IN MEMORIAM
Aquella noche del 4 de julio de 2009:
"No quise partir sin antes darte mi mano,
a quien siempre estuvo conmigo,
a mi hijo más amado" ...
Gracias Gorrión, muy bien sé yo que así fue, fui el único que te dio la mano y al único a quien se la diste, en el momento de tu partida hacia la Puerta de las Estrellas ... Ya me has dicho que estás muy bien, y me has dicho que estás esperando la pronta llegada de alguien que conociste en este mundo, de una mujer de tu edad que ya no quiere vivir más desde hace varios meses, decepcionada, deprimida y desencantada de otro hijo, desde hace cuatro años, por la ingratitud y desprecio de un hijo por quien siempre hizo todo y más, de quien ella esperaba la misma respuesta en sus años de vejez y dependencia, e igual que tú hiciste por tu hija y de quien lo esperabas también, o mejor dicho, de tus "tres hijas", pero de quienes tú no recibiste el pago con la misma moneda.
Mendigos y mendigas como son, también son pobres en agradecimiento.
Pocas veces, quien recibe lo que no merece, agradece lo que recibe.
Otra mujer que también tuvo tres hijos, y a quien solamente
el hijo mayor cuida con mucho amor en sus últimos tiempos de vida,
igual que hice yo contigo ... Una vez más la historia se repite siempre en muchas familias, y en este caso es prácticamente igual a lo que sucedió en la tuya. Un solo hijo, el hijo mayor en ambos casos, justamente dos hijos que no fueron buscados ni deseados en su nacimiento, pero que han sabido estar en el lugar que les correspondía, en el lugar que los otros no han querido estar, pero cargando al mayor la responsabilidad total de quien les dio la vida ... Muy triste resulta ver lo que les está ahora sucediendo, es como revivir lo que también me sucedió a mí, es otro tiempo de regresar a un pasado que todavía no está totalmente curado, y que tal vez nunca lo esté.
Y recuerda, aquello que tú les hagas hoy, pudiera ser lo que tú recibas mañana.
Ya sabes que yo te deseo lo mejor del Universo, no de este mundo cruel y traidor, que decidiste dejar en su momento, de un mundo que está medio loco, igual que sus habitantes inhumanos ... Nos encontraremos más adelante, cuando deba ser, gracias por todo.
Debe ser muy dulce, ver llegar la muerte, mecido por las plegarias de un hijo.
PARA VERGÜENZA DE MUCHOS HIJOS Y NIETOS
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Una Puerta de las Estrellas en Madina Mayurqa
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RETRATO DE UNA MADRE
Hay una mujer que tiene algo de Dios, por la inmensidad de su amor,
y algo de ángel, por la incansable solicitud de sus cuidados;
una mujer, que siendo joven, tiene la reflexión de una anciana,
y en su vejez, trabaja con el vigor de la juventud,
una mujer, que si es ignorante, descubre los secretos de la vida,
con más acierto que un sabio,
y si es instruida, se acomoda a la simplicidad de los niños;
una mujer, que siendo pobre, se satisface con la felicidad de los que ama,
y siendo rica, daría con gusto su tesoro,
por no sufrir en su corazón la herida de la ingratitud;
una mujer, que siendo vigorosa, se estremezca con el vagido de un niño,
y siendo débil, se reviste a veces con la bravura del león;
una mujer que mientras vive no sabemos estimar,
porque a su lado todos los dolores se olvidan,
pero después de muerta, daríamos todo lo que tenemos,
por mirarla de nuevo un solo instante,
por recibir de ella un solo abrazo,
por escuchar un solo acento de sus labios.
De esa mujer, no me exijáis el nombre,
si no queréis que empape con lágrimas vuestro álbum,
porque ya la vi pasar en mi camino.
Cuando crezcan vuestros hijos leedles esta página,
y ellos, cubriendo de besos vuestra frente,
os dirán, que un humilde viajero,
en pago del suntuoso hospedaje recibido,
ha dejado aquí para vos y para ellos,
un boceto del retrato de su madre.
Monseñor Ramón Ángel Jara Ruz (Chile 1852-1917)