En unos días en los cuales hay que pedir cita previa,
en el cementerio de nuestra ciudad,
para dejar flores a nuestros difuntos
debido a la pandemia del coronavirus covid-19.
Tristes días de los Fieles Difuntos y de Todos los Santos,
y también de quienes no podremos ir a visitarles,
pero no importa mucho,
siguen estando en el recuerdo, en el corazón y en el alma.
Recuerde
el alma dormida, avive el seso y despierte contemplando cómo se pasa la
vida, cómo se viene la muerte tan callando, cuán presto se va el
placer, cómo, después de acordado, da dolor, cómo, a nuestro parecer,
cualquiera tiempo pasado fue mejor.
Pues
si vemos lo presente, como en un punto se es ido y acabado, si juzgamos
sabiamente, daremos lo no venido por pasado. No se engañe nadie, no,
pensando que ha de durar lo que espera, más que duró lo que vio, pues
que todo ha de pasar por tal manera.
Nuestras
vidas son los ríos que van a dar en la mar, que es el morir, allí van
los señoríos, derechos a se acabar y consumir, allí los ríos caudales,
allí los otros medianos y más chicos, y llegados, son iguales a los que
viven por sus manos y los ricos.
Coplas a la muerte de su padre - I, II, III y V - Jorge Manrique - poeta español del siglo XV.