Las heridas del alma duran mucho, mucho tiempo,
solo el tiempo las
puede curar, y la paciencia,
y cierto difícil arrepentimiento, largo y
difícil arrepentimiento,
y la comprensión del error de la vida,
y la
liberación de la eterna repetición,
del error que la Humanidad ha
decidido santificar.
(D. H. Lawrence - Curación - Healing)
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Dibujo de Leonardo da Vinci
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OTRA VEZ EL FETO ESTÁ DE PARTO
(Las heridas del alma en el nacimiento)
Pues si, has leído bien, otra vez el feto está de parto, en otro lento y doloroso parto más, y es que no nacemos ni morimos solamente una vez en la vida, sino varias veces, en distintos periodos de muerte, en vida, de transmutación y renacimiento, son las fases cambiantes en las cuales se repite el momento del parto, con el mismo fondo y diferente forma, ... pero en esta ocasión ya no se salva nadie, solamente se salva el feto.
El feto tan paciente, víctima de todos y de su paciencia, nacido sin el amor y el apoyo de nadie, atascado entre la vida y la muerte, luchando por sobrevivir, tratado como a una mierda, tras esperar tanto tiempo para nacer en su primera vez, y salvando entonces a todos, e igual que hizo después durante su vida, ahora solamente se salva él, porque no hay nadie a quien salvar de su dolor ni de sus errores, salvo a uno mismo, pues cada cual debe aprender a salvarse, a curar sus heridas del alma y pagar sus errores, sus pecados y su karma.
Es un gravísimo error, querer salvar a los demás de su dolor, cada cual se cura y se sana a través de su propio dolor emocional, y nadie tiene el derecho de apropiarse de ese dolor, ni tampoco tiene la obligación de liberarle de él, salvo enseñarle y darle una mano, para ayudarle a paliarlo y que cure sus heridas ... Está claro que no es agradable sentirlo, bien lo sabe el feto, que lo sintió en su nacimiento, y quiso evitarlo en los demás, mal asunto, porque así uno se carga con el dolor y la cruz que no le corresponden, ... y esto no lleva a ningún lugar, solamente lleva a la autocrucifixión o a la crucifixión por parte de los demás.
El dolor emocional sana las heridas del alma y arrodilla al ego.
El dolor físico es un reflejo del dolor emocional no sentido.
Estamos enfermos de heridas del alma, hasta el yo emocional profundo.
Unas orquídeas para el feto, para el indefenso feto que tan mal fue tratado al nacer, por sus padres, por la vecina puta, y por el médico y por la comadrona, tan negligentes e irrespetuosos ellos, a ninguno le importó si nacía o se moría, pues entre las dos horas de espera iniciales, debido a sus amadísimos padres y a la vecina mala puta, hubo de esperar también media hora más, tras ser anestesiada su madre y dejarlos abandonados y olvidados ese tiempo, en la poltrona del paritorio, y mientras ya también dos días antes esperaba para nacer.
Muchísima paciencia para todo, tuvo en ese momento y también siempre después, demasiada paciencia, y todo exceso es siempre un error ... Unas orquídeas silvestres dejaré aquí, para el feto, el único que al día de hoy es supervivente de esta historia y de 65 años de vida, repitiéndose siempre lo mismo, pero ya no más, él no repetirá más el mismo error, ya lo ha dicho muy claramente:
"A mí nunca más nadie me robará mi nacimiento, ni mi tiempo, ni mi vida, ni mi valor, ni mi valía, ni mi autoestima, ni mi poder, ni mi saber, ni mi sabiduría, ni mi labor, ni mi trabajo, ni mi verdad, ni mis palabras, ni mis sentimientos, ni mi paciencia, ni mis sueños, ni mi muerte, ... ¡¡ nunca nadie más, porque NO !!" ...
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Orquídeas (Himantoglossum robertianum)
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Enhorabuena mi amadísimo Leoncito,
tu autoestima y el respeto que te mereces de los demás,
¡¡¡¡ siempre por encima de todo !!!!.
Ya y por fin has finalizado la gran lección de tu vida,
en la última prueba has obtenido un diploma de honor
así que no te quejes, pronto lo recibirás.
Tú eres lo mejor del mundo para ti,
nada ni nadie deben ser más importantes para ti,
pueden ser importantes para ti, pero no más que tú,
nunca más vayas en contra de ti ni seas un gili.
Carpe diem, vive y sé feliz, ... muy bien te lo mereces.
Y si en las fases cambiantes de la vida humana,
caigo en la enfermedad y en la miseria,
mis muñecas parecen rotas,
muerto el corazón y desaparecida la fuerza,
y mi vida, ... no es mas que un resto de la Vida ...
Entonces debo saber,
que aún estoy en manos del dios desconocido,
Él me desintegra hasta su propio olvido,
para enviarme a un nuevo amanecer,
un hombre nuevo.
(D.H. Lawrence - Shadows - Sombras)