero, no su vida ... Entonces el viejo y experto capitán, quitándose el disfraz de tritón, cogió a las dos putas, les quitó su disfraz de sirenas y se las pasó por la piedra, por supuesto sin pagar ni un céntimo.
Háblame del mar, marinero ...
Saluditos de un viejo capitán.
3 comentarios:
En efecto, háblame del mar ... marinero. Capitán JM.
En este mundo hay mucha gente engatusadora que te quiere vender cualquier cosa, contándote cualquier historia para que caigas en sus redes y les compres algo aunque no lo necesites, te alabarán, te adularán, te piropearán y lo que haga falta para ello. Después es muy posible que te estrelles contra las rocas al no poder pagarlo, en cómodos plazos como te habían dado.
Muy cierto lo que dices, yo tengo una forma de "estar al loro" con esto, si alguien quiere venderme algo, observo primero si me habla muy rápido, entonces me doy cuenta de que no me deja tiempo para pensarlo. Creo que se puede entender. Un saludo para ti y las gracias también para el capitán JM.
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