(dedicado a quien se haya preguntado si tiene o no tiene derecho a vivir)
Leyendo estamos toda la tribu del Copón, poemas y versos de Pedro Calderón de la Barca, y en particular una parte de "La Vida es sueño", con el relato de la crisis existencial que debió padecer Segismundo, solo como estaba encerrado en una prisión, de manera que solamente le quedaba hablar consigo mismo, y sí, esto nos suele suceder con frecuencia, que debemos mantener un diálogo interno, para escucharnos y así descubrir lo que nos sucede, y más en concreto, el porqué de una existencia no deseada, pero obligada, y mucho más en concreto es para aquellos que tuvieron un nacimiento, digamos, un tanto traumático.
Y es que muchos niños y muchos monitos fueron pateados al nacer y después a lo largo de su vida, hasta que un día dijeron ¡¡¡ya basta!!!, sin miedo alguno, y entonces fueron libres para siempre jamás ... Esto también sucede en otras circunstancias de nuestra vida, pues la Vida es un sueño, hasta que ya por fin nos despertamos, del largo sueño de los muertos vivientes, ¡¡¡y dejamos de simular!!! ... Algo así dice un párrafo del cuento vedanta, que no por ser cuento es irreal, y el cual puedes leer al completo en El Juego del Escondite:
"Pero cuando el juego se ha prolongado tiempo suficiente, ya todos nosotros despertamos, o dejamos de simular, y entonces recordamos que no somos mas que el único Sí-mismo, ... el dios que es todo lo que es y que vive por siempre jamás"
Y bien, es posible que no lo puedas comprender, por ahora, pero no te apures, querría decir que no estás preparado para comprenderlo y debes esperar un tiempo más, pero, la verdad sea dicha, es que también no te interese comprenderlo y pudieras tener un miedo existencial a la libertad, un miedo a ser libre, de los condicionamientos que te impusieron y que te impusiste tú mismo, para sobrevivir y para estar a bien con los cacamonos, pero tú no eres un cacamono, posiblemente puedas llegar a ser un Mono del Copón ... No lo dudes, si quieres, si te atreves, a que el Amor Incondicional, que tú te debes y que te mereces, ¿¿o no te lo mereces?? ... esté siempre por encima del miedo, pero claro, para esto no hay más remedio que pasar la correspondiente crisis existencial, una crisis existencial del copón.
Y bueno, ya tienes para reflexionar un poco o un mucho, si quieres, y tal vez descubras si tienes o no tienes derecho a vivir, pues, si piensas que no tienes derecho a vivir, tú serás tu mayor enemigo, tú serás quien se patee y serás quien permita a los demás que te pateen, y si no quieres reflexionar puedes seguir dormido hasta el final de tu vida, si es que se le puede llamar vida.
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Pedro Calderón de la Barca
Soliloquio de Segismundo
Apurar, cielos, pretendo,
ya que me tratáis así,
qué delito cometí
contra vosotros naciendo.
Aunque si nací, ya entiendo
qué delito he cometido;
bastante causa ha tenido
vuestra justicia y rigor,
pues el delito mayor
del hombre es haber nacido.
Sólo quisiera saber
para apurar mis desvelos
—dejando a una parte, cielos,
el delito del nacer—,
¿qué más os pude ofender,
para castigarme más?
¿No nacieron los demás?
Pues si los demás nacieron,
¿qué privilegios tuvieron
que yo no gocé jamás?
Nace el ave, y con las galas
que le dan belleza suma,
apenas es flor de pluma,
o ramillete con alas,
cuando las etéreas salas
corta con velocidad,
negándose a la piedad
del nido que deja en calma;
¿y teniendo yo más alma,
tengo menos libertad?
Nace el bruto, y con la piel
que dibujan manchas bellas,
apenas signo es de estrellas
—gracias al docto pincel—,
cuando, atrevido y cruel,
la humana necesidad
le enseña a tener crueldad,
monstruo de su laberinto;
¿y yo, con mejor instinto,
tengo menos libertad?
Nace el pez, que no respira,
aborto de ovas y lamas,
y apenas bajel de escamas
sobre las ondas se mira,
cuando a todas partes gira,
midiendo la inmensidad
de tanta capacidad
como le da el centro frío;
¿y yo, con más albedrío,
tengo menos libertad?
Nace el arroyo, culebra
que entre flores se desata,
y apenas sierpe de plata,
entre las flores se quiebra,
cuando músico celebra
de las flores la piedad
que le dan la majestad
del campo abierto a su huida;
¿y teniendo yo más vida,
tengo menos libertad?
En llegando a esta pasión,
un volcán, un Etna hecho,
quisiera sacar del pecho
pedazos del corazón.
¿Qué ley, justicia o razón
negar a los hombres sabe
privilegio tan suave
excepción tan principal,
que Dios le ha dado a un cristal,
a un pez, a un bruto y a un ave?